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Salud

El camp de Tarragona y el Ebro necesitan 2.000 enfermeras más para cubrir el servicio

El colegio profesional reclama que se les reconozca administrativamente la categoría de graduadas

Núria Illamola, vicepresidenta del Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Tarragona, en una entrevista a la ACN.ACN

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Faltan unas 2.000 profesionales para cubrir el servicio de enfermería en la demarcación de Tarragona. Así, lo ha afirmado la vicepresidenta del Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Tarragona (CODITA), Núria Illamola, en una entrevista a la ACN. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, facilitados por Illamola, la ratio actual es de 524 enfermeras por 100.000 habitantes en las comarcas tarraconenses y ebrenses mientras que la media europea se sitúa en 827. Después del acuerdo para desconvocar la huelga indefinida, desde el ente siguen reclamando que se les reconozca administrativamente la categoría de graduadas. También piden más incentivos para revertir el poco personal a las zonas rurales del Priorat. Terra Alta o la Conca de Barberà.

La demarcación de Tarragona es la segunda área de Cataluña con la ratio de enfermeras más elevada por cada 100.000 habitantes, después de la de Barcelona. A pesar de estas cifras, la vicepresidenta de CODITA asegura que faltan unas 2.000 profesionales para dar un servicio asistencial de calidad al Camp de Tarragona y a las Terres de l'Ebre. «Estamos bastante por debajo en Tarragona, tenemos unas 100 enfermeras menos por cada 100.000 habitantes», asevera.

La falta de personal se le suma, además, al hecho de que en los próximos cinco años se jubilará el 8% de la plantilla. «Tendremos todavía menos personal de enfermería», lamenta. Illamola sostiene que es especialmente preocupante la situación de las enfermeras especialistas, sobre todo observación, de las comadronas. «El relevo generacional está mucho más acusado porque no dejan de ser especialistas que necesitan una formación previa, independiente del grado, con una residencia de dos años. Les plazas que se ofrecen para comadronas son bajas», añade.

Más incentivos para cubrir las zonas rurales

Aparte de la problemática de las especialistas, las zonas rurales de las comarcas tarraconenses y ebrenses también sufren la «carencia» de personal. Se trata de las áreas en torno a municipios como Cornudella de Montsant, Falset, Montblanc, Camarles o las Casas de Alcanar. «Normalmente, tienen un paciente más envejecido, crónico complejo, que necesita mucho seguimiento de enfermería; las enfermeras hacemos un seguimiento del paciente crónico complejo, casi desde la atención primaria, que es una de nuestras máximas funciones,» señala a la vicepresidenta del Colegio.

Además, destaca, que en las Terres de l'Ebre la problemática se agrava. «Muchas de estas enfermeras no trabajan sólo en un Centro de Atención Primaria (CAP), como podría ser el del Perelló, sino que se tienen que desplazar a diversos CAP para poder asumir esta deficiencia de enfermeras en el ámbito rural», indica. Ante esta problemática, Illamolla considera que el Departamento de Salud tendría que ampliar los incentivos para hacer las zonas rurales más atractivas.

«En el tercer convenio se ha contemplado que haya un premio, una motivación extra de carácter económico para estas zonas rurales, pero independientemente de eso, creo que se tendrían que buscar otras estrategias», afirma. Unos incentivos que podrían pasar, dice, desde ofrecer una vivienda, una mejor conciliación familiar o bien un incremento salarial.

Reclasificación de la categoría

El pasado 25 de enero, el sindicato Enfermeras de Cataluña llegó a un acuerdo con el Departamento de Salud para desconvocar la huelga indefinida, iniciada en diciembre del año pasado. Aunque se puso fin a la huelga, no se alcanzó el hito del reconocimiento profesional y económico del A1. Ahora mismo, las enfermeras se encuentran en la categoría A2, aunque desde hace años son graduadas y no diplomadas. La reclasificación formal depende del Ministerio. Con todo, hasta que no llegue esta homologación, reclaman al Govern un complemento salarial de entre 400 y 600 euros.

Desde el Colegio recuerdan que hace muchos años que luchan para conseguir la reclasificación de la categoría y, por eso, señalan que seguirán reclamando que se les reconozca administrativamente que son graduadas. «Falta un reconocimiento institucional, con el tercer acuerdo teníamos esperanzas y no hemos tenido el reconocimiento que esperábamos; cada vez adquirimos más competencias y estas están justificadas porque a partir de la implantación de Bolonia somos enfermeras graduadas», sostiene Illamolla.

También critica que las oposiciones del Instituto Català de la Salut (ICS) no se hagan según la especialidad: «una enfermera se considera una enfermera generalista que vale para la atención primaria, pediatría o una unidad mental, cuando estas especialidades en el Ministerio las tenemos reconocidas, pero no en el ámbito administrativo», insiste. Paralelamente, defiende que desde el colegio trabajan tanto para los profesionales del sector público como del privado con el objetivo de alcanzar mejoras en el ámbito de la profesión. «Todo lo que sea mejoras laborales para las enfermeras siempre lo valoraremos positivo, pero se tiene que diferenciar el trabajo del colegio profesional con el del sindicato», comenta en referencia a las reivindicaciones sindicales obtenidas.

«No queremos sustituir a los médicos»

La responsable también remarca que llevan a cabo tareas que no tienen reconocidas, a pesar de tener las competencias para hacerlas. A modo de ejemplo, explica, que pueden hacer seguimientos de bajas laborales o bien prescribir productos sanitarios que no están sujetos a prescripción médica. «Tenemos competencia tanto para prestar atención a paciente crónico como paciente agudo. No creo que estemos haciendo nada de lo que no nos toca hacer, sino que lo que hacemos no lo tenemos lo bastante reconocido; eso no quiere decir que tengamos que sustituir al médico», sostiene. Por eso, considera que es necesaria una remodelación de todas las categorías laborales.

«Creo que los médicos y las enfermeras tenemos que dejar de hacer unas tareas que podemos delegar, las técnicas auxiliares de enfermería tienen que adquirir otros dentro de sus competencias; y optimizar todas estas categorías al máximo para cubrir esta falta de profesionales que tenemos», asegura Illamolla. Y añade que es una cuestión de dar «valor a cada profesional». Finalmente, lamenta el agravio que supone que el personal de enfermería tenga poca representación en los cargos directivos del ICS.

«Nosotros somos figuras primordiales, cuando el consejero Balcells propuso una mesa bilateral entre el Departamento de Salud y el sistema sanitario, y se llamó a todas las profesiones facultativas y a nosotros no, nos sentimos ofendidas, se nos excluye y esta exclusión también la vemos reflejada en qué teníamos figuras que han trabajado muy y muy bien, como Yolanda Lejardi o Montse Gea, y ya no están», denuncia Illamolla. Por lo cual, reclama que haya más enfermeras en ámbitos de responsabilidad.

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