Largas colas de trabajadores para acceder a las nucleares de Ascó y Vandellòs

CCOO y UGT hacen este miércoles «una jornada informativa» en las puertas de las nucleares de Ascó y Vandellòs, una acción sindical que provoca largas colas de trabajadores esperando para entrar a trabajar en las plantas desde las siete de la mañana.

En Ascó, donde se hace la recarga de combustible de la unidad I, se permite entrar a los empleados gradualmente. Los sindicatos reivindican que la negociación del quinto convenio colectivo está bloqueada. Lo está porque no se acepta incluir «una garantía de trabajo» al personal de las dos centrales catalanas para que mantengan los puestos de trabajo cuando cierren la actividad y se haga el desmantelamiento. «Se pone sobre la mesa para que sea una transición justa» ha dicho Joaquim Bielsa, presidente del comité de Ascó.

Con la acción sindical de este miércoles en las puertas de las centrales nucleares, los sindicatos CCOO y UGT han querido escenificar «que las relaciones» con la dirección de ANAV (Associació Nuclear Ascó-Vandellós) «se han degradado de forma preocupante»- Según Joaquim Bielsa, presidente del comité de la central de Ascó y secretario general de CCOO de Ascó y Vandellòs, y Francisco López, vicesecretario general de UGT de Ascó y Vandellòs, el motivo del encontronazo es que el negociación del convenio colectivo, el quinto, se ha atascado y bloqueado porque los sindicatos exigen incluir un plan que garantice los puestos de trabajo al personal de las plantas nucleares cuando llegue la fecha de cierre y haya que empezar a desmantelar.

Según ha recordado Bielsa, la plantilla de Ascó y Vandellòs «está preocupada» por el inminente calendario de cierre, en 2030 para Ascó I, 2031 para Ascó II y 2035 para Vandellòs II. El presidente del comité del centro de Ascó ha señalado que la media de edad de la plantilla «no es elevada» (46 años) y ha recordado que ya se aplicó «un programa de relevo generacional» porque el personal «estaba envejecido» y unas 400 personas se jubilaron - casi la mitad de los trabajadores de la propiedad de las plantas -.

Personal joven y calificado

Toda esta «gente joven» que se ha incorporado a las nucleares es la que mayor preocupación muestra por la falta de planificación y estabilidad. «Se han incorporado en un sector de actividad que finaliza, pero estas plantas, cuando cierren de forma preceptiva deben desmantelarse y se pide que se ponga por escrito que son estos trabajadores quienes lo harán», ha reclamado Bielsa. Los sindicatos defienden que los empleados de las nucleares son los que están más preparados para hacerse cargo de desmantelarlas y por eso piden «una transición justa», con un programa y un plan que les garantice la continuidad laboral más allá de la fecha de paro de la actividad.

Desde CCOO y UGT insisten en que este personal es el más cualificado y formado para llevar a cabo este trabajo porque es «el que mantiene y tiene en marcha» las plantas, pero «falta voluntad por parte de la empresa», denuncian. Incluso piden y ofrecen «movilidad funcional y geográfica entre Ascó y Vandellòs» y que se puedan «cambiar las funciones de los empleados» según «las necesidades» del trabajo a desarrollar.

Los sindicatos también quieren incluir al personal de los subcontratos (unos 1.500 empleados más) aunque reconocen que primero hay que realizar una planificación de la dotación de plantilla necesaria. De la misma manera que puede ser complicado mantenerla toda, puede que también se necesite más personal del que hay ahora. Si es necesario reajustar, se plantearía un nuevo ERE, «que el actual acuerdo ya contempla».

Desde que se denunció el convenio colectivo, en marzo del 2022, los sindicatos han celebrado doce reuniones con la empresa. Reconocen que «es una negación atípica», ya que «sólo se propone mantener el nivel adquisitivo» pero con la garantía de conservar los puestos de trabajo «como línea roja». CCOO y UGT proponen seguir el ejemplo de lo que ya se ha hecho en Vandellós I, José Cabrera (Zorita, Guadalajara) o Nuclenor (Santa María de Garoña, Burgos), «donde ha sido el personal que trabajaba en las instalaciones quien se hace cargo del desmantelamiento, que tiene la máxima calificación para ello».

Primera jornada de presión

Los representantes sindicales se han instalado a las seis de la mañana en las puertas de las centrales de Ascó y Vandellòs, y han permitido que se hiciera el relevo del turno de noche, pero después han ido informando, uno por uno y sin prisa, a todos los trabajadores que durante la mañana llegaban a las plantas, provocando largas colas de vehículos en las entradas.

La intención de la acción sindical no es «retrasar» la recargada de combustible que se hace en Ascó I, pero de cara a la recarga de Ascó II prevista en octubre, si la situación no se desbloquea, «requerirán a los empleados» que no hagan ninguna hora extraordinaria. Esto supondría que no se pudieran cumplir los plazos de la parada. Si la situación se alarga, no descartan convocar jornadas de huelga en la recarga de Vandellós II en abril del próximo año.

Falck se marcha

En la última recarga de combustible, la parada sufrió ya unos días de retraso por las jornadas de huelga que convocaron el centenar de trabajadores de la empresa Falck, de servicios contra incendios en las plantas. Los bomberos de las centrales exigían un aumento salarial en la negociación del nuevo convenio que acabó acordándose en octubre pasado.

Según aseguran los sindicatos y ha confirmado ACN con representantes de los trabajadores de la empresa, el contrato de Falck con la propiedad se extingue el próximo 31 de agosto y ya se ha abierto el concurso para encontrar a otra compañía, que tendrá que absorber toda la plantilla actual y respetar los términos del convenio firmado, que está vigente hasta final de este año. Anavar no permite a Falck participar en este nuevo concurso de adjudicación del servicio.