Economía
Fertilizantes agrícolas de barros de depuradoras esparcen los microplásticos filtrados del agua, según un estudio
El grupo de investigación Tecnatox de la URV y el IISPV ha analizado la acción de una planta a lo largo de un año
Los fertilizantes agrícolas provenientes de barros de depuradora ayudan a reintroducir y esparcir en el medio los microplásticos que los tratamientos del agua retienen. Esta es la conclusión a la cual han llegado investigadores del centro de investigación Tecnatox de la URV y del IISPV después de analizar varias muestras de agua y barros provenientes de las diferentes unidades de una planta de tratamiento de aguas residuales a lo largo de un año. Han constatado, concretamente, que, si bien el 96% de los microplásticos desaparecen del agua tratada, estos son depositados en los barros de la depuradora, que a menudo se utilizan como fertilizantes en la agricultura y pueden suponer importantes riesgos para la salud y los ecosistemas.
El equipo investigador ha observado que las concentraciones de microplásticos son mucho más elevadas en invierno en comparación con el verano, y que la planta de tratamiento de agua consigue separar más del 95% de estas partículas sintéticas del agua que se devuelve al medio marino.
Con una capacidad de tratamiento de aguas residuales de aproximadamente 2,9 millones de metros cúbicos diarios, los expertos calculan que más de 6.000 millones de microplásticos se eliminan diariamente del agua a Cataluña. Pero, al mismo tiempo, estas partículas se acumulan en los barros que retornan a los campos agrícolas, ya que tradicionalmente se utilizan como fertilizantes. Porcada kilogramo de barro, se calcula que hay 100.000 microplásticos.
Según Joaquim Rovira, del Departamento de Ciencias Médicas Básicas de la URV y uno de los investigadores principales del estudio, «eso puede representar una amenaza ambiental potencial bastante preocupante», dado que son partículas que «pueden ayudar a acumular y transportar metales pesados y otros contaminantes químicos, aumentando así los riesgos medioambientales y para la salud humana.» Además, «los microplásticos pueden ser ingeridos por los microorganismos terrestres y entrar a nuestra cadena alimenticia», añade.
La contaminación por microplásticos es un problema ambiental global, presente en todos los ecosistemas naturales -agua, suelo y aire- y que no sólo preocupa a la comunidad científica, sino también la sociedad en general. Los microplásticos son partículas sintéticas no biodegradables con un diámetro inferior a 5 mm, que pueden entrar a los ecosistemas naturales de varias maneras, siendouna de las principales vías las depuradoras de agua.
El grupo investigador considera necesario seguir analizando el impacto de los microplásticos acumulados en los barros una vez son devueltos a los ecosistemas terrestres y su potencial entrada en la cadena alimenticia. Además, proponen una mejora y actualización de las tecnologías utilizadas en las depuradoras para conseguir una eliminación más eficiente de los microplásticos de las aguas residuales y evitar la reintroducción a los ecosistemas. Rovira sugiere, en este sentido, «optimizar la extracción antes del tratamiento biológico o bien evitar los usos agrícolas». También apunta la posibilidad de «reutilizar los barros con otras finalidades, tales como la producción de asfalto para la construcción de carreteras o incineración para generar energía, si bien otros estudios en curso lo podrían confirmar próximamente».