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El sector turístico de la Costa Daurada prevé un agosto con un 85-90% de ocupación

Las perspectivas en los alojamientos ebrenses son más pesimistas después de un mes de julio flojo

Una familia regresa a su bungalow en el Camping La Llosa de Cambrils.

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El sector turístico de la Costa Daurada prevé alcanzar entre un 85% y un 90% de ocupación durante el mes de agosto después de un julio atípico, con menos reservas respecto el pasado año. En este contexto, la Federació Empresarial d'Hostaleria i Turisme a la demarcació de Tarragona (FEHT) descarta colgar el cartel de completo este año, a diferencia de anteriores campañas. El sector justifica la situación por el bajón del público francés y belga, con la climatología y la economía como factores clave a la hora de elegir destino. Los pronósticos son aún menos optimistas en el interior de las Terres de l'Ebre y el Delta, donde se calcula que sólo se ocuparán la mitad de los alojamientos rurales después de un mes de julio con una ocupación media del 20%.

El sector turístico del litoral tarraconense encara el mes de agosto con la previsión de mejorar la ocupación de julio, aunque descarta registrar las cifras alcanzadas en la anterior campaña veraniega, tachada de «extraordinaria» por los empresarios. «Estamos haciendo números de 2019, algo que nos alegra, pero quizás la expectativa era más alta», relata el director general del grupo Blaumar en Salou, Albert Canadell. El bajón del cliente francés, pero también del belga, ha sido una de las principales causas que explican el menor volumen de negocio este año. Según Canadell, durante los dos últimos años y coincidiendo con la guerra en Ucrania, el visitante francófono ha permitido superar la falta de clientes rusos que no han veraneado en la Costa Daurada. Por el contrario, Canadell afirma que este año se ha recuperado parte del mercado inglés e irlandés, así como la touroperación.

Se trata de una sensación compartida también en el Camping la Llosa de Cambrils, donde el gerente Anton Nolla señala el aumento de las temperaturas como uno de los otros factores determinantes a la hora de recibir turistas centroeuropeos. Según Nolla, el cliente que busca un destino de sol y playa opta por quedarse en su país de origen si las condiciones meteorológicas son similares a las que pueden encontrarse en la Costa Daurada. En cuanto a la ocupación prevista, los bungalows colgaron el cartel de completo de cara a la primera quincena de agosto, mientras que en las parcelas todavía hay disponibilidad. «Las perspectivas son buenas, pero el verano es muy largo y no se soluciona la temporada sólo en quince días», ha puntualizado Nolla.

Objetivo: superar la ocupación de julio

Según datos de la Federació d'Hostaleria i Turisme a la demarcació de Tarragona (FEHT), la ocupación durante el mes de julio se situó entre el 75% y el 80% en los alojamientos turísticos. La presidenta del organismo, Berta Cabré, ha justificado estos datos por la inestabilidad climatológica de las últimas semanas y al mismo tiempo, por el contexto económico marcado no sólo por el aumento de la inflación sino también por la voluntad de los turistas de rebajar gastos durante las vacaciones.

De cara a agosto, el mes tradicionalmente con más negocio de la temporada de verano, la previsión es superar ligeramente estos porcentajes hasta alcanzar entre el 85% y el 90% de las plazas ocupadas, si bien se descarta frotar el pleno absoluto. Cabré apunta que tanto la falta de cliente ruso más que no se ha podido suplir con ningún otro mercado como el bajón del cliente francés han condicionado las expectativas marcadas para este verano. A su vez, subraya que las reservas se han polarizado mucho, con reservas con mucha antelación y otras de última hora con un margen de entre 24 y 48 horas.

Menos optimismo en el Ebre

Magras perspectivas para este próximo mes de agosto para los alojamientos rurales del Delta y el interior de las comarcas del Baix Ebre y el Montsià. «Es flojo. La minoría de casas, las tres que alquilan por habitaciones, pueden tener reservas de última hora. Pero en las casas enteras, es mala: un 50% en agosto», ha certificado el presidente de la Associació de Turisme Rural de les Terres de l'Ebre, Juanjo Bel.

«No conozco año que, concretamente, casas del litoral o dentro del Delta no tengan el 100% -de ocupación- en agosto. Este año no. Las mejores están entre el 80 y el 90%», ha remarcado Bel. La situación es aún más precaria en las casas rurales de la llanura interior, especialmente, aquellas que no están equipadas con piscina. Globalmente, además, el sector viene de pasar un mes de julio particularmente flojo, con una ocupación media del 20%.

Bel cree que la tendencia generalizada a desplazarse en avión hacia destinos turísticos más lejanos está penalizando este verano la oferta nacional. «Creo que será mejor el otoño que el verano. La gente se ha ido fuera. Pero en otoño creo que no serán vacaciones: quizás tengamos un 80 o 90% de ocupación el fin de semana. Pero creo que el motivo principal ha sido que la gente ha cogido el avión», concluyó, reconociendo, de hecho, que el otoño, precisamente, suele ser una buena época para el turismo rural en el Delta del Ebro.

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