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Gastronomía

Los pueblos de Tarragona donde mejor se come según National Geographic

La revista indica que los productos de la tierra son los que marcan la carta de los restaurantes de estas localidades

Desde los productos marinos hasta los de la tierra, la oferta culinaria de esta región catalana es un festín para los sentidos.

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La provincia de Tarragona no solo destaca por su belleza natural y su patrimonio histórico, sino también por una gastronomía rica y variada, profundamente influenciada por su territorio. Desde los productos marinos hasta los de la tierra, la oferta culinaria de esta región catalana es un festín para los sentidos. 

Por este motivo, la prestigiosa revista National Geographic ha publicado un reportaje, escrito por el periodista Rafa Pérez y su colaboradora Mari Carmen Duarte, analizando y descubriendo a sus lectores cuáles son los pueblos de la demarcación de Tarragona donde mejor se come.

Ulldecona: la fusión de tradición y modernidad

En el corazón de la comarca del Montsià, Ulldecona se ha posicionado como un referente gastronómico gracias a sus dos restaurantes con Estrella Michelín: L’Antic Molí y Les Moles. El primero, dirigido por el chef Vicent Guimerà, no solo ha ganado la Estrella Michelin, sino también una Estrella Verde por su compromiso con la cocina ecológica y de proximidad. 

Por su parte, Les Moles destaca por una cocina que pone en valor las raíces de la zona, con un menú accesible que respeta las tradiciones culinarias locales. Ulldecona también es conocida por su aceite de oliva virgen extra, procedente de la mayor concentración de olivos milenarios del mundo.

Vilalba dels Arcs: la tierra del vino y la tradición

Este pequeño municipio de la Terra Alta es famoso por su fiesta de los Quintos, donde las cocas son las protagonistas. Sin embargo, Vilalba dels Arcs ofrece mucho más que celebraciones locales. Su gastronomía, ligada a productos de la huerta y la tierra, se puede degustar en restaurantes como El Nou Moderno, que, a lo largo de tres generaciones, ha mantenido la esencia de la cocina de la zona, destacando platos como el fricandó de ternera. Los vinos de la región, especialmente la garnacha blanca, son otro de los atractivos de este pueblo, donde las bodegas locales ofrecen visitas que permiten descubrir la rica historia vitivinícola de la zona.

Valls: cuna del calçot

Si de algo es conocida Valls, es por su calçot, esa cebolla tierna y dulce que se sirve en una parrillada, cubierta de salsa romesco. Cada último domingo de enero, la localidad celebra la Fiesta de la Calçotada, un evento que atrae a miles de personas que se lanzan a disfrutar de este manjar local. 

Además de los calçots, Valls ofrece una variada propuesta gastronómica en restaurantes como Portal 22 y La Licorera, donde la cocina creativa y la tradición se dan la mano, ofreciendo tapas de temporada y platos de carne que reflejan el auténtico sabor de la región.

Deltebre: el paraíso del arroz y los productos del Delta

Deltebre, situado en la desembocadura del Ebro, es un destino ideal para los amantes de la cocina de mar y huerta. Los arrozales, las anguilas, las ostras y el cangrejo azul son algunos de los productos que marcan la oferta culinaria de este pueblo. En lugares como Ladis Alcalà y Casa Nuri, los platos se cocinan a la brasa, potenciando los sabores autóctonos y ofreciendo una experiencia gastronómica única que refleja la riqueza del entorno natural de Deltebre.

La Ràpita: el mar y el langostino

La Ràpita es conocida por su lonja, una de las más importantes del litoral mediterráneo, y por su langostino, un producto de gran prestigio en la gastronomía local. En restaurantes como el de Albert Guzmán, el langostino es protagonista, cocinado de manera sencilla o con toques innovadores, como los guiños a la cocina asiática que introduce durante las Jornadas del Langostino. El marisco y el pescado fresco del Mediterráneo, junto con la brisa marina, hacen de La Ràpita un destino obligado para los amantes de la buena mesa.

El Vendrell: un viaje gastronómico completo

El Vendrell, capital del Baix Penedès y cuna de Pau Casals, es también un destino gastronómico de primer orden. Desde sus deliciosos croissants y cocas en L’Obrador Oriol Rossell hasta los arroces del laureado El Casinet, El Vendrell ofrece una oferta variada que combina tradición y modernidad.

En lugares como La Locanda dei Sapori, que ofrece un viaje a Italia con materia prima de muy buena calidad, creando así un ambiente de alta cocina en un entorno relajado. Y para completar la experiencia, no puede faltar una parada en el Km1187, un espacio gourmet que ofrece una cuidada selección de vinos y productos locales.

Cornudella de Montsant: vinos y cocina fresca con estrella

Cornudella de Montsant, en pleno corazón de la comarca del Priorat, es conocida por su impresionante paisaje montañoso y sus viñedos. En este pintoresco pueblo, el restaurante Quatre Molins brilla con una estrella Michelin, bajo la dirección del joven chef Rafael Muria. La cocina fresca y de temporada, acompañada de los vinos de la D.O. Montsant, hace de Cornudella una parada obligatoria para los amantes de la buena mesa y los vinos de calidad.

Falset: un rincón lleno de sabor y tradición vinícola

Capital del Priorat, Falset es un pequeño pueblo rodeado de viñas que producen algunos de los mejores vinos de la región. La gastronomía de Falset está marcada por la tradición, con platos como la escalivada a la leña o la tortilla con bacalao, que se pueden disfrutar en restaurantes como El Restaurant Sport. Además, las bodegas de la región, como la Cooperativa Falset Marçà, ofrecen visitas y catas que permiten conocer a fondo la historia vitivinícola de la localidad.

Batea: el sabor de la tierra en cada plato

En el pintoresco pueblo de Batea, en la comarca de la Terra Alta, se encuentra el Restaurant Miravall, un lugar donde el chef Ricard Vidal combina los productos autóctonos con su pasión por la gastronomía. Con un menú que destaca la anguila ahumada del Delta y los aceites de empeltre de la zona, este restaurante es una muestra más de cómo los productos del territorio son la base de la cocina local.

Así pues, Tarragona es un destino que, además de su patrimonio cultural y paisajístico, ofrece una experiencia gastronómica inigualable. Desde los mariscos del Delta del Ebro hasta los vinos del Priorat, pasando por los calçots de Valls y los aceites de oliva de Ulldecona, cada rincón de esta provincia es una invitación a saborear la auténtica cocina catalana. 

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