Elecciones con la sombra de la moción de censura
Once listas se disputarán la presencia en el plenario municipal con el reto de luchar contra una abstención que se prevé bastante elevada
Dieciocho meses. Este es el tiempo que ha estado gobernando el gobierno formado por Nou Moviment Ciutadà, Ciutadans, PSC y PP en el Ayuntamiento de Cambrils. Justo dos días después de acabar la Fiesta Mayor de la Mare de Déu del Camí, los tres concejales de NMC que hasta entonces gobernaban con ERC y Junts Per Cambrils dieron apoyo a una moción de censura presentada por toda la oposición en bloque. ¿El resultado? Una alianza de gobierno sorprendente que ha podido sacar adelante grandes proyectos que ya estaban más que trabajados, como la transformación de la Rambla de Jaume I y la avenida del Esport. Precisamente estas dos obras han sido protagonistas de debates en el pleno y también se espera que aparezcan durante la campaña. Todos los partidos -los que tienen representación municipal- se ponen la medalla de haber apostado por estos proyectos, pero al fin y al cabo será la ciudadanía quien decidirá quién lo ha hecho mejor.
Estas elecciones post-moción de censura servirán para comprobar si los cambrilenses vuelven a confiar en ERC, el grupo más votado en los comicios de 2019 que ha escogido, por tercera vez consecutiva, a Camí Mendoza como candidata; o bien apoyan la gestión hecha por el actual alcalde, Oliver Klein, y los compañeros de gobierno. Mientras que Mendoza pide el voto del ciudadano para poder transformar Cambrils después de reducir la deuda y hacer realidad más inversiones, Klein, que se presenta por cuarta vez, pide confianza en su proyecto y poder ser la primera fuerza.
La competencia principal del alcalde es Enric Daza quien fue su mano derecha hasta hace pocos meses. El concejal no adscrito lidera una lista renovada de Junts que podría restarle votos a NMC. Pero también hay simpatizantes de Junts que no han visto con buenos ojos este nombramiento de uno de los responsables de la moción de censura. Daza está aprovechando estos días para sacar pecho de su gestión al frente del área de Urbanismo y Obra Pública, buscando convencer a los votantes indecisos.
En esta línea, Ciutadans, que fue el segundo partido más votado ahora hace cuatro años, repite con Juan Carlos Romera, que en su presentación defendió el trabajo del partido para conseguir fondos Next Generation para modernizar el municipio y las mejoras que se ha hecho en Promoción Económica, Turismo y Nuevas Tecnologías, áreas que han gestionado en esta segunda parte del mandato.
La sorpresa de estas elecciones municipales la podría dar el PSC. Alfredo Clúa se estrena como candidato de un partido que ha sido muy activo durante la precampaña, con varios actos y notas de prensa que dejan claro que van a por todas y quieren que esta tendencia al alza a nivel catalán también sea una realidad en Cambrils.
Quien hace valer su experiencia para conseguir votos es David Chatelain, que encabeza por tercera vez la candidatura del PP. El concejal defiende el trabajo hecho al frente de las concejalías de Hacienda y Seguridad Ciudadana y ha puesto de número 2 a Patricia de Miguel, actualmente concejala no adscrita y exmiembro de Ciutadans. Hay que ver cómo afectará al partido que una parte de sus miembros históricos no dé apoyo a esta candidatura.
En estas elecciones repiten candidatos como Tomás Garcia, que intentará sacar concejales para la formación municipal ADN (Ara Decidim Nosaltres) y Jose Luis Villares, que ahora es el candidato de Valents después de haber ido hace cuatro años por ALME (Alternativa Mediterránea). Los nuevos nombres son Jordi Barberà, alcaldable de En Comú Podem que busca que el partido vuelva a tener presencia en la sala de plenos; Josep M. Riba, que lidera el partido Activem después de haber intentado presentarse en las primarias frustradas de Junts, e Isabel Segarra, candidata de VOX que podría sacar votos a Ciutadans.
Este año hay un total de once listas, una menos que en las anteriores elecciones. Muchos partidos y un objetivo común: conseguir la alcaldía. No será fácil, y más cuando hay bastante cambrilenses descontentos que dicen que no irán a votar. Este es el gran reto de la campaña, hacer que la gente quiera ir a votar.