Desmantelan un grupo criminal que robaba en urbanizaciones de Santa Coloma de Queralt

Los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal de siete personas a quien se atribuyen al menos 27 robos, 23 robos con fuerza en el interior de casas de urbanizaciones situadas en varias localidades catalanas y 4 robos en Santander. La banda estaba formada por un clan familiar femenino de Chile que actuaba con sus parejas sentimentales y otras personas.

Además de los 27 robos descritos, también intentaron robar en una casa en Bilbao. La Ertzaintza les detuvo después de que un vecino los alertara pero durante la huida embistieron a los vehículos policiales e hirieron levemente a un policía. La banda se desplazaba desde Chile para hacer campañas de robos y después volver a su país con un mayor estatus criminal.

La investigación empezó al inicio del 2023, cuando se detectó un aumento de los robos con fuerza con las mismas características en el interior de casas habitadas. Para cometer los robos utilizaban vehículos de alquiler, hasta siete mientras duró la investigación. Utilizaban el mismo y sólo lo cambiaban en caso de que algún vecino los detectara. Cada integrante tenía una tarea asignada.

Se desplazaban con el coche de alquiler a zonas de urbanizaciones para seleccionar casas aisladas o cometer los robos. Una vez fijado el objetivo, se dedicaban a analizar las diversas formas de acceso y las medidas de seguridad del domicilio, aparte de asegurarse que no hubiera otras casas cercanas.

Las mujeres del grupo se encargaban de las tareas de control y vigilancia mientras que los hombres cometían el robo en el interior de las casas por el método del escalamiento o con el uso de palanca para fracturar puertas o ventanas. Ya en el domicilio, su objetivo era siempre buscar joyas, dinero en efectivo, electrodoméstico y dispositivos electrónicos. Acostumbraban a llevar gorra para dificultar su identificación y uno de los ladrones llevaba una mochila para llevarse todos los objetos sustraídos.

El grupo actuó en poblaciones de comarcas de toda Cataluña: Bages (Sant Fruitós de Bages, Navarcles, Sant Salvador de Guardiola y El Pont de Vilomara), Anoia (La Pobla de Claramunt, Igualada, Piera, Masquefa), Berguedà (Gironella), Solsonès (Solsona), Urgell (Agramunt), Pla d'Urgell (Ivars d'Urgell), Pla de l'Estany (Banyoles), Baix Llobregat (Collbató, Corbera de Llobregat), Conca de Barberà (Santa Coloma de Queralt), Alt Penedès (Plana de les Torres), el Lluçanès (Prats de Lluçanès) y Vallès Occidental (Palau de Solità y Plegamans, Rellinars).

En un momento de la investigación se estableció un equipo conjunto con la Policía Nacional. En el equipo conjunto también participaba el agregado policial de la PDI, la Policía de Investigaciones de Chile. Este grupo criminal se dedicaba a esta tipología delictiva desde hacía mucho tiempo y actuaba tanto en Cataluña y como en otros puntos del Estado. El seguimiento de los integrantes del grupo organizado permitió la detención 'in fraganti' de tres de los ladrones después de haber entrado a robar en dos casas unifamiliares de Sant Fruitós de Bages. Durante la detención, uno de los integrantes huyó y se le detuvo después de un seguimiento a pie campo a través.

Después de esta detención, el 24 de mayo se llevaron a cabo entradas y cacheo en seis domicilios de los investigados en las poblaciones de Blanes, Barcelona, Badalona y l'Hospitalet de Llobregat. Durante las entradas se intervinieron varios objetos y documentación que relacionaba a los investigados con los robos y se detuvieron tres integrantes más del grupo. Entre los objetos intervenidos había 75 relojes de alta gama, joyas de oro y con piedras preciosas, bolsos y perfumes de lujo, además de dinero en efectivo.

La Policía Nacional detuvo a dos personas más. En total, el balance de detenciones es de ocho, cinco hombres y tres mujeres de entre 25 y 36 años, todos con numerosos antecedentes en Chile. Después de pasar a disposición judicial, siete de ellos han ingresado en prisión. Durante la investigación los agentes han podido determinar que el grupo había enviado cerca de 50.000 euros vía empresas de envíos de dinero en Chile.