Prueba de fuego para el gobierno vallense
Valls se prepara para unas municipales donde los pactos volverán a decidir el futuro de la alcaldía. Republicanos y postconvergentes están condenados a entenderse
Valls encara unas elecciones con bastantes caras nuevas (pero conocidas) al frente de las diferentes formaciones políticas, que el próximo 28 de mayo lucharán por llegar a la alcaldía de la capital del Alt Camp. Junts apuesta de nuevo por la actual alcaldesa, Dolors Farré, que optará a la reelección después de tomar el relevo de Albert Batet -que fue alcalde durante tres legislaturas bajo las siglas del PDeCAT- ahora hace cuatro años. Delante tiene la nueva candidata de ERC, la actual concejala de Educación y Política Lingüística, Teresa Rull, que sustituirá al que ha sido hasta ahora el líder de los republicanos en la ciudad y primer teniente de alcalde, Jordi Cartanyà, que se marcha. También se marcha otra figura destacada de los republicanos vallenses: Òscar Peris, que cierra simbólicamente la lista de ERC-Acord Municipal.
Ambas formaciones aspiran a formar gobierno, pero todo apunta a que no lo podrán hacer en solitario. Como en las últimas elecciones, se pronostica un escenario postelectoral donde hará falta dialogar y pactar. Esta ha sido la segunda legislatura consecutiva que Junts, con 8 concejales, y ERC, con 5, han gobernado en coalición. El acuerdo llegado en el 2019 les ha permitido gobernar con cierta estabilidad, aunque se han producido varios choques entre los dos socios por temas como el macropolígono del Alt Camp o el polémico carril bici, promovido por los republicanos y que la misma alcaldesa ordenó parar ante las quejas de algunos vecinos. Las elecciones del 28-M, por lo tanto, serán una prueba de fuego para el actual pacto de gobierno.
ERC se presenta a las elecciones con una lista totalmente renovada, con Teresa Rull al frente, pero también con Joan París y Dèbora Fernández como números 2 y 3. Son dos personas vinculadas al mundo asociativo, sanitario y empresarial vallense. La republicana quiere llegar a la alcaldía para «impregnar todas las áreas del Ayuntamiento de políticas republicanas, de izquierdas y feministas».
Junts, en cambio, ha apostado por una lista continuista. Se mantienen los nombres de actuales concejales como Laia Castells, Rosa Maria Rovira, Martí Barberà y Enric Garcia, y se incorporan dos caras nuevas, provenientes de los grupos castellers de la ciudad: Andreu Gassó y Joan Ibarra. Farré encara los comicios con el objetivo de revalidar la alcaldía para culminar los proyectos puestos en marcha y poner en marcha nuevos.
Los retos no son pocos. Ha sido un mandato bastante convulso, y no sólo por la crisis sanitaria y económica por la pandemia del covid, han sido cuatro años marcados por la creciente inseguridad en varias zonas del municipio, sobre todo en el Barri Antic, en constante debate por el estado de degradación en el que se encuentra. Untema pendiente desde hace muchos años y que se repite en cada cita electoral, y que el Gobierno municipal ha intentado revertir revitalizando espacios como Ca Padró y Ca Xapes o licitando de nuevo la gestión del Museu Casteller, cerrado porque el concurso para gestionarlo quedó desierto ahora hace cinco años. Finalmente, está previsto que abra esta primavera, seis años después de terminar las obras. Hay que recordar también la polémica renuncia del que fue cuarto teniente de alcalde y concejal de Cultura, Marc Ayala (Junts), acusado de abusos sexuales a menores.
El PSC repite candidata por tercera vez con la diputada Rosa Maria Ibarra, que aspira a liderar una mayoría alternativa para «arreglar y enderezar los proyectos pendientes». Hay que recordar que en los anteriores comicios, los socialistas sacaron a cuatro concejales y durante esta legislatura han liderado la oposición. Hace cuatro años, les excluyeron de las conversaciones para formar gobierno.
La CUP, que actualmente tiene 3 concejales, presenta como cabeza de lista al ingeniero y activista medioambiental Pere Vidal, que toma el relevo de Ester Huguet. Vidal entró en el consistorio a media legislatura, cuando Ana Merino dimitió por motivos personales.
La derecha, multiplicada por cuatro
La desaparición de Ciudadanos del consistorio vallense era una muerte anunciada. Los naranjas no presentan ninguna lista. Su única concejala, Cristina Laiz, no optará a la reelección bajo las siglas de Cs, pero lo hará como número 2 de los populares. La marcha de Cs ha multiplicado por cuatro el número de partidos españolistas que sí optarán a la alcaldía de Valls: PP, Valents y la formación de extrema derecha Vox. Y una sorpresa de última hora: el partido xenófobo y radical Front Nacional de Catalunya (FNC), que ha presentado una candidatura en la capital del Alt Camp, liderada por Alexandra Garrido. La duda ahora es quién sumará los votos que en el 2019 recogieron los naranjas.