Cambrils finaliza la restauración del monumento a Antoni de Gimbernat

El monumento a Antoni de Gimbernat ubicado en el paseo Vidal i Barraquer de Cambrils vuelve a lucir con todo su esplendor, después de la restauración impulsada por el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Cambrils. Los trabajos han ido a cargo de la fundidora Ginfer de Reus y han consistido en la sustitución de las piezas de hierro oxidadas y estropeadas, situadas bajo el bloque de piedra calcárea, por una réplica de las mismas figuras en bronce, que es un material mucho más resistente a las inclemencias del tiempo.

Esta semana se han colocado las nuevas piezas, que el escultor Lluís Maria Saumell diseñó hace más de medio siglo para representar la enfermedad y la lucha diaria del cirujano, en contraste con la luz y la llama de la parte superior del monumento, que simbolizan una inteligencia al servicio de una vocación.

La obra se construyó en 1968, a raíz de un acto académico con motivo del 150.º aniversario de la muerte del cirujano. La llama de forma geométrica se basa encima de un bloque de piedra dura calcárea de una sola pieza proveniente de Ulldecona, que en la parte frontal contiene el busto de Antoni de Gimbernat, cortado adentro del bloque, para identificar mejor la geometría con el rigor científico del médico.

La idea del escultor era encontrar un motivo central que tuviera bastante fuerza artística y la virtud de expresar de forma moderna la vida profesional del eminente cirujano Gimbernat, su sabiduría y la lucha contra las enfermedades y contra la muerte. Así, quería conseguir expresar sin palabras una vida ejemplar, acercarse a la sensibilidad de la época y hacer un elogio del médico y de la medicina.

Por todo eso, Saumell pensó en utilizar la luz como símbolo eterno de la vida y la inteligencia y se le ocurrió proyectar una llama haciendo uso del vitral emplomado. Exponer en la más amplía avenida de Cambrils del momento una creación tan expresiva y al mismo tiempo tan frágil era una decisión arriesgada.

Pero por otra parte era casi seguro que con este elemento conseguiría que el monumento no perdiera interés y la memoria del hijo ilustre de Cambrils se convirtiera en una presencia y ejemplo tanto de día como de noche, contribuyendo también con su luz y colores a embellecer el mejor paseo de Cambrils de aquella época.

El artista quería plasmar mejor la idea general de este monumento. Por eso decidió introducir unos elementos de hierro debajo del bloque, en el polo opuesto de la luz, que se encuentra en la parte más alta. De esta manera, en la parte inferior está la enfermedad y todo aquello que pugna por destruir la vida humana; en la parte superior, la tarea tenaz del médico y cirujano.

La escultura de hierro se situó encima de una base de granito procedente de Suecia, que por su dureza aseguraba una perfecta conservación, y por sus tonalidades verdosas y nacaradas compaginaba perfectamente con el hierro. Para decidir a qué altura se situaría el monumento se consultó al arquitecto municipal, y se decidió por una base embaulada de 1'5 x 1'5 metros de hormigón de un metro de altura.

Antoni de Gimbernat

Antoni de Gimbernat i Arbós (1734-1816), cirujano y oftalmólogo reconocido mundialmente, es uno de los cambrilenses más ilustres de la historia. Hijo de una familia de campesinos acomodados, estudió en Cervera y después en Cádiz, dónde aprendió cirugía de la mano de Pere Virgili.

Fue un médico adelantado en su tiempo, en las técnicas de cirugía y oftalmología, y fue el inventor de una serie de utensilios y avances médicos, destinados a las operaciones quirúrgicas y oculares, lo que le costó el reconocimiento mundial. Fue cirujano de cámara de tres reyes de España, como Carlos III. Dirigió el Real Colegio de Cirugía de Barcelona y fundó el Real Colegio de Sant Carles.