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Los últimos ocho años se han perdido 1.000 hectáreas de viña en Cataluña, según Unió de Pagesos

La Conca de Barberà, el Alt Camp y el Pallars Jussà son las zonas que han dejado de replantar más cultivo de uva 

Imatge d'un camp de vinyes al Pla de Manlleu, envoltat de zona boscosa on hi viuen cabirols

Imagen de un campo de viñas en el Plano de Manlleu, rodeado de zona boscosa donde viven corzosCedida

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Unió de Pagesos lamenta que en los últimos ocho años se hayan dejado de replantar unas 1.000 hectáreas de viña en Cataluña. El responsable de la viña y el vino del sindicato, Josep Marrugat, concreta que las zonas con más cultivo de uva perdida son «en zonas de secano» como la Conca de Barberà, el Alt Camp y el Pallars Jussà, si bien también ha habido retirada de árboles en lugares como la Terra Alta, la Ribera de Ebro o incluso el Penedès, en territorio de la DO Cava.

«El principal motivo es la falta de viabilidad y rentabilidad, pero también la falta de relieve» generacional, explica. Marrugat recuerda que hace 20 años en Cataluña había unas 60.000 hectáreas de viña y que actualmente son alrededor de 56.000.

Marrugat expone que el arranque de viñas es «normal» ya que es un árbol con una vida de entre 25 y 40 años. Cuando se hace el relevo el Departamento de Acción Climática otorga «unas autorizaciones que permiten replantar la viña», pero en el caso de Cataluña «1.000 hectáreas no se han replantado ni están en disposición de replantarse».

Con el fin de cambiar esta tendencia desde Unió de Pagesos ven dos opciones, que tendrían que ser complementarias. La primera es impulsar el regadío. «Si no hay agua la viabilidad del cultivo se hace más complicada», ya que los kilos de uva que se cogen por hectárea son menores. La otra alternativa, vinculada a la primera, es incrementar el precio que se paga por kilo de uva.

Marrugat comenta que en años de baja producción de secano se producen unos 3.000 kg por hectárea, mientras que con regadío oscilaría entre los 8.000 y los 10.000 kg/ha. Paralelamente, este año la uva utilizada para hacer cava -el mayoritario en el país- se pagará «en torno a 60 y 70 céntimos el kilo».

«O se le da un valor diferente, de 2 o 3 euros el kilo que haga que con 3.000 kg/ha pueda ser viable el cultivo, o no hay futuro», remarca el representante de Unió de Pagesos. Sin embargo, reconoce que en los últimos años la situación «se ha arreglado un poco», después de que se tocara fondo hace un lustro cuando se llegó a pagar el kilo de uva «a 30 céntimos». A pesar de todo, Marrugat asegura que «muchas explotaciones no son viables» y por eso algunos campesinos optan por arrancar.

Desde el sindicato remarcan que el precio que se paga en Cataluña es bastante inferior a lo que se aplica en otras zonas del Estado, como ahora Galicia donde los campesinos están cobrando 3 euros/kg. «Eso lo hace la tendencia y el mercado, y el reparto de los beneficios de la venta del vino en el precio de la uva», indica.

Respecto de este último elemento, Marrugat critica que en Cataluña hay vinos y cavas donde el precio de la botella no repercute en un mayor ingreso para el campesino. «Tenemos unos cavas que se venden a precios bastante elevados, de 15 euros la botella, pero la uva no llega a un euro», lamenta. Y añade: «la gente tiene la sensación de que comprando un vino más caro habrá más beneficio para el campesino, pero no siempre es así. A nivel porcentual puede ser que esté mejor retribuido un cava de 3 euros la botella que no uno de alta gamma.

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