Diari Més

Pesca

Barcas amarradas y puertos desiertos durante la primero jornada de huelga de los pescadores catalanes

Los pescadores convocan concentraciones de protesta en contra del recorte de actividad al arrastre

Barques amarrades al Moll de Pescadors de Tarragona.

Barcas amarradas en el Muelle de Pescadores de Tarragona.ACN

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Las barcas de pesca de los puertos catalanes no han salido este lunes en el mar y tampoco lo harán mañana. En los puertos pesqueros, completamente desiertos, prácticamente no se ven signos de actividad más allá de algunas tareas de mantenimiento de pescadores que no se han desplazado a Madrid para manifestarse.

El sector del arrastre se ha plantado a lo largo de toda la costa catalana para exigir que no se les recorte la capacidad de pescar a sólo 28 días anuales. Sería el fin de la actividad, reiteran. Aunque muchos se encuentran concentrados en Madrid, se han convocado diferentes concentraciones de protesta a lo largo de este lunes en municipios del litoral gerundense, central o de las Terres de l'Ebre para dar apoyo a las reivindicaciones de los pescadores.

En el puerto de la Ràpita, el más importante de la costa catalana en términos de actividad pesquera, la parálisis ha sido total. Las 36 barcas de arrastre, la flota más grande del país de este sector -con unas 200 en total-, se han mantenido amarradas al puerto. La cofradía de pescadores y su lonja han cerrado puertas. El fuerte viento de arriba se ha apoderado de los muelles prácticamente vacíos.

Solo algún armador que no se ha desplazado a la protesta de Madrid se ha acercado a la barca y ha aprovechado la jornada para hacer algún mantenimiento puntual. Es el caso de Josep Gras. «Hemos parado porque la última propuesta de la Comisión Europea nos reduce un 80% las jornadas de pesca y saldríamos 28 días al año. ¡Esto no se puede aguantar!», ha manifestado a ACN.

Gras proclama la necesidad que los responsables políticos comunitarios pongan «sentido común» ante lo que, considera, puede resultar una «derrota total económica y social» para un municipio como la Ràpita, con 200 marineros y numerosas familias que, indirectamente, viven también del sector pesquero, sea con servicios auxiliares, venta de pescado o turismo.

Los pescadores de arrastre ven que los 133 días de actividad actual pasarían a 28. Recuerdan que ninguna empresa o actividad, con una limitación de esta envergadura, puede sobrevivir con éxito. «Hace cinco años podíamos trabajar 180 días, normalmente. Hemos rebajado mucho», apunta. Asegura Gras, en contra de los argumentos de los burócratas comunitarios, que los stocks de pescado no han caído de forma drástica por el arrastre.

«De pescado hay bastante. Nos mantenemos bien. El último día que salimos a pescar llevamos más de 7000 kilos. De pescado hay pero ahora no nos quieren dejar cogerlo. Quieren que el mar esté lleno de pescado pero que no haya pescadores para pescarlos», sentencia.

El armador critica que las decisiones impuestas desde Bruselas contravienen la misma política pesquera comunitaria. Cree que hay que «pensar con la cabeza». «Si está hecha para asegurar el futuro de las próximas generaciones de pescadores, con este acto nos matan, nos cortan el cuello, y no habrá futuro en la pesca, no habrá futuras generaciones. Ya es bastante complicado encontrar gente que quiera continuar el oficio, solo hacen falta políticas pesqueras tan restrictivas como estas», ha cerrado Gras.

Bruselas, la nueva 'inquisición'

En paralelo con las protestas a Madrid, pescadores y entidades se han reunido este lunes en el muelle de pescadores de Tarragona para apoyar al sector pesquero y mostrar su rechazo ante la propuesta de la Comisión Europea de reducir un 80% la actividad el próximo año. También en poblaciones como Cambrils y Torredembarra.

El presidente de la Cofradía de Pescadores de Tarragona, Esteve Ortiz, ha calificado los comisarios europeos como «la Santa Inquisición de la ganadería y la pesca», puesto que según ha explicado, los han estado complicando el ejercicio de su oficio mediante multas, sanciones y controles. También ha recalcado que «el día que no se pesca no se gana, pero, en cambio, este señor – el comisario europeo- tiene una santa paga cada mes».

El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, ha invitado al comisario europeo a visitar el Moll de Pescadores de Tarragona para que pueda conocer la realidad del sector, «qué historias familiares y estilo de vida hay detrás». La eurodiputada de ERC, Diana Riba, que también ha asistido al acto, ha puesto el foco en que esta iniciativa europea equipara todos los mares y flotas pesqueras, sin tener en cuenta que «no es lo mismo una flota de multinacionales en el Atlántico, que tiene una gran capacidad de pesca diaria, y que con 27 días al año pueden subsistir, que una de más pequeña y familiar con tres o cuatro trabajadores».

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