Diari Més

Arranca un plan piloto para revalorizar la carne de caza y promocionar el consumo en Vilabella

La primera cacería solidaria reúne a un centenar de cazadores, que destinarán las piezas a la asociación Ginesta

Una pareja de cazadores, durante la primera cacería solidaria en Vilabella.ACN

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Un centenar de cazadores han participado este sábado en la primera cacería solidaria en Vilabella (Alt Camp), donde se ha arrancado un plano piloto para revalorizar la carne de caza y promocionar el consumo. La iniciativa, incluida en el plan de choque del departamento de Acción Climática, evaluará los costes de los circuitos cárnicos y sanitarios de estas batidas. Según Anna Sanitjas, directora general de ecosistemas forestales y gestión del medio, la mitad de la carne cazada no llega a la comercialización. En un contexto de crisis de fauna cinegética, la acción también tiene una vertiente social, ya que aporta este producto a entidades sin ánimo de lucro. En esta ocasión, todos los animales cazados se destinan a personas desfavorecidas de la asociación Ginesta.

El año pasado se cazaron 66.000 ejemplares de jabalíes en toda Cataluña, lo que representa 2.000 toneladas de carne, de la cual sólo la mitad se comercializó. El resto se dividió entre consumo propio de los cazadores y el descarte. Para potenciar la salida de esta carne, el departamento de Acción Climática ha impulsado un plan de choque que incluye acciones como la celebrada este sábado por la mañana en Vilabella, la primera cacería solidaria.

Se trata de una iniciativa donde el departamento se hace cargo de los costes de evaluación sanitaria y conservación de la carne, mientras que las piezas cazadas se destinan a entidades sin ánimo de lucro que puedan beneficiarse de este alimento. Una vez se estudien los costes vinculados a la actividad, el Departamento valorará cómo gestionar futuras batidas. Paralelamente, desde Acción Climática se trabaja en un nuevo decreto de caza en que se espera facilitar el proceso que rodea las batidas.

En Vilabella, la decena de animales cazados se han recogido en un camión frigorífico que los ha transportado hasta un pequeño matadero donde se procesará y pasarán todos los controles por garantizar la calidad sanitaria. Una vez hecho todo el proceso, la carne se destinará a la asociación Ginesta de Barcelona a través de pequeños paquetes de carne congelada.

Su presidenta, Carmen Serra, ha puesto en valor la propuesta para proporcionar un producto que en el día a día les cuesta conseguir. «Normalmente, no nos dan nunca carne. Al Banco de los Alimentos nos dan lo que tengan y lo que hacemos nosotros es comprar pollo, que desaparece rápidamente,» ha detallado. Actualmente, se atienen a una setentena de familias de entre cuatro y seis miembros.

Batidas de carácter social

El objetivo principal de este plano piloto es incentivar la comercialización y de rebote el consumo de la carne de caza entre la población. En el caso concreto de este tipo de batida se suma un carácter social, ya que la carne que se obtiene se destina a asociaciones que trabajan con personas desfavorecidas.

La propuesta también permite dar a conocer otra vertiente de los cazadores, tal como ha asegurado el coordinador de la asociación de perreros en Tarragona, Cándido Valderrama. «Intentamos llegar al mundo urbanita, para que vean cómo los cazadores somos solidarios y que controlamos la fauna», ha afirmado.

Precisamente, cómo gestionar la crisis cinegética causada por la sobrepoblación de jabalíes y corzos es uno de los otros aspectos incluidos en este proyecto. Aunque desde el Departamento afirman que la caza sigue siendo «la herramienta más eficaz» para controlar esta especie, el plan de choque elaborado también incluye otras acciones de protección de las fincas agrarias o de investigación universitaria en anticonceptivos para estos animales.

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