¿Volver a la mayoría absoluta o nuevos pactos?
Los vilasecanos decidirán el próximo domingo si Pere Segura mantiene su liderazgo o prefieren romper con la hegemonía política del municipio
Promesas, promesas y más promesas. Eso es lo que hemos escuchado en Vila-seca desde el pasado 11 de mayo cuando se produjo la tradicional pegada de carteles. Pero la cuestión es: de todas, ¿cuáles se harán realidad? En esta última semana de campaña electoral, los candidatos que habían pasado más desapercibidos se han puesto un poco las pilas y se han dejado ver por el municipio para intentar captar votos. Sin embargo, Vila-seca Segura, el PSC- Vila-seca Som Tots, Decidim Vila-seca y Vila-seca en Comú parten con ventaja para mantener u obtener algún asiento más en el consistorio vilasecano con respecto a las elecciones del 2019. La incógnita es si las nuevas formaciones y las que no tienen representación actualmente conseguirán entrar. Pero si tenemos que pronosticar los resultados de los comicios del próximo domingo, estos se resumen en dos posibles vencedores: Pere Segura o Joan Anton Ramírez.
El actual alcalde y candidato a la reelección, Pere Segura, se mantiene entre las primeras posiciones para «seguir sumando» y mantener el liderazgo de la casa consistorial. Lo que si está claro es que su ejército fiel de simpatizantes nunca fallan a la hora de acudir a las urnas. Habrá que ver si el número es suficiente para recuperar la mayoría absoluta, que solía alcanzar Josep Poblet y que perdió en los últimos comicios, o Joan Anton Ramírez consigue quitarle el trono gracias a un pacto con el resto de formaciones para «activar Vila-seca».
Ramírez se ha levantado como un duro competidor para Segura. El antiguo portavoz de Ciutadans y actual alcaldable por Vila-seca Som tots-PSC ha hecho una campaña sólida para demostrar que no está en la política por un proyecto político sino que su batalla es local y que él es la única alternativa para romper con la hegemonía actual. Para hacerlo, seguro, necesitará a más aliados.
Decidim Vila-seca con Josep Forasté al frente, se ha mantenido fiel al proyecto que presentó para los comicios del 2019 pero con propuestas renovadas, fruto de su experiencia de estos últimos años. El candidato ha apelado a los votantes a hacer uso de su voto para «recuperar la confianza en el Ayuntamiento» y luchar por hacer una Vila-seca «más viva, más social y más sostenible».
Núria Miret de Vila-seca en Comú, por su parte, ha hecho de las políticas sociales su bandera. La alcaldable de los comunes, conocida por hacer una política constructiva en la oposición, ha pisado calle para defender unas propuestas para hacer avanzar el municipio y conseguir «la Vila-seca que suma».
La CUP-Amunt, Ciutadans, PP, Valents, Convergents y VOX lo tienen muy difícil para sumar los suficientes votos que les otorgue un lugar en el consistorio, aún así, todo puede pasar.
Uno de los factores determinantes de los resultados será la capacidad de movilización de los votantes. Hay que tener en cuenta que en los comicios del 2019, la cifra de participación fue del 61,29% y la abstención del 38,71%.
Durante los últimos cuatro años, los vilasecanos han podido presumir de haber estrenado el Celler, la Oficina de Atención Ciudadana y los Servicios Sociales, y haber recuperado la Fira de Música al Carrer (FiM), aunque con un concepto diferente del original. Sin embargo, muchas de las promesas que se hicieron en las elecciones del 2019 se han quedado en papel mojado, entre ellas la renovación de la biblioteca municipal o un nuevo estadio municipal. A todo eso, se le suma el tema de la discordia, la implantación de las zonas de aparcamiento naranja de 15 minutos, medida que la mayoría de los partidos han defendido que revisarán para eliminarla o replantearla de forma «más lógica». Esta se podría decir que ha sido la única cosa que ha despertado el malestar entre los vilasecanos y podría acabar reflejándose en las urnas el próximo 28M. Hasta entonces, se abren las apuestas para ver si el cambio es posible.