Carlistas y liberales vuelven a Vilallonga para recrear la batalla del 1 de marzo de 1838

Vilallonga del Camp ha sido, la tarde de este domingo, el escenario de la recreación de una batalla de la Primera Guerra Carlista (1833-1849) que marcó unos momentos importantes en la historia de Cataluña y donde este municipio del Tarragonès fue protagonista. Se trata de la batalla que tuvo lugar en esta población el 1 de marzo de 1838, entre los voluntarios de la Milicia Nacional de Reus -liberales- y los carlistas capitaneados por Llarg de Copons y que provocó la muerte de 130 reusenses entre El Morell y Vilallonga.

Centenares de personas han asistido a esta representación y han visto la llegada al pueblo de carlistas y liberales que ha acabado con una batalla en la plaza de la Iglesia muy aplaudida por los presentes.

En la recreación han participado unas 90 personas, todos amateurs, además de una trigésima de voluntarios que han hecho posible el buen funcionamiento de una jornada que ha empezado por la mañana con una tertulia entre personaje reales de la época, donde se ha planteado la situación política del momento por parte de los protagonistas.

A lo largo del día, los asistentes han tenido la oportunidad de ver toda una serie de bailes tradicionales, contemplar oficios tradicionales y visitar edificios singulares y el museo de la villa.

La coordinadora de la organización, Pili Riera, explicaba que «después del éxito conseguido el año pasado con al recreación de la batalla, este año hemos querido repetir la experiencia para recordar un hecho que se ha ido explicando de generación en generación y que no queremos que se pierda».

El resultado de la batalla de Vilallonga fue de 130 muertos, 20 prisioneros y 8 heridos entre el Morell y Vilallonga, todos reusenses. Se desconoce el número de víctimas carlistas. La derrota provocó que el Ayuntamiento reusense, dos años después, recordara el nombre de los finados -85 fueron enterrados en Reus-, listado que se conserva en el Museo de Reus. Además, también se proyectó un monolito en su recuerdo, pero finalmente no se realizó y fue el franquismo triunfador de la Guerra Civil del 36 quien lo recuperó, pero para dedicarlo sólo a los muertos del bando nacional. El año 1998 se retiró de su lugar y se reubicó en el cementerio como pieza histórica, esta vez sí en homenaje a los muertos de los dos bandos.

La batalla de Vilallonga

Los hechos se iniciaron a primera hora de la mañana del primero de marzo de 1838, el día siguiente del Miércoles de Ceniza, con el ataque por parte del carlistas, con el Gravat de Guimerà en frente, en las diligencias que hacían el trayecto de Reus a Tarragona, a la altura del actuales Juzgados de Reus.

Los tiros se oyeron desde Reus y se movilizó la Milicia Nacional. Su comandante, Francesc Viladomar, y el comandante del ejército isabelino, Francesc Subirà, organizaron dos batallones para perseguir y rodear a los asaltantes. Viladomar iría por el camino Real y Subirá por el camino de Castellvell, Almoster, la Selva..., pensando que los carlistas irían hacia las montañas a esconderse.

Pero los carlistas fueron en dirección al Morell. Aunque los liberales perseguían a los carlistas, al final se cambió la estrategia y los reusenses cayeron en una emboscada en el Morell, que provocó la desbandada entre los milicianos.

Un grupo, con Viladomar en frente, fueron hacia Vilallonga, donde se refugiaron en la iglesia y casas de los alrededores, empezando a tocar las campanas para avisar al comandante Subirà de su situación desesperada. Los carlistas los asediaron, pero con la llegada del comandante Subirà se produjo una batalla en la plaza y calles del pueblo, acabando con la huida de los carlistas y la liberación de los liberales escondida a la iglesia.