Policial
Desarticulan un grupo criminal que robaba cajas fuertes en joyerías e inmobiliarias de Cataluña
El grupo sustrajo 350.000 euros en joyas en un establecimiento de la calle Rovira i Virgili de Tarragona y también actuó en Cambrils
![Imatge de la detenció d'un dels membres del grup que robava caixes fortes a joieries i immobiliàries.](https://imagenes.diarimes.com/files/image_media_main_mobile/files/fp/uploads/2025/02/06/67a47c6f08441.r_d.581-326.png)
Imagen de la detención de uno de los miembros del grupo que robaba cajas fuertes en joyerías e inmobiliarias.
Agentes de la Policía de la Generalitat-Mossos d'Esquadra de la División de Investigación Criminal (DIC), conjuntamente con Policía Nacional, desarticularon, el pasado 26 de enero, el principal grupo criminal dedicado al robo de cajas fuertes en joyerías e inmobiliarias de Cataluña. El grupo habría actuado en una joyería de Tarragona y en Cambrils, entre otros municipios de Cataluña.
Los investigadores detuvieron a 5 personas a las cuales se atribuye la participación en 17 delitos de robos con fuerza por valor de 700.000 euros en diferentes establecimientos de todo el territorio, desde enero de 2024. Los detenidos acumulaban más de 150 detenciones, gran parte de ellas relacionadas con hechos similares cometidos en diferentes puntos del estado.
La investigación se inició a raíz de un robo con fuerza en una joyería de Barcelona el pasado 31 de enero de 2024 cuando un grupo de personas sustrajo joyas por valor de 284.000 euros. La investigación se centró al identificar plenamente los miembros del grupo y acreditó la actividad delictiva. Las gestiones realizadas durante los primeros meses dieron sus frutos y determinaron que parte del núcleo duro del grupo residía en Madrid. Esta información fue clave para establecer un Equipo Conjunto de Investigación con el Grupo de Robos cono Fuerza de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional.
'Modus operandi'
El entramado criminal, formado principalmente por tres individuos, planeaba con mucha antelación las veces a partir del análisis de las medidas de seguridad de los objetivos que querían violentar y la vigilancia de los mismos antes de perpetrar el delito.
Inicialmente, uno de los líderes del grupo hacía la valoración y selección previa del objetivo. A partir de aquí, el primer contacto con el establecimiento se hacía mediante una visita previa, en horario de apertura al público, entre quince y treinta días antes de la fecha de ejecución del delito. Era en este momento donde el núcleo duro del grupo comprobaba dónde estaban ubicadas las cámaras, las alarmas y el resto de elementos de seguridad. Con la información recogida preparaban la entrada para el día planificado.
Para acceder a los locales el grupo cambiaba el bombín de la puerta principal o accedía a través de puertas secundarias que conectaban con edificios contiguos. Ya en el interior, hacían saltar la alarma para provocar la presencia de la policía, a la que vigilaban desde un punto oculto próximo al establecimiento. En algunas ocasiones, incluso, habían manipulado el alumbrado de la calle para reducir la visibilidad de la zona.
Una vez comprobado que el responsable del establecimiento no se dirigía o bien que la policía se había marchado después de hacer las comprobaciones exteriores, el grupo hacía una segunda entrada donde inhabilitaba las alarmas y destruía las cámaras interiores.
Con la situación aparentemente controlada atacaban la caja fuerte utilizando la técnica del oxicorte, un método muy específico y efectivo y muy poco utilizado en este tipo de delitos. Por medio de un soplete donde combinaban oxígeno y acetileno efectuaban el corte de la caja fuerte gracias a la combustión que producía la mezcla de gases. Según la complejidad de la operación podían estar trabajando durante más de 5 horas.
Con el acceso a las cajas fuertes, los criminales se apropiaban de joyas y dinero que, posteriormente, otro miembro del grupo se encargaba de blanquear para seguir alimentando la actividad delictiva de la organización.
El grupo actuaba con contundencia por todo el territorio, con golpes efectuados en las poblaciones de Barcelona, Badalona, Tarragona, Palamós, Cambrils, Rubí, Esplugues de Llobregat, Platja d'Aro y Sant Antoni de Calonge.
Una de las entradas la hicieron en una joyería de la calle Rovira i Virgili de Tarragona a abril de 2024. El grupo consiguió sustraer joyas por valor de 350.000 euros, hecho que repercutió directamente en el futuro de la actividad comercial del establecimiento.
Una investigación compleja
La manera de operar del grupo criminal dificultó mucho la tarea de los investigadores. El hecho de utilizar varios vehículos y colaboradores para cometer los delitos, la estudiada planificación del tiempo para preparar los golpes y la inexistencia de propiedades a nombre de los principales autores obligó en el equipo investigador a hacer un ejercicio muy exhaustivo de recogida de indicios para acabar relacionándolos con los hechos investigados.
Finalmente, la fase de explotación de la investigación, que contó con la participación de más de 120 efectivos policiales, consistió en cinco entradas y perquisiciones en domicilios ubicados en Granollers, Parets del Vallès, Sant Andreu de la Barca y, fuera de Cataluña, en Leganés (Madrid) y una entrada en un taller mecánico de Parla (Madrid). En los diferentes registros se intervinieron 160.000 euros, siete vehículos, un equipo completo de oxicorte, un inhibidor de frecuencias y varias herramientas utilizadas en los robos.
El operativo permitió detener el núcleo duro del grupo. De los cinco detenidos, tres eran los líderes del entramado y, entre todos, acumulaban más de 150 antecedentes. Todos ellos pasaron a disposición judicial el 28 de enero. Se les atribuye la participación en delitos de pertenencia a grupo criminal, robo con fuerza, blanqueo de capitales, robo de vehículo y falsedad documental.
La investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones.