Cultura
El Festival EVA anuncia su fin reivindicando que la narración oral gane peso en los escenarios
La organización cierra 20 años de actividad con 250 espectáculos de pequeño formato programados en el Penedès y el Priorat
El Festival EVA – En Veu Alta no tendrá edición 2025. Después de 20 años, la organización ha anunciado este martes que pone fin por motivos personales y profesionales, recordando que la coordinación del acontecimiento «no ha sido nunca un modus vivendi».
La directora de EVA, Jordina Biosca, ha reivindicado la «batalla» que han jugado para que la narrativa oral gane más presencia a las programaciones de arte escénico, criticando que «sigue siendo un formato que no se contempla como prioritario». Biosca ha asegurado que cierran 20 años «muy dulces y agradecidos» después de haber programado 250 espectáculos de pequeño formato en 22 municipios del Penedès y el Priorat. La organización trabaja ahora en la publicación de un libro del 20.º aniversario.
Biosca ha recordado que EVA era una actividad complementaria a su profesión como narradora y ha asegurado que ha llegado el momento que la programación de narrativa oral «se sostenga con otros elementos», más allá de un acontecimiento organizado sin ánimo de lucro. Si bien ha aseverado que el fin del festival «no es ni por agotamiento ni por falta de financiación», ha recordado que se nutría de un soporte económico «no muy alto». Por ejemplo, la última edición tenía un presupuesto de 190.000 euros para desplegar 100 espectáculos.
La directora de En Veu Alta ha celebrado el «crecimiento constante» que ha vivido el festival a lo largo de dos décadas, en las que han fidelizado buena parte del público pero también han captado de nuevo, con un crecimiento del 20% en la última edición, hasta llegar a los 7.300 espectadores. «No era la voluntad inicial, pero hemos conseguido crecer de forma natural gracias a un concepto basado en puertas abiertas a todo el mundo», ha reivindicado.
Biosca y su equipo han sacado pecho de haber organizado hasta ahora una propuesta que ha ofrecido nuevos formatos de espectáculo, tanto por el contenido como por los escenarios donde se han llevado a cabo. En este sentido, han destacado la programación de espectáculos en localizaciones tanto poco habituales como cementerios, jardines reducidos o cuevas, «que han situado el festival como pionero en una filosofía de proximidad, en que los elementos técnicos y escenográficos no han sido determinantes para ofrecer buenas propuestas culturales».
También ha celebrado haber contado con un millar de artistas, muchos de los cuales no eran famosos cuando pasaron por EVA, como Maria Arnal o Rodrigo Cuevas, mientras ha destacado que el festival ha contribuido en la divulgación del catalán «a través de un lenguaje que fuera más allá de la media y del uso que se hace habitualmente en la calle».
A pesar de destacar los méritos de estos 20 años, Biosca ha lamentado que la narrativa oral siga «sin ser contemplada» como opción prioritaria. «No hemos conseguido ir más allá de donde estábamos», ha afirmado, y ha criticado que estos tipos de espectáculos «no aparezcan nunca en los catálogos ni en la mayoría de propuestas teatrales».
Críticas a la financiación de festivales externos
Si bien Biosca ha agradecido el papel de las instituciones que han apoyado a EVA, ha lamentado los periplos burocráticos que han tenido que soportar en cada ayuntamiento, «los cuales acabarán matando la cultura». Y ha sido especialmente desgarrador hacia el soporte económico de varias instituciones, como el Consell Comarcal del Alt Penedès. En este sentido, ha señalado implícitamente las subvenciones que ha concedido el ente los últimos dos años para celebrar el festival de música Ressons By Cruïlla, lanzando que «es mediocre dar las inversiones a los de fuera pensante que saldrás más veces en la tele, a pesar de aquí hay cosas muy buenas».
«Parece que se vaya a buscar el resultado externo y no el interno, cuando el resultado no se puede medir con asistencia», ha añadido Biosca, que ha reivindicado la importancia de propuestas locales como EVA, «que hay que medir a largo plazo». «Si hemos durado 20 años, quiere decir que festivales como el nuestro no son una seta», ha remachado.
La herencia de EVA
Si bien la dirección da por acabada la historia del en Voz Alta en el formato de festival estrenado hace 20 años, sí que se prevé la continuidad de algunas actividades herederas. Es el caso del programa en las escuelas EvaLudens para fomentar la tradición oral, el voluntariado EVA354 y los montajes efímeros ‘Los Teléfonos de EVA’, así como un asesoramiento en los ayuntamientos y programadores culturales.
«Actividades como la nuestra no tienen que asumir las carencias culturales de los municipios, sino que los ayuntamientos tienen la obligación de sostener un tejido activo y de calidad», ha remarcado Biosca, que ha extendido la mano a aportar su experiencia a los programadores municipales para los cuales mantengan en las agendas locales las propuestas de narración oral.