«Aplicamos un sesgo de género declarado, queremos ser referente»

—La edición de este año de la FiM suma cerca de cincuenta conciertos y gana un día con respecto a ediciones anteriores. ¿Podemos hablar ya de proyecto plenamente consolidado?

—Creo que sí. Desde la reanudación de la Feria en el 2021, uno de los retos de esta nueva etapa era recuperar el posicionamiento de la FiM, y pienso que lo hemos conseguido, y muy rápidamente. En sólo dos años hemos posicionado en el ecosistema de las ferias y festivales de Cataluña como acontecimiento profesional de referencia con respecto a las músicas emergentes y los espectáculos musicales familiares.

—-¿Qué novedades presenta la edición de este año?

—Por una parte como ya has comentado, ampliamos un día la programación, empezando este mismo jueves tanto la programación escolar comoprofesional y para el público en general. También incorporamos como novedad un nuevo escenario, el Celler. Con él, ya sumamos ocho escenarios. Y después tenemos, complementariamente, una programación muy interesante que hemos ido trazando con diferentes aliados, y donde también hay un componente de kilómetro cero muy destacable. Todo nos ayudará a completar la programación oficial.

—Cuántas propuestas habéis recibido, para participar en la feria de este año?

—Cada año hacemos una convocatoria pública, porque como festival público que somos, funcionamos así. Este año nos han llegado cerca de seiscientas propuestas. Las hemos hecho pasar por un embudo muy estrecho y al final hemos seleccionado 42.

—¿Qué criterios aplicáis, para hacer esta selección?

—Primero, la calidad artística. También seguimos criterios de potencialidad y trayectoria. Eso, con respecto a la música emergente. Si hablamos de los espectáculos musicales familiares, también somos muy exigentes con respecto a la calidad, el rigor y la originalidad. Una vez hecha esta primera elección, buscamos también que la programación sea diversa en aspectos como el formato, la procedencia y el género. En la FiM aplicamos un sesgo de género expreso y declarado, porque somos una feria pública que, de alguna manera, hace de modelo y referente para programadores y programadoras, y la escena musical dista mucho de ser paritaria con respecto a la presencia de mujeres en los escenarios. Nosotros siempre hacemos un esfuerzo importante en este sentido, y este año, por ejemplo, superamos el 65% de propuestas lideradas o formadas por mujeres. La idea es enviar un mensaje al sector diciendo que se puede hacer una programación de calidad e interesante formada mayoritariamente por mujeres.

—También centráismuchos esfuerzos en la misión de ser un escaparate profesional.

—Exacto, la FiM es un acontecimiento comercial, donde se compra y se vende, aunque parezca un poco extraño hablar así. Nosotros ofrecemos una programación que evidentemente llega al público, pero que permite que los programadores y programadoras también puedan ver de forma concentrada las propuestas. A la vez, disponemos de toda una serie de actividades y espacios que permiten el intercambio profesional. Y lo hacemos en un espacio privilegiado, el Castillo de Vila-seca, que es bonito, agradable y muy recogido. Tenemos el sector profesional enamorado del Castillo.

—Ya sé que no te gusta mucho que te hagan esta pregunta, pero no puedo acabar sin pedirte tres o cuatro propuestas que no nos tenemos que perder de la feria de este año.

—Como siempre me lo pedís, ya las tengo preparadas. En el ámbito familiar no me perdería El Pony Menut , que es el estreno del nuevo espectáculo de El Pony Pisador. Otro estreno muy potente es el OMAC Juvenil, una orquesta con músicos muy jóvenes de toda Cataluña, que llevanun espectáculo superpotente. Y, en el ámbito de la música emergente, yo destacaría los Figa Flawas, que son la prometida emergente de la música urbana más festiva, ganadores del Sona9 y con una propuesta que huye de los estereotipos de la música urbana. Finalmente, dos propuestas más desconocidas: por una parte, Miranda Fernández, que lidera un proyecto de flamenco en que el protagonista es el piano, y del cual se oirá hablar mucho, y de la otra, más en clave de territorio, Meli Perea, una artista latinoamericana emergente que vive en Alcanar y que hace una propuesta a caballo entre la música latina y la música urbana, muy festiva y a la vez comprometida.