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De las grietas al ruido: los vecinos de Lilla siguen sufriendo la A-27

La alcaldesa del pueblo asegura que las pantallas acústicas no son suficientes para mitigar el sonido generado por los vehículos

Imagen de la A-27, con Lille al fondo.

De las grietas al ruido: los vecinos de Lilla siguen sufriendo la A-27ACN

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La aperturaal tráfico del tramo de laA-27 entre Valls y Montblanc este pasado lunes ha hecho que los vecinos de Lilla sientan el paso de los vehículos las 24 horas del día desde casa y la calle. Un problema con el cual no contaban y, según explican, desde el ministerio los negaban que pudiera pasar. Les pantallas acústicas que se han colocado en la autovía no son suficientes para mitigar el sonido generado por coches y camiones y, de hecho, reclaman más para amortiguar el zumbido constante. Al mismo tiempo, la alcaldesa del pueblo, Glòria Rovira, ha lamentado que ni el ayuntamiento de Montblanc ni el Estado los invitaran a la inauguración. «Lo tuvimos que ver por televisión. Para ellos es como si fuéramos unos extraterrestres», ha lanzado.

La paz y el silencio que había en Lilla hasta hace unos días parece que en parte se ha acabado. Con la puesta en servicio del tramo entre Valls y Montblanc de la A-27 el sonido de los vehículos llega a la localidad y genera molestias al cerca de un centenar de vecinos que viven allí regularmente. «Era un pueblo donde se escuchabael silencio y ahora ya no lo escuchas, porque pasan camiones y coches. Pasan muchos y seguramente pasarán más», ha comentado Glòria Rovira, la alcaldesa del núcleo que es parte del término municipal de Montblanc.

Aunque Lilla es pequeño, la zona más afectada por los ruidos es la que queda más cerca de la carretera. El pueblo se encuentra a menos de 400 metros de la autovía, pero hay casas en unos escasos 50 metros. Sin embargo, en el centro del municipio también se percibe el paso de los vehículos. Joan Riba, vecino, ha comentado que a primera hora de la mañana es cuando hay más movimiento, «probablemente porlos camiones que van y vienen del puerto de Tarragona».

Los residentes se sienten engañados por el ministerio de Transportes, ya que les aseguraron que una vez la vía entrara en funcionamiento no tendrían ruidos. De hecho, se instalaron pantallas acústicas para amortiguar el sonido, pero son «insuficientes». En concreto se colocaron en el tramo que está el terraplén que se levantó para asfaltar la vía, si bien en una franja de unos 20 metros la zona queda descubierta. Los afectados reclaman que se acabe de cerrar este espacio. A la vez, justo detrás de los muros se plantaron unos árboles, pero todavía son muy pequeños. Esperan que cuando crezcan ayuden a paliar los efectos, pero en todo caso eso tardará años. «Sin mirar ya podemos identificar si pasa un camión o un coche, y si va en dirección a Valls o Montblanc», ha ejemplarizado Rovira.

Trabajos pendientes

A pesar de la inauguración, las obras todavía no se han acabado. De hecho durante esta semana se han visto operarios plantando árboles y arreglando arcenesde la carretera, y también arreglando caminos próximos al pueblo. Rovira ha reivindicado que faltan trabajos para terminar, como asfaltar algunos caminos, arreglar una cañería del pueblo que los operarios rompieron durante las obras o trabajos de jardinería en la montaña. «Lo que falta para hacer, lo harán porque insistiremos», ha sostenido.

Al fin y al cabo se añade al problema de las grietas que sufren desde hace unos cuatro años, cuando empezaron las voladuras del túnel. Después de numerosas movilizaciones y reuniones, la semana pasada consiguieron el compromiso del Estado de cobrar indemnizaciones antes de acabar el año. Rovira confía en qué desde el ministerio de Transportes se cumpla el acuerdo. Son hasta 82 las viviendas que recibirán la compensación estatal, si bien la alcaldesa asegura que la cifra de afectados ronda el centenar, pero algunos afectados no quisieron hacer los trámites. El importe conjunto que tendrán que recibir ronda los 700.000 euros.

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