Una exposición inédita retrata la vida más de Joan Miró a Mont-roig

La Fundación Mas Miró, Sucesión Miró y el Ayuntamiento de Mont-roig han producido una exposición de fotografías inéditas que retrata la vida más íntima y cotidiana de Joan Miró y su familia a la masía de veraneo, entre los años 50 y 70 del siglo pasado. La muestra se puede ver en el Centro Cultural Iglesia Vieja de Mont-roig (Baix Camp) hasta el 3 de septiembre de 2023. Las fotografías surgen del álbum familiar de Maria Dolors Miró, hija del artista. La exposición «refuerza la importancia de este entorno en la trayectoria vital y artística» del pintor, con un paisaje que fue un «refugio» para el artista, destaca a la directora de la Fundación Mas Miró, Elena Juncosa a la ACN. La recopilación llega en el quinto aniversario de la aperturade la masía.

En las fotografías se pueden ver escenas familiares con los hijos y nietos del artista como protagonistas principalmente. La mayoría de ellas con la masía de fondo, donde la familia pasó largas temporadas; llegaban por Sant Joan y se marchaban en septiembre, pasada la fiesta mayor del pueblo, recuerda Juncosa. La recopilación de imágenes «permite hacer una lectura muy ilustrativa y muy amable de lo que era la vida cotidiana», añade.

También hay momentos más extraordinarios como por ejemplo instantáneas del grave accidente de coche que sufrió su hija, Maria Dolors Miró, en 1965. Fue ingresada en el hospital de la Cruz Roja a Tarragona y de esta convalecencia, también hay una fotografía. De hecho, después de este trágico episodio, Joan Miró regaló el Tapiz de Tarragona a la institución para agradecer la atención. Una obra que se puede ver en el MAMT.

Los retratos están acompañados de escritos extraídos de la correspondencia que enviaban a su abuelo, los nietos del pintor, así como fragmentos del texto 'Cerca de Miró', escrito por su nieto mayor, David Fernández. «Hay una parte de este texto que nos habla de la vida en Mas Miró y en Mont-roig, y de cómo su abuelo veía con muy buenos ojos que ellos pasaran todos los veranos porque estaban en contacto directo con la naturaleza, el paisaje y los habitantes, sin ambages ni diferencias», remarca Juncosa.