Diari Més

«Soy afortunado, me he podido dedicar a la pasión de mi vida»

Pep Solórzano es el director del Conservatorio y la Escuela de Música de Vila-seca

Pep Solórzano es también músico y compositor.

«Soy afortunado, me he podido dedicar a la pasión de mi vida»Gerard Martí

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«Yo era pequeño, debía tener once años, pero todavía recuerdo a mi madre casi llorando, explicándonos que nos marcharíamos de Monzón, donde yo había nacido, para ir a vivir a Vila-seca. Mi padre venía a poner en marcha una nueva planta en la petroquímica». Así fue como aquel niño que era Pep Solórzano llegó aquí el año 1976. «A partir de aquel momento, me integro de manera muy activa en la ciudad», recuerda. Fue de los primeros niños a estudiar a la escuela Sant Bernat Calvó, y del grupo de jóvenes y adolescentes que se reunieron en torno a la Abadía de Vila-seca, primero con el mosén Pere Dalmau y después con mosén Ricard Cabré, quien sería uno de los fundadores de la Agrupación cultural de Vila-seca. En aquellos años de juventud, Solórzano participa activamente en la vida asociativa local. Muy pronto también sentirá el despertar del apetito musical: «En cuanto tuve la oportunidad entré de alumno a estudiar, primero en la Escuela de Música, y después en el Conservatorio».

Desvaneciendo dudas

Llegada la hora de escoger estudios universitarios, Solórzano optó por estudiar Psicología. «Pero empecé la carrera con las dudas de que habría pasado si hubiera escogido hacer el superior de guitarra. Así que, cuando acabé el primer curso, tomé la decisión de enfocarme definitivamente hacia la música». A partir de aquel momento, empezó a trabajar en el sector musical desde varios ámbitos. Así por ejemplo, fundó el grupo Tradivàrius, con el que grabaron cuatro discos de estudio, convirtiéndose en un referente por su fusión de sonidos tradicionales. Después también experimentará una inmersión en la música moderna y el jazz que lo llevarán al Taller de músics, cuando los estudios allí todavía no eran reglados. Eso hizo que los estudios de música clásica quedaran ralentizados, pero no olvidados ni inacabados. «Con todo este bagaje de música moderna, me puse a hacer música por ordenador», rememora Pep. De aquella época son las bandas sonoras de trece largometrajes y colaboraciones tan importantes como la composición de toda la música del capítulo Tinc ritme, de Plats bruts, que contenía temas tan populares como La rumba del tanga, o la sintonía de la serie de TV3 L'un per l'altre, protagonizada por Mònica Glaenzel y Jordi Sánchez.

El retorno a Vila-seca

Al final de toda esta época estoy viviendo en Barcelona, pero tengo la necesidad de volver a los orígenes. Es decir, en Vila-seca», asegura Solórzano. Así es como empezó a trabajar en el Conservatorio, primero como profesor de la asignatura de Música y nuevas tecnologías, y más adelante asumiendo la dirección del centro en sus dos vertientes: Escuela de Música y Conservatorio. Dos cargos que sigue ocupando hoy en día, además del de Programador del Auditorio Josep Carreras.

Preguntado sobre cuáles son los rasgos que hacen singular el centro, Pep es rotundo: «La excelencia de los estudios. Nuestros alumnos brillan allí donde van. Y no es una casualidad, porque en los inicios de este camino está el Cor Sant Esteve que, ahora hará 50 años, dejó una huella muy profunda». Mirando atrás, el actual director admite sentirse «muy afortunado», y lo atribuye al hecho de dedicarse «a mi pasión de toda la vida, a la vez que estoy liderando un centro que se encuentra en una ciudad como Vila-seca, que siempre ha tenido una vocación musical importantísima».

Un aniversario que hará historia

«Este curso que empezará en septiembre tendremos un acontecimiento muy importante, porque en 2024 se celebran los 50 años de la puesta en marcha de la Escuela de Música de Vila-seca», anuncia Pep Solórzano.

Para conmemorar la efeméride, ya se está trabajando en un calendario de actividades, que podría tener su punto culminante en primavera del año que viene: «Estamos pensando en organizar un día que sea como una fiesta mayor, con toda la comunidad educativa y todo el resto de personas que quieran venir», adelanta Pep. Esta idea, subraya el director, encaja a la perfección con la vocación de que siempre ha tenido el centro de estudios vilasecano: «Queremos salir fuera de la escuela, que nuestra actividad tenga la máxima repercusión en la ciudadanía y que todos estos actos que organizaremos para el 50 aniversario se hagan con la máxima participación de todo el mundo».

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