Patrimonio
Aprobada la protección de las barracas de piedra seca de la Ruta de la Capona, en el Pla de Santa Maria
Se crea un perímetro de protección de 50 metros en torno a 15 barracas de piedra seca, donde sólo se podrán autorizar algunas nuevas construcciones agrícolas
Dos de les barracas de pedra seca de la Ruta de la Caprona
La Comisión territorial de urbanismo del Camp de Tarragona, presidida por el director general de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Arquitectura, Agustí Serra Monté, ha dado hoy la luz verde definitiva a una modificación del planeamiento del Pla de Santa Maria que permitirá proteger una quincena de barracas de piedra seca de la Ruta de la Capona.
Les barracas de uso agrícola hechas con la técnica de la piedra seca son elementos patrimoniales, algunas de alto valor constructivo, muy ligadas a un paisaje agrícola tradicional. En el término municipal del Pla de Santa Maria se encuentran una quincena de barracas unidas por un pequeño recorrido, denominado la Ruta de la Capona.
Estas barracas se sitúan en los márgenes de los caminos, a los límites de los campos de cultivo y en las zonas boscosas, construidas con materiales de la zona y algunas de grandes dimensiones. Además de la barraca, a menudo cerca se localizan otros elementos relacionados con el almacenaje del agua —cisternas, balsas y pozos— y algún árbol, normalmente higueras, configurando pequeños conjuntos patrimoniales asociados al paisaje de campos de cultivo.
El Ajuntament del Pla de Santa Maria impulsa una modificación de su planeamiento municipal para crear una nueva clave urbanística de protección agrícola que se asignará a toda la Ruta de la Capona, que abarca 72 hectáreas. En el ámbito de esta nueva clave urbanística se identifican 15 barracas y se establece que en torno a 50 metros de ellas no se podrá levantar ninguna nueva construcción ni instalación que rebaje su valor. Sólo se admitirán construcciones agrícolas, y con condiciones.
Esta modificación del planeamiento municipal ya se aprobó definitivamente en el 2022, pero se condicionó su entrada en vigor al hecho a que el Ajuntament presentara un texto refundido incorporando alguna prescripción de carácter técnico. Ahora, la Comisión de urbanismo ha dado la conformidad a este texto refundido.