Las agencias de viajes receptivas critican la apatía política para buscar alternativas al turista ruso

«Empezamos el año muy bien y, desde hace dos o tres semanas, las ventas se han desacelerado. Hay cierta preocupación entre los hoteleros de la zona, porque hay muchas camas por llenar». De esta manera, el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes Receptivas Costa Daurada (AAVCD), José Luis Túnez, alerta de la repentina caída de reservas, que calcula entre el 30 y el 40%.

Las agencias de viajes receptivas siguen acusando la falta de turismo procedente de los países del este, especialmente de Rusia –y va para largo–, «un mercado que no se puede suplir con el británico o el nacional». En este sentido, Túnez critica la «apatía» de la clase política a la hora de incrementar la inversión en la promoción de los destinos y en explorar nuevos mercado, que podrían resultar providenciales en coyunturas como el actual.

«En momentos difíciles es cuando más necesitamos a los políticos. Se tienen que llevar más clientes al aeropuerto de Reus, porque nos encontramos en una situación muy cómoda. El poco mercado polaco que teníamos, como el de TUI y Rainbow, lo hemos ido perdiendo y nadie ha reaccionado», dice. «Solo podemos llenar el hueco robando clientes a otras destinos turísticos, sin embargo, para conseguirlo, tienes que ser muy competitivo y no se puede centrar la promoción en mercados que ya vienen aquí, como el nacional o el británico», añade.

Túnez explica que el ligero incremento del turismo irlandés mantiene los niveles de las llegadas en el aeropuerto de Reus, pero las agencias de viajes receptivas necesitan que «se atraigan mercados como el polaco, el alemán o el nórdico, que está ansioso de abrir nuevos destinos». El nórdico es, a estas alturas, «residual», en la Costa Daurada, según Túnez, ya que «no se ha sentido bien acogido por los patronatos de turismo de la zona, y ha escogido otros destinos, como Almería».

Según el presidente de la AAVCD, este turista no sólo destaca por su alto poder adquisitivo, sino también porque viaja en temporada baja. «A principios de junio dejan la plaza y vuelven en septiembre, y hace turismo activo. Muchos turistas de países nórdicos piden que el destino tenga campos de golf, por ejemplo», detalla Túnez. Más allá de las críticas, asegura que el sector –especialmente el hotelero– está preocupado, sobre todo después de un arranque de año en el que se superaron las cifras de ventas del año anterior. Recuerda que hoteles, campings y apartamentos turísticos son realidades diferentes, aunque comparten destino turístico.

«La apertura de la temporada fue muy bien con los grupos de turismo deportivo que, durante la Semana Santa, se mezclaron con el turismo nacional, el catalán y de la ribera del Ebro –desde Zaragoza hasta Logroño– y un poco del internacional. Después de la Semana Santa, la Costa Daurada ha recibido al mercado francés, muy potente, porque coincidían vacaciones en diferentes regiones». Desde mediados de mayo, las reservas han caído y reina la incertidumbre, ya que «hay muchas plazas hoteleras, muchas camas, y no las llenaremos por falta de mercado». «Este año cuesta vender en el mercado británico y, aunque estamos vendiendo para agosto y en septiembre, lo que puedo garantizar es que no va bien», concluye Túnez.