«No estamos hablando de lo mismo que Barcelona»

«No tenemos que ser la segunda área metropolitana de Tarragona porque, sencillamente, no estamos hablando de lo mismo», dice Josep Poblet. «El 99% de las personas, si piensan en un área metropolitana, piensan en Barcelona, y eso puede llevarnos a un pequeño lío», añade uno de los impulsores en el 2002 del nacimiento del Consorcio del Camp de Tarragona y su área de influencia. Por Poblet, el CON nació para «poner orden al caos de la Barcelona de los años sesenta. ¿Aquí tenemos aquel caos»? pregunta, retóricamente.

«Ahora ya todos hacemos servir cosas y servicios de los otros», señala el ex presidente provincial, para quien el área metropolitana ya existe ‘de facto’ y lo que hace falta es bien sencillo: resolver la movilidad y las infraestructuras, definir un modelo económico, un modelo turístico e industrial, repensar la gestión del agua compartir políticas sociales y de vivienda...

Poblet cree que, en definitiva, el área metropolitana será para mejorar la vida cotidiana de las personas o, lisa y llanamente, no será. Porque en realidad no hace ninguna falta, pero resulta evidente que, por economía de escala y también para poder político, el Camp de Tarragona saldría ganando mancomunando desde la gestión de residuos, como ya hace con Sirusa, a la gestión del conocimiento surgido de la URV o las políticas sociales o de vivienda.

Poblet es una de las voces más ambiciosas a la hora de dotar de contenido el área metropolitana. La sanidad es un melón que el Grupo Impulsor no ha querido tocar hasta ahora, pero Poblet defiende una gestión «con visión territorial», donde cada hospital no aspirara a prestar todos los servicios al máximo nivel como, sino que los diferentes hospitales de la demarcación –Vendrell, Santa Tecla, Juan XXIII, Sant Joan, Móra d'Ebre y Virgen de la Cinta– fueran centros complementarios que prestaran globalmente al ciudadano un servicio al máximo nivel. Ahorro de recursos para obtener un resultado incluso mejor.

«Tenemos que renunciar a ciertas cosas para crear una cultura compartida. Tiene que ser una cultura generosa de los 15 o 20 municipios centrales», añade. Una visión amplia y expansiva de lo que puede ser el área metropolitana. La voluntad política existe, quizás con no tanta determinación como la del ex dirigente de CiU. El mapa y el camino ya están marcados con concreción por generaciones anteriores. Pero está para ver el alcance de los acuerdos en los que sea capaz de llegar el Grupo Impulsor del área metropolitana de Tarragona.