Cultura
Adrià Wegrzyn vuelve a coronarse como ganador del concurso de comer calçots de Valls
La 41.ª Gran Festa de la Calçotada recupera la normalidad y el público de antes de la pandemia
El barcelonés Adrià Wegrzyn ha vuelto a proclamarse ganador del concurso de comer calçots de Valls este domingo después de ingerir 221. Es la duodécima vez que Wegrzyn ha levantado el trofeo del certamen, en el cual ha participado catorce veces. El concurso es uno de los atractivos de la Gran Festa de la Calçotada de Valls, que este año ha celebrado la 41.ª edición sin rastro de las restricciones de los dos últimos años.
La organización calcula que se han alcanzado cifras previas a la pandemia, con más de 20.000 personas de público y más de 2.000 degustaciones de calçotades. La IGP Calçot de Valls mantiene la previsión de llegar a veinte millones de calçots esta temporada, mientras que los restauradores auguran que la demanda se incremente en las próximas semanas.
Una multitud se ha reunido en la plaça del Pati este domingo para ver de cerca a la veintena de participantes que se han puesto a prueba en el concurso de comer calçots. Como cada año, el reto era ingerir lo máximo en un plazo de tres cuartos de hora. El barcelonés Adrià Wegrzyn, que acumula catorce participaciones y doce podios en este certamen, ha recuperado la primera posición después de ingerir más de tres kilos de cebolla dulce. Wegrzyn no había vuelto a presentarse al concurso desde antes de la pandemia y ha asegurado que la victoria ha sido «tranquila». Con 49 años, es consciente de que en algún momento tendrá que retirarse de este concurso, si bien ha asegurado que sería un «honor» que sus hijos lo desbanquen como campeón en un futuro.
Este, sin embargo, no ha sido el único atractivo de la Gran Festa de la Calçotada de Valls, que se ha complementado con dos competiciones más con los calçots como protagonistas. Así, el concurso de cultivadores ha reunido a una veintena de campesinos, mientras que el de salsas de la calçotada ha contado con una decena de participantes. En esta 41.ª edición de la Gran Festa de la Calçotada, la organización calcula que se han alcanzado los datos de público previos a la pandemia y se han superado los 20.000 asistentes. Con respecto a las degustaciones, este año se han preparado unas 2.400 que se han repartido por primera vez en el parking de la cooperativa agrícola.
Según la Cámara de Comercio de Valls, el número de degustaciones se ha doblado respecto a la edición anterior, cuando la fiesta todavía estaba condicionada por las restricciones sanitarias. El presidente del ente, Josep Maria Rovira, ha señalado que la recuperación de público también se ha notado en los restaurantes, aunque ha reconocido que la temporada «costó de arrancar». De cara a las próximas semanas esperan que la demanda se incremente en el conjunto de la restauración de la zona.
La previsión de los 20 millones de calçots se mantiene
Con respecto a la cosecha de calçots, los productores de la IGP Calçot de Valls mantienen las previsiones optimistas de llegar a los veinte millones de unidades. Se trata de una cifra que, de momento, no se ha alcanzado nunca. A pesar de todo, la reciente bajada de temperatura les beneficia, tal como ha afirmado el presidente del organismo, Dalmaci Clofent. «Para nosotros, la ola de frío es como si nos hubieran dado dinero, las temperaturas cerca de cero grados transforman en azúcares las enzimas de las plantas, que ganan características organolépticas. Estamos muy satisfechos», ha indicado.
Calçotades más allá de los calçots
Actualmente, la Indicación Geográfica Protegida sólo certifica calçots crudos, pero no cierra la puerta al hecho de que próximamente se puedan añadir otros productos de cuarta o quinta gama, como podrían ser las salsas o las cremas. Es el caso de la crema de calçots, un producto elaborado por una empresa de Figuerola del Camp, que se ha presentado en sociedad en el marco de la Gran Festa de la Calçotada. Según el gerente de Salses Fruits, Francesc Sans, la propuesta nace como una propuesta para alcanzar la temporada de calçots aunque la cosecha haya acabado.
Con la voluntad de mantener el nivel de calidad de las calçotades y al mismo tiempo, dar salida a otros productos atados a esta cebolla, la Cámara de Comercio de Valls trabaja para elaborar una certificación para la restauración. Según el presidente del ente, el protocolo no sólo tendrá en cuenta que los restauradores sirvan calçots de la IGP, sino también cómo se cuecen y con qué otros alimentos y bebidas se casan. La previsión es que el próximo año se certifiquen los primeros doce restaurantes del conjunto de la comarca. «Este año hemos puesto la primera piedra, queremos subir un peldaño para llegar a la excelencia de la calçotada», ha concluido Rovira.