La Conca de Barberà y el Alt Camp acogen el 86% de los proyectos solares en el territorio
La caída de la demanda eléctrica acondiciona las grandes instalaciones
La instalación de plantas solares fotovoltaicas es muy desigual entre comarcas en el Camp de Tarragona. El 46% de estos proyectos se encuentran en el Alt Camp, mientras que el 40% les acoge la Conca de Barberà. El Tarragonès y el Baix Camp cobijan el 8 y el 6% respectivamente, mientras que no hay hacia la comarca del Priorat, según datos de la Comisión Territorial de Urbanismo del Campo de Tarragona (CTUT). «Hay un desequilibrio territorial porque los promotores buscan terrenos baratos, sobre todo en municipios pequeños, con población envejecida, donde confían obtener un mejor acogimiento», explica Sergi Saladié, miembro del grupo de investigación GRATET, profesor del Departamento de Geografía en la URV y miembro de la Comisión Territorial de Urbanismo de las Tierras del Ebro.
Casi 1.000 Ha en el Alt Camp y en la Conca de Barberà están en tramitación para instalar proyectas de energía solar. El Baix Camp y el Tarragonès suman unas 135 Ha. «Hace 20 años hubo una gran explosión en el sector, pero ahora se ha entrado en una fase de desaceleración y de debate entre los mismos fabricantes», apunta a Saladié. Esta situación se debe, por una parte, al encarecimiento de los productos, que ha provocado problemas financieros a los fabricantes de los equipamientos. De la otra, por la bajada en la demanda eléctrica. «Los instaladores se dan cuenta de que muchas horas ahora se están pagando a 0 euros y que tardarán muchos más años a amortizar la inversión inicial», dice Saladié. «Muchas veces, los obligan a detener su actividad porque no hay cabida en la red eléctrica. No hay bastante demanda. Les nucleares no se detienen nunca y no hay espacio para todo el mundo», concluye el profesor. Lo que Saladié denomina como «canibalitzación del sistema».
No hay bastante demanda
Por estos motivos, los proyectos de grandes plantas solares están «bastante parados» y las instalaciones más pequeñas, de las denominadas comunidades energéticas, cada vez cogen más impulso.
Este escenario se evidencia con los proyectos que recientemente se han arrancado o parado en el Camp de Tarragona. Grandes infraestructuras, como el parque solar Perafort Mapesol 1, con más de 70.000 paneles fotovoltaicos en los términos municipales de Alcover, el Milà y la Masó, no son autorizadas. El parque solar previsto en la zona de Bellisens en Reus, de 39,5 Ha, también se ha desistido. A la contra, proyectos más menudos, como dos en Riudoms de 3,15 y 6,1 Ha, han sido aprobados. O a la Selva del Camp, donde el proyecto Mas Colom, que prevé 6.448 paneles fotovoltaicos, ha recibido el visto bueno de la CTUT.
«Se ven muchos proyectos torpes, de promotores con capital internacional que no conocen el territorio», remacha Saladié. En este sentido, el experto no cree que el procedimiento burocrático para arrancar este tipo de proyectos sea tendencioso, sino que no hay un plan territorial de ordenación de renovables. No se está aplicando la Ley de Cambio Climático, del año 2021, que expone que se tienen que determinar unos criterios de reparto territorial. En cambio, se va tramitando proyecto por proyecto», sentencia Saladié. Los promotores tienen que esperar a la resolución de los Departamentos de Urbanismo y Acción Climática. «Se tendrían que establecer unas cuotas comarcales y habilitar ciertas zonas para aligerar la burocracia y que ir haciendo modificaciones puntuales de urbanismo», dice el investigador.
La eólica, todavía más dispar
Los comportamientos de los agentes involucrados a la energía fotovoltaica se pueden extrapolar a los implicados en la energía eólica. Territorialmente, la Conca de Barberà tiene en su comarca el 79% de los proyectos eólicos, con 78 aerogeneradores en servicio y 11 más en tramitación. El total de las instalaciones tendrían una potencia de 218 MW. En el Tarragonès, no hay ningún parque eólico.
Saladié expone que cada vez «hay más ayuntamientos que no ven tan claro estas estructuras». «Empiezan a pensar que, por 50.000 euros al año de IBI, quizás no me sale a cuenta», apunta al investigador. Entre los proyectos eólicos en tramitación, destaca el parque eólico de Trucafort, que busca una repotenciación con 9 nuevos aerogeneradores, con una potencia de 29,85 MW. «Se trata de buscar el equilibrio entre la ocupación del suelo y el impacto visual y paisajístico», expone Saladié. El profesor afirma que los molinos pequeños, a la larga, pueden ser más prácticos que las instalaciones mayores. «Los primeros molinos eran pequeños, sin estar en una cadena de montaña y que no llegan al megavatio, pero que funcionan todo el año porque no necesitan un régimen de viento muy alto. En cambio, cuanto mayores, más vientos de ponente o de mistral necesitan para funcionar», sentencia Saladié.
El profesor indica que se han cuantificado unos 74 ayuntamientos que no están de acuerdo con la cantidad de este tipo de proyectos y que quieren más autonomía a la hora de decidir. «El 80% de los municipios con aerogeneradores han perdido población. Eso demuestra que los promotores no han aportado todo aquello que se pensaba, sobre todo con respecto a los puestos de trabajo», apunta a Saladié.
De cara al futuro, el experto cree que el autoconsumo será la vía más práctica. Los grandes proyectos ya no tendrán cabida. Hay un filón abierto muy interesante con el autoconsumo y las comunidades energéticas, aunque se tienen que desarrollar jurídicamente», opina Saladié. Actualmente, en el Tarragonès hay 150 equipos de autoconsumo fotovoltaico por cada 10.000 habitantes, y al Baix Camp, la ratio es de 174. «Tienes un rendimiento automático, desde el primer día tienes beneficio», concluye el investigador.
Un proyecto repartido en siete municipios
Paraíso Solar. Este es el nombre que recibe un proyecto de placas fotovoltaicas en el Camp de Tarragona que se instalaría en siete municipios diferentes. La iniciativa, en tramitación, se dividiría en doce ámbitos discontinuos en diferentes espacios de los términos municipales de Renau, el Catllar, Nulles, Vallmoll, la Secuita, els Garidells y Perafort. Les placas solares ocuparían 49,68 Ha en total, con una potencia nominal de 25 MW. El promotor apunta que la inversión sería de unos 4 millones de euros y busca coinversores en el territorio. El proyecto fotovoltaico prevé una línea soterrada hasta una nueva subestación como forma de evacuación. De momento, la Comisión Territorial de Urbanismo del Campo de Tarragona ha acordado emitir un informe desfavorable. Los proyectos superiores a 5 MW, tienen que acreditar por ley haber presentado una oferta de participación local.