La gestión de las grandes infraestructuras
La limitada incidencia local en el aeropuerto contrasta con un puerto en «simbiosis» con el territorio
Les cámaras de comercio impulsan un plan estratégico para hacer aflorar entre los empresarios la demanda de vuelos para mercancías
Imagen del aeropuerto de Reus.
«AENA es quien decide lo que le parece, en el aeropuerto haría falta una especie de Consejo de administración como al Puerto». Son palabras de la presidenta de la Cámara de Comercio de Tarragona, Laura Roigé, muy crítica con la escasa capacidad de influencia local, centrada en la promoción y captación de nuevos vuelos a través de la Mesa Estratégica del Aeropuerto. «Son las herramientas que tenemos», defiende el presidente del Patronato de Turismo de la Diputación, a Carles Brull, convencido de la capacidad de mejora del aeropuerto con la gestión actual aunque anhelaría un traspaso del Estado a la Generalitat.
Reus ha superado este año al millón de viajeros, pero Brull ve al alcance la cifra de 1,2 y, con más recursos, apunta a los 2,5 millones de pasajeros para los cuales está dimensionada la infraestructura, aunque para este salto haría falta conseguir alcanzar la temporada turística.
A pesar de esta promoción -que tienen que hacer los agentes del territorio porque AENA no la hace-, la capacidad de incidir en la operativa es nula. «No tenemos ninguna incidencia» en la gestión del aeropuerto, lamenta el delegado de la Generalitat, Àngel Xifré.
Como ejemplo de descoordinación entre la dirección aeroportuaria y las necesidades del territorio, Xifré explica que los alumnos del Centro de Estudios Superiores de la Aviación (CESDA) de Reus tienen que desplazarse a Lleida a hacer prácticas porque nadie puede atenderlos desde la torre de control.
A pesar de todo, las cámaras de comercio quieren impulsar un plan estratégico, sobre todo para hacer aflorar entre los empresarios la demanda de vuelos de mercancías que, si cada uno fuera por separado, no resultaría rentable. «Demanda hay, pero hay que arreglarla», sostiene al presidente de la cámara de Reus, Mario Basora.
El sector turístico, además, empuja también hacia una gestión aeroportuaria más participada por el territorio. La presidenta de la FEHT, Berta Cabré, recuerda que la colaboración público-privada hizo llegar a máximos de pasajeros el aeropuerto ahora hace dos décadas y cree que «sería un buen camino» que se dediquéssin esfuerzos también al ciudadano del territorio.
En el puerto, las cosas son diferentes. Ha habido 3 presidentes -nombrados por la Generalitat- en los últimos 6 años, y el de Tarragona se mantiene como el puerto líder del Mediterráneo en cereales y en volumen total de mercancías transportadas es en posición no de Champions pero sí de Europa League en el rànking de puertos del Estado.
«La Autoridad Portuaria es un reflejo de la relación del puerto con las administraciones y la representación social del área metropolitana de Tarragona. Podríamos hablar de una relación simbiótica», sostiene su presidente, Saül Garreta, que ve el puerto como un actor determinante a nivel de planificación territorial.
Para poder sacar las mercancías de las vías del tren que atraviesan las poblaciones costeras y derivarlas por el interior, sin ir más lejos, que es una fuerte reivindicación territorial. «El puerto va como un tiro’», resume desde la Cámara de Comercio de Tarragona, Laura Roigé.
La parte crítica la pone Cabré: «El puerto tiene muchos focos, y el turístico no es el principal», replica la representante de un sector que aprecia los avances en la promoción de cruceros que ha hecho en los últimos años, pero cree que todavía hay mucho campo por correr.