Micropueblos de la Conca de Barberà organizan festivales singulares durante el verano
Montbrió de la Marca organiza un maridaje de vinos y patés y Vallfogona de Riucorb recupera el Bla Bla
Son varios los micropueblos de la Conca de Barberà que desde la última década se vuelcan cada verano en organizar festivales singulares para dinamizar el municipio y cerrar filas entre los vecinos. En Montbrió de la Marca viven durante todo el año una docena de personas, mientras que los fines de semana, y sobre todo en verano, se cuadriplica la población, llegando a los 50-60 habitantes. Los días 29 y 30 de julio y desde hace nueve años, organizan un maridaje de vinos y paté, un evento que «ayuda a mantener al pueblo vivo», tal y como explica una de las coorganizadoras, Mercè Borràs a ACN. En la misma comarca, en Vallfogona de Riucorb, recuperan este fin de semana el festival de narrativa oral Bla Bla, coincidiendo con el Año Rector de Vallfogona.
Los vecinos de Montbrió abrirán sus casas y en cada una de ellas, doce en total, los visitantes podrán degustar un vino de la Conca de Barberà y un paté. Borràs destaca que es una forma de mostrar «la hospitalidad» del pueblo hacia los foráneos. Justamente, se escogió este alimento porque el pueblo cuenta con una fábrica de patés, la única industria que existe en el término.
Estos días los montbrionenses están dejándolo «todo listo» para el próximo fin de semana. Algunos todavía pasan la escoba, barnizan puertas o cuentan las cajas de vino. Borràs comenta que también es una forma de «reencontrarse» entre el vecindario. Hace 30 años el pueblo tenía una cincuentena de habitantes, pero la población ha ido envejeciendo o marchándose a las ciudades. «Es una forma de hacer una mayor unión entre nosotros», explica la coorganizadora del maridaje. Ahora ya piensan en la próxima fiesta, un ciclo de conciertos kilómetro cero con músicos vinculados al micropueblo, que podría llegar el próximo año.
Recuperación del Bla Bla
Un contexto demográfico similar al de Montbrió es el de Vallfogona de Riucorb. Viven una cincuentena de personas durante todo el año, mientras que en verano llegan a las 400. El viernes 28 y el sábado 29, así como los días 4 y 5 de agosto, el pueblo recupera el festival Bla Bla, que dejó de celebrarse en 2017. Lo hace coincidiendo con el Año Rector de Vallfogona y gira en torno a la narrativa oral. «Antiguamente, los abuelos contaban cuentos junto al fuego a sus nietos», recuerda Núria Bonet, una de las impulsoras del Bla Bla. Además, el festival tiene también el objetivo de dar a conocer la figura del Rector de Vallfogona a las nuevas generaciones.
El certamen surgió a partir de una idea de la propia Bonet a raíz de un posgrado de gestión cultural. Poco a poco, sumó varias personas, «básicamente mujeres», destaca mientras llama a varias casas del pueblo: «Esther de Cal Farré, Gloria de Ca l'Ànima el Querri». «La recuperación es posible porque nos hemos unido muchas vallfogoninas», insiste.
Descentralizar la cultura
Bonet resalta la importancia de estas propuestas: «la cultura se centraliza en las grandes capitales y los pequeños pueblos se quedan sin oferta cultural». «Hay que descentralizar la cultura, también para que los pueblos tengan vida», coincide con Borràs.
Vallfogona y Montbrió no son casos únicos. El primer fin de semana de agosto, Conesa que cuenta con una población similar a la de Vallfogona, acogerá el Mercat Vell, con paradas donde se exponen antigüedades y objetos de época.
Otro ejemplo es el micropueblo de las Piles con unos 200 habitantes. Es la sede del festival Danseu, un certamen de danza y movimiento que este año llega a la undécima edición y que se ha convertido en un referente como ciclo de artes en vivo en un territorio rural. El pasado año llegó a su clímax con una propuesta participativa que consistió en recuperar espectáculos de años anteriores, pero entonces, interpretados por los propios vecinos del pueblo. Este año se celebrará el fin de semana del 11 y 12 de agosto.