Sociedad
La reinserción laboral y la falta de vivienda, los principales retos de la juventud del Camp de Tarragona
Parte del equipo del Ocell de Foc explica cuáles sueño las problemáticas más habituales en el territorio
Ayudar a los jóvenes con malestar emocional a reinsertarse en el sistema educativo y encontrar trabajo, además de potenciar su emprendeduría. Bajo estas líneas de trabajo, Ocell de Foc está a punto de cumplir dos años de actividad en el Tarragonès y el Alt Camp, donde ha podido atender a más de 1.600 jóvenes de entre 16 y 30 años. Así, tres de las coordinadoras de este programa, liderado por cuatro entidades del territorio, explican algunas de las principales problemáticas con que se encuentra la juventud de la demarcación, y como les hacen frente.
«Nos llegan varios perfiles de jóvenes, con diferentes necesidades. Es muy volátil», indica Erica Muñoz, técnica de Pájaro de Fuego en el Alt Camp y miembro de la Fundación Ginac. Si bien cada usuario tiene sus características, hay algunas problemáticas generalizadas, como la dificultad para encontrar trabajo en el caso de los menores de 16 años. «Son jóvenes con algún sufrimiento emocional que no son capaces de estar en un aula, y nos piden trabajar para hacer alguna cosa», explica Cristina Lara, también técnica del Alt Camp, y parte de la asociación Egueiro. «La dificultad aquí es que son menores sin experiencia laboral ni formación», añade Muñoz. Ambas técnicas explican que les intentan concienciar sobre la necesidad de tener «una base» antes de buscar trabajo, además de ayudarlos con el currículum y a prepararse para una entrevista.
En los casos que consiguen trabajo, aparece otra dificultad, principalmente en el caso de los jóvenes migrantes: encontrar vivienda. Les técnicas explican que los han acompañado a las inmobiliarias, porque cuando han ido ellos solos «ni les han abierto la puerta». Por otra parte, se encuentran con que no hay pisos de alquiler o piden requisitos que los jóvenes no tienen, como contratos indefinidos. Todo, indica Muñoz, provoca que estos acaben ocupando pisos.
Lara explica que les intentan convencer de sacarse el carnet de conducir, para buscar vivienda en los pueblos alrededor de donde trabajan, pero «se trata de un gasto económico que no todos pueden asumir, y, si bien algunos hacen cursos de catalán, entender la teoría del carnet de conducir se les hace difícil».
Por su parte, Anna Rossell, técnica de Ocell de Foc en el Tarragonès, remarca que han atendido perfiles mayoritariamente de jóvenes migrantes, que «tienen muchas ganas de estudiar y aprender», pero la falta de papeles les supone un obstáculo.
Desconexión emocional
Ocell de Foc también realiza un acompañamiento psicológico del joven, ofreciendo recursos de atención tanto individualizada como grupal. «El que nos encontramos es gente que sólo necesita hablar», explica Lara, y añade que, cuando se les propone ir al psicólogo en caso de necesitar un tratamiento, «se muestran reticentes»: «Algunos provienen de unos servicios de salud saturados, y no creen que ser atendidos una vez cada tres meses los ayude».
Con todo, Erica Muñoz remarca que, en las charlas que dan en los institutos, se han dado cuenta de que muchos jóvenes han normalizado ir al psicólogo. Igualmente, Cristina Lara destaca la «desconexión emocional» que algunos de ellos presentan: «les cuesta conectar con lo que están sintiendo». Por otra parte, ambas técnicas explican que la mayoría de los perfiles que les piden atención psicológica son hombres. «Ante el colectivo posicionan diciendo que están bien, pero después de forma individual es cuando te piden el apoyo».
Esta desconexión de ellos mismos también se produce con su entorno. En los talleres que el programa llevar a cabo para potenciar los proyectos de emprendeduría, Muñoz explica que «los jóvenes no conocen las necesidades de su comunidad», y lo atribuye a la «desvinculación» que provocan las redes sociales. Lara declara que la clave es utilizarlas «de una manera productiva o para empoderarse».
Continuidad del proyecto
Pájaro de Fuego, programa financiado por la Dirección general de Economía Social y Solidaria del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat, inició su actividad en Cataluña casi hace dos años. Les tres técnicas explican que en un principio se trató de «hacer mucha difusión y trabajo con redes del territorio».
Si bien en una reunión entre los 22 núcleos del programa y la Dirección general se habló de continuidad del proyecto, las técnicas restan a la espera de como los afectará al cambio de gobierno. «No podemos decir que si seguro, pero seguiremos luchando por mantener el programa», expresa Lara.
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