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De la freidora al coche: así es el combustible del futuro

El Repsol Tech Lab desarrolla combustibles renovables con residuos vegetales, claves para descarbonizarnos

Al laboratori de motors es comprova com impacte el nou combustible en el rendiment del motor.

En el laboratorio de motores se comprueba como impacto el nuevo combustible en el rendimiento del motor.A. Ferran

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Tenemos un objetivo fijado como continente: ser climáticamente neutros. O dicho con otras palabras, compensar nuestras emisiones, para evitar que aumenten los niveles de dióxido de carbono y la emergencia climática se sitúe en un punto de retorno. Conseguirlo es cosa de todos. Y es que desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, estamos constantemente emitiendo CO2. Hay ámbitos cuya descarbonización es crucial para marcar un antes y un después en la reducción de emisiones. Uno de estos es el transporte. La movilidad supone el 25% de las emisiones de efecto invernadero de la Unión Europea y se tienen que reducir en un 90% de cara al 2050. Por eso, es urgente encontrar soluciones. El impulso a la electrificación es una respuesta a este reto. Ahora bien, no es la única vía. Los combustibles renovables se están erigiendo como una alternativa que nos permite descarbonizar desde ahora mismo nuestros desplazamientos.

Tarragona está llamada a tener un rol destacado en la producción de este tipo de carburantes. Y es que el Complejo Industrial de Repsol está estudiando la reconversión de algunas de sus unidades de la refinería para la producción combustibles renovables que permitirían hacer un importante salto en el cumplimiento de los hitos de descarbonización que tenemos fijadas como continente. Decirlo es fácil, pero detrás de una apuesta estratégica como esta hay años de investigación e innovación, que en el caso de la compañía multienergética, se llevan a cabo en el Repsol Technology Lab; un centro de investigación que idea y testea las soluciones del futuro.

Mostres de combustibles al laboratori de formulació.

Muestras de combustibles en el laboratorio de formulación.Cedida

De la freidora al coche

Los combustibles neutros en carbono son una de las áreas de investigación de este centro puntero situado en Móstoles. Desde hace unos meses algunas de estas soluciones ya se pueden encontrar en las estaciones de servicio de la compañía. Concretamente, 140 gasolineras Repsol del Estado ya ofrecen diésel renovable y el objetivo es llegar a las 600 a finales de año. ¿Ahora bien, qué tipo de materia es capaz de sustituir el petróleo?

«Actualmente, estamos trabajando en dos ámbitos diferenciados. Por una parte, las materias de origen residual vegetal, con el cual obtenemos combustibles renovables, y de la otra, el dióxido de carbono, que combinado con hidrógeno, nos permite crear combustibles sintéticos», explica la consultora de Diseño de Producto y especialista en combustibles renovables del Repsol Technology Lab, Claudia Esarte. Con respecto a los combustibles renovables, que es justamente lo que se está estudiando implementar en el complejo tarraconense, las opciones de materias primas residuales con las cuales se está trabajando son diversas: desde restos de poda en residuos orgánicos de la industria papelera. A estas alturas, sin embargo, hay un residuo con el cual se ha conseguido un resultado óptimo: el aceite de freír.

«El aceite nos ofrece un rendimiento del 90%, es decir, por cada litro de aceite, obtenemos 900 ml de combustible», afirma Esarte. Pero no sólo eso, sino que el combustible producido a partir de aceite de freír residual, presenta exactamente la misma estructura molecular que un diésel de origen fósil. «La única forma de diferenciarlos está haciéndoles la prueba de carbono 14 en el laboratorio. En el caso del diésel derivado del petróleo, la prueba indica que la fecha del carbono es más antiguo que en el otro y así podemos diferenciarles, por el resto es totalmente idéntico», detalla Aurora Mañas, responsable del laboratorio de formulación. Los resultados alcanzados en este campo han hecho que Repsol haya creado una nueva planta para producir combustibles derivados de aceites vegetales residuales en su complejo de Cartagena y que el próximo año pongan en marcha una segunda en Puertollano.

Escalar el proceso

Mañas comenta que en el laboratorio de formulación están estudiando todo tipo de alternativas. En esta primera fase se hacen pruebas para determinar cómo se puede pasar de un residuo, como por ejemplo los restos de poda en un combustible, y como se puede conseguir el máximo rendimiento del residuo. Asimismo, este laboratorio también comprueba si el combustible que se obtiene se equipara a los estándares y normativas para combustibles. En caso de obtener resultados positivos en esta primera fase, toca dar un salto cuantitativo y escalar el proceso de laboratorio en planta industrial.

El Repsol Technology Lab dispone de 35 plantas pilotos donde se hacen comprobaciones para estudiar la viabilidad industrial de los procesos de producción de estos combustibles alternativos. Esta fase es fundamental, ya que la investigación llevada a cabo en las plantas piloto permitirá ver cómo se tendrá que escalar el proceso en volúmenes industriales, indica a la responsable de plantas piloto, Mercedes Ayala. Asimismo, los resultados en las plantas piloto ayudan a determinar si es posible reconvertir una unidad productiva existente, haciendo una inversión, para obtener un nuevo producto renovable o si, por el contrario, la reconversión no es viable y, por lo tanto, hay que construir una planta productiva de cero.

Pruebas en vehículos

Al hablar de combustibles renovables, hay una pregunta obligada: ¿qué impacto tendrá su uso en el motor de los vehículos? Aquellos combustibles que han superado las dos primeras fases –laboratorio y plantas piloto– tienen todavía un último examen a superar dentro del Repsol Technology Lab antes de hacer el salto en la producción industrial y la comercialización: el laboratorio de motores. Este espacio hace todo tipo de ensayos para determinar como afecta un nuevo combustible en el rendimiento del motor.

El laboratorio, que es el encargado de testear los carburantes que utiliza Repsol Honda Team de Moto GP, también hace comprobaciones con motores de vehículos pesadas, de embarcaciones náuticas ligeras o turismos. «El aprendizaje que recopilamos en el ámbito de la competición, donde actualmente los combustibles ya llevan un 40% de origen renovable, después lo podemos trasladar al ámbito general para asegurar que se comporta igual que uno de origen fósil», señala el especialista en combustibles renovables.

«El mercado lo pide»

Desde Repsol, aseguran que el desarrollo de combustibles renovables es «esencial» si queremos cumplir los objetivos de descarbonización fijados a escala internacional. De hecho, son la única alternativa viable para sectores del transporte donde la electrificación, hoy por hoy, es inviable, como el transporte aéreo o el marítimo. Pero también son una opción para personas que todavía no están convencidas de dar el salto al vehículo eléctrico tengan a su alcance una alternativa gracias a la cual descarbonizan su movilidad. En este sentido, Claudia Esarte, concluye: «El mercado lo está pidiendo y, por eso, estamos firmemente comprometidos al seguir innovando para obtener nuevos combustibles renovables».

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