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El sector turístico catalán cierra un nuevo verano de éxito, pero mantiene las dificultades para cubrir personal

«Detrás de una habitación de hotel hay un ser humano y nosotras somos las esclavas del siglo XXI», denuncian las ‘kellys

Un socorrista en una platja catalana.

Un socorrista en una playa catalana.ACN

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El sector turístico de Cataluña cierra en agosto en máximos. La actividad ha rozado el pleno durante la temporada alta, con ocupaciones que han bordeado el 90%, pero tras las cifras que anticipan récords también hay empleados que han sufrido una sobrecarga de trabajo.

Es el caso de los camareros, recepcionistas de hotel o las kellys. Son, sobre todo, trabajos que requieren poca experiencia, donde hay mucha temporalidad y con largos horarios porque a menudo hay falta de personal. «Detrás de una habitación de hotel hay un ser humano y nosotras somos las esclavas del siglo XXI», denuncia la portavoz de las Kellys, Luz Amparo Suaza. En otros sectores, como la seguridad privada o los socorristas, también cuesta retener trabajadores para afrontar el verano.

Los expertos confirman un aumento del estrés laboral durante la temporada alta del turismo e indican que hay varios estudios que vinculan precariedad laboral con el aumento de la siniestralidad. También recuerdan que las empresas tienen que velar por el «bienestar» de sus trabajadores y evaluar y prever los riesgos laborales.

Las 'kellys': «Con los hoteles llenos tenemos que volar

Uno de los casos más flagrantes es el de las kellys. Las camareras de piso de los hoteles explican que durante el verano la mayoría de alojamientos no contratan más personal -en parte también porque no encuentran- para atender el aumento de la demanda y eso provoca que tengan que limpiar hasta 30 habitaciones en 8 horas, lo que equivale a 15 minutos para cada una. «En verano todas nos ponemos nerviosas. Si antes ya corríamos, ahora con los hoteles llenos tenemos que volar», dice Suaza, que también denuncia el estado en el qué se encuentran las estancias, con basura y «mucho desorden». «Es un trabajo muy duro, muy precario y muy mal pagado», apunta en declaraciones a ACN.

La portavoz de Kellys Unión critica que mientras el sector turístico bate récords, sus condiciones laborales no mejoren. «Somos las esclavas del siglo XXI», dice. «Somos el cuerpo principal de los hoteles, porque si una habitación no está limpia, no la venderán», argumenta. En esta línea, Sauza explica que en los hoteles donde no hay comité de empresa, las kellys no se pueden coger vacaciones durante el verano, se ven obligadas a hacer horas extras y sufren enfermedades musculoesqueléticas. Por todo ello, pide más inspecciones de trabajo y denuncia que las empresas «jueguen» con un colectivo «que tiene miedo» porque la mayoría son mujeres migrantes, racializadas y cabezas de familia.

Falta de vocación y de relevo generacional en la hostelería

Con una situación bastante diferente, sin embargo, donde también hay escasez de personal está en la hostelería. La falta de mano de obra incluso ha llegado a provocar el cierre de algún establecimiento.

El sector tiene problemas para encontrar personal sobre todo en fines de semana y horarios nocturnos. El presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Josep Castellarnau, apuesta por la formación y consolidación de los trabajadores que se incorporan al sector. Entre los que lo hacen, se acaban quedando un 80%, asegura. La falta de trabajadores se ve agravada por la dificultad para encontrar una vivienda donde vivir, como por ejemplo pasa en el Pirineo. Para Serrano, eso se debe a la proliferación de los pisos turísticos y la dificultad para construir en la montaña y reclama al Govern medidas para solucionarlo.

La secretaria general de CCOO en las comarcas gerundenses, Belén López, avisa de que la falta de trabajadores en el sector puede suponer un problema a medio plazo. El motivo, explica, es que las plantillas son «muy envejecidas» y no hay relevo generacional que permita formar a los nuevos trabajadores para garantizar el servicio profesional.

López también cita las condiciones laborales. La líder sindical exige «un cambio de modelo» que se base en una buena formación para los trabajadores y unas condiciones que se ajusten al convenio laboral del sector, que ya de por sí «se queda corto», según López, y que «bien pocas empresas» cumplen. Además, la sindicalista asegura que el sector servicios acumula «márgenes de beneficios históricos» y por eso cree que ha llegado «el momento de repartirlos» entre aquellos que hacen posible esta productividad.

Por su parte, la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona (FEHT) añade que hay falta de vocación. Si no, los trabajadores tendrían trabajo para todo el año porque se están ofreciendo «nueve o diez meses de trabajo», sostiene el portavoz de la FEHT, Xavier Guardià. Con todo, valora positivamente poder tener estudiantes universitarios que durante el verano quieren trabajar. «Es un trabajador que es educado, está formado, tiene idiomas y tiene ilusión», dice. Ahora bien, cuando llega septiembre los estudiantes dejan el trabajo y los propietarios de los bares y restaurantes no pueden contar con ellos de cara al final de temporada.

Ritmos de trabajo «desorbitados» y «desánimo»

La responsable de hostelería de CCOO en Tarragona, Nieves Marco, añade que a nivel laboral la situación este año ha sido idéntica a la de años anteriores. «No hay mejoras y se ve el desánimo entre muchos trabajadores. Los ritmos de trabajo son desorbitados», expone, y destaca que no se tienen en cuenta los picos de clientes durante la temporada a la hora de organizar el trabajo. Eso provoca que la principal causa de bajas laborales sea la angustia, que, según indica, la sufren especialmente las camareras de piso, pero también los trabajadores del mundo de la restauración.

Con respecto a la dificultad que los empresarios dicen que tienen para encontrar trabajadores, Marco expone que el sector «no es atractivo». «No puedes conciliar la vida laboral y familiar», explica, y destaca que no hay posibilidad de ascender y hacer una buena carrera profesional. «Hay muchos camareros que llevan veinte años teniendo la categoría de ayudantes», manifiesta.

En los campings, algunos empresarios optan por «reducir la oferta» en función de los equipos que tienen. «Lo que no podemos hacer es bajar la calidad turística», afirma el presidente de la Asociación de Campings de Gerona, Miquel Gotanegra. No obstante, admite que el hecho de que se alargue la temporada más allá del verano permite «fidelizar y formar la plantilla» de trabajadores con el fin de garantizar unos buenos estándares de calidad.

Mejorar los sueldos para retener a los trabajadores del comercio

Los comerciantes también tienen que afrontar la búsqueda de encontrar personal cualificado para cubrir la temporada de verano. Para el presidente de la asociación Comerç Figueres, Frederic Carbó, los bajos salarios son uno de los principales escollos. «La gente que trabaja tanto en el comercio como en la restauración tiene que tener mejores sueldos y nos tenemos que entender con las entidades públicas y políticas para hacerlo posible», afirma.

Además, dice que las empresas tienen que apostar por profesionalizarse. Las empresas que se profesionalizan tienen más capacidad para absorber gente para hacer temporada. El personal antes trabajaba donde caía y ahora escogen donde quieren ir», añade.

Seguridad privada: problemas para cubrir el verano

Otro de los sectores que sufre problemas de personal es el de la seguridad privada, que en verano vive un repunte de la actividad por las fiestas mayores o festivales. «No hay lo bastante personal titulado en el mercado para poder cubrir la oferta de servicios», se lamenta uno de los directivos de Wakeful, Pau Boira. La empresa, con sede en Mataró, dobla su plantilla en verano a golpe de contrataciones en origen en otros lugares de España y ofreciendo salarios «por encima de convenio».

En este sentido, Wakeful admite que el suyo es un sector con una profesión poco atractiva y «dura» por los horarios que se hacen y por la exposición a posibles situaciones de peligro. Es por eso que el último convenio colectivo ha previsto un incremento salarial global del 16% para el periodo 2023-2026, que se está aplicando de manera progresiva, y la ampliación de las coberturas en caso de baja laboral. «Se han hecho mejoras, pero queda mucho por hacer y es muy lento», reconoce Boira.

Avances para dignificar el socorrismo

Donde también cuesta retener el talento en Cataluña está en el sector del socorrismo. El director de Proactiva y vicepresidente de la Asociación de Empresas Catalanas de Salvamento Acuático (AECSA), Oriol Canals, explica que la temporalidad no favorece a la competitividad y recuerda que mientras en Cataluña la temporada de verano es de entre tres y cuatro meses, en Baleares están seis. «La gente que trabaja en estos periodos de temporalidad busca tener trabajos lo más largos posibles», comenta.

Por este motivo, la patronal reclama a la Generalitat que se implique más en la situación de desventaja competitiva que vive el sector. En este sentido, Canals pide un reglamento propio para el sector en Cataluña que fije «unos mínimos» y permita homogeneizar el servicio en el litoral. Actualmente, cada ayuntamiento establece el servicio de manera arbitraria. Según el portavoz de AECSA, Cataluña va «tres pasos atrás» respecto de otras destinaciones, como Canarias o Baleares.

A pesar de todo, el sector está de enhorabuena este verano porque después de años de reivindicaciones, sindicatos y patronal han empezado aplicar un nuevo convenio colectivo que ayuda a «dignificar» la profesión. Entre otros, supone un aumento de los salarios del 30%, que sirve para que las condiciones de los socorristas de las playas catalanas se equiparen con los que trabajan en Baleares.

Más estrés laboral en verano

«En verano la presión es muy alta, el trabajo se concentra en momentos muy concretos y también hay una alta demanda cognitiva y psicológica», explica el profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y consultor Manel Fernández Jaria. «Hay que atender a muchos clientes, mantener buena cara, hablar a menudo muchos idiomas, traducir, exigencias altas de los clientes...», enumera. Así, confirma que durante el verano hay más estrés laboral e insta a las empresas a adoptar medidas preventivas, planificar bien la temporada, automatizar procesos y respetar las políticas de descanso de sus trabajadores. «Eso va en beneficio de las dos partes, tanto de los trabajadores como también de la organización», señala.

Por su parte, el abogado Pau Estévez, del Colectivo Ronda, apuesta, entre otros para establecer más turnos en los puestos de trabajo o reducir trabajos nocturnos y explica que en los últimos años han percibido un aumento del estrés térmico, es decir, la exposición a temperaturas extremas en el trabajo. «El turismo es un sector muy estacional, donde a veces se precarizan mucho las relaciones laborales y eso es un factor de riesgo a la hora de generar estrés», subraya.

A los informadores ambientales no les consta falta de personal

Más allá de todo, también hay trabajos vinculados al turismo donde no consta que haya falta de personal: los informadores ambientales. El verano del 2022 la Generalitat puso en marcha una prueba piloto para promover el uso responsable de los espacios naturales fluviales para sensibilizar a los visitantes y fomentar buenas prácticas en estos lugares protegidos. Esta figura ha ido al alza en los últimos años y en el 2023 se desplegaron un total de 66 que recibieron un flujo de 277.000 visitantes. En la campaña de este verano y otoño se han contratado 189 agentes, y en el caso de la Cataluña Central, son 25 repartidos en casi una decena de espacios naturales.

Gerard Baliellas es uno de los cuatro informadores desplegados en el río de Aigua de Ora (Solsonès). Destaca la importancia de su trabajo para que los ciudadanos «puedan seguir disfrutando de los espacios naturales» a lo largo de los años. Explica que se encuentran a menudo con ciudadanos «poco informados» y asegura que las incidencias más comunes son vehículos mal aparcados, perros desatados, acumulación de basura o personas que instalan elementos de picnic no permitidos como mesas y sillas.

La ocupación se acerca a niveles máximos

Más allá de las casuísticas y problemáticas concretas de cada colectivo, las cifras confirman que Cataluña cerrará un verano de máximos por todas partes y las zonas más turísticas rozarán el pleno absoluto. Así, los establecimientos turísticos de la demarcación de Lleida han conseguido unos buenos resultados de ocupación y se espera que se acerque a los picos de cerca del 100% durante la primera quincena de agosto en el Pirineo, de acuerdo con las previsiones del inicio de temporada. Eso hará que, según el presidente del Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, Juan Antonio Serrano, sea un año de récord tanto en pernoctaciones como el segundo mejor de la historia con respecto al volumen de visitantes.

La Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona (FEHT) asegura que a nivel de visitantes habrá «mejores resultados que el 2023» y niveles de empleo próximos a los del 2019. Además, el portavoz de la FEHTXavier Guardià, hace otra lectura positiva. «Desde el 2019 hemos perdido un mercado muy importante para nosotros, que es el ruso, y si estamos en números similares a los del 2019 quiere decir que todo el resto de mercados están funcionando en subida», explica.

Por meses, en julio «costó más que otros años» por el descenso del público británico e irlandés, cosa que provocó que se ocuparan entre el 75% y el 80% de las plazas turísticas de la demarcación. Por el contrario, «en agosto se alarga más» y de cara al otoño hay «buenas perspectivas». «Eso está dentro de los planes que tenemos los empresarios y la administración de ir esponjando la temporada. Que en julio y en agosto no estén tan llenos, porque no es bueno para nadie, y que se llene más la temporada», observación.

En la costa barcelonesa los hoteles han hecho un pleno técnico, con ocupaciones que han bordeado el 90%. Es el caso de destinaciones como Sitges, con un 84% en julio y un 88% en agosto, o el alto Maresme, con entre un 85% y un 90% durante la segunda quincena de julio y el mes de agosto. Además, la fuerte demanda de este año ha permitido subir precios en torno a un 5% en estas destinaciones. Pasado el pico de agosto, los hoteleros de costa esperan también un septiembre con cifras notables.

Por su parte, los campings gerundenses han cerrado un mes de agosto con ocupaciones que rondan el 85%, un buen dato, según el presidente de la Asociación de Campings de Gerona, Miquel Gotanegra. El presidente de la entidad asegura que más allá de los «picos de ocupación» que se puedan producir en verano, el sector celebra que cada año consiguen «ampliar la base» alcanzando la temporada turística. Según Gotanegra, permite «fidelizar y formar la plantilla» de trabajadores con el fin de garantizar la calidad del servicio turístico.

En el caso de Tarragona, el portavoz de la FEHT, Xavier Guardià, explica que el hecho de que el personal eventual, como los estudiantes que en septiembre dejan el trabajo antes de acabar la temporada para volver a la universidad, no supone un gran inconveniente porque de cara al otoño empiezan a cerrar algunos establecimientos. «Si una cadena tiene siete hoteles y cierra un par, reubica a aquellos trabajadores y entonces no hay una sobrecarga» en el volumen de trabajo, afirma.

Por lo que hace la responsable de hostelería de CCOO en Tarragona, Nieves Marco, la situación laboral de los trabajadores una vez pasados los meses punta del verano tampoco mejorará. «Se acaba el calor pero no baja el ritmo de trabajo porque se acaban algunos contratos laborales y en ocasiones el volumen de trabajo no disminuye», señala. A la vez, se pregunta por qué ya no llegan casi grupos de Imserso, que ayudaban a alcanzar más la temporada turística y permitir que haya más estabilidad laboral.

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