Diari Més

Patrimonio

Recordando la época en la que en las casas se estiraba la cuerda

El Milà ha estrenado el itinerario ‘Corrioles que han fet història’, para explicar la función que antiguamente tenían estos artilugios

Los participantes en la visita guiada podrán utilizar las poleas.Cedida

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Este mes de mayo, en el marco de la Fiesta de Sant Isidre, patrón del campesinado, la Agrupación Cultural El Milà presentó un nuevo proyecto de recuperación de la memoria local. Se trata del itinerario Corrioles que han fet història, un recorrido por las calles de este pequeño municipio del Alt Camp para descubrir la veintena de poleas localizadas en muchas casas.

«La idea es recordar la importancia que tenían antiguamente las poleas de hierro, las cuales permitían subir en la buhardilla de las casas todos los kilogramos de avellanas que hicieran falta durante la temporada en la que finalizaba, entre finales de verano y principios del otoño», explica Xavier Pete Vega, presidente de la entidad.

Esta propuesta se ha elaborado a partir de un trabajo de investigación emprendido por la misma Agrupación Cultural, que en esta ocasión ha podido disponer de una fuente oral extraordinaria. Se trata de Andreu Banús, un vecino de 92 años que, además de ser la persona más mayor del pueblo, mantiene la memoria en plena forma. 

«Nos explicó muchísimas anécdotas sobre las poleas, como ahora que los niños, cuando eran pequeños, se colgaban en las cuerdas de esparto que servían para subir los sacos de avellanas a la buhardilla para jugar, una cosa que hoy sería inimaginable,» explica Xavier.

La ruta de las poleas del Milà se puede seguir de manera autónoma, con un tríptico editado por la Agrupación Cultural, donde se muestra un mapa con la localización de todas las poleas, o bien mediante una visita guiada que ofrece la misma entidad. En el trayecto, las personas mayores recordarán y los jóvenes aprenderán la función que antiguamente tenía la buhardilla de las casas de campo, generalmente destinadas a almacenar las cosechas por el hecho de ser espacios altos, amplios y muy bien ventilados.

Para hacer llegar las cosechas –a menudo de avellanas–, los campesinos utilizaban las poleas, sujetadas en las fachadas, justo junto a las ventanas superiores. Con la ayuda de este artilugio y de las cuerdas, los campesinos podían subir los sacos de avellanas sin mucho esfuerzo. Una vez en la buhardilla, la fruta seca caía formando pilas, que había que ir removiendo de vez en cuando.

«En las visitas guiadas el público que lo quiera podrá vivir la experiencia de subir un saco con polea», explica Xavier que es, precisamente, quien hace la función de guía. «Aunque contamos con el apoyo del Ayuntamiento, este es un proyecto que hemos hecho de manera casi altruista y con un presupuesto muy escaso», indica.

Así y todo, los responsables de la entidad admiten sentirse muy satisfechos con el recibimiento de su iniciativa y, muy especialmente, por el hecho de haber conseguido uno de sus principales objetivos: transmitir la memoria local a las generaciones más jóvenes.

Así lo asegura Xavier: «En el acto de presentación del proyecto me sorprendió muy gratamente ver cómo los niños pequeños del pueblo llegaban a comprender tan fácilmente el uso que tenían todas estas ruedas que siempre habían visto colgadas en las fachadas y no sabían para qué servían. Ahora, a muchos de ellos, que no tienen ni diez años, se les puede preguntar qué eran los carrillos y tienen un conocimiento muy claro y concreto».

Este es, asegura, el gran éxito del proyecto: «Hacer que las nuevas generaciones acaben teniendo un mínimo conocimiento de aspectos que, a pesar de haber quedado enterrados en un semiolvido, conforman la identidad y las características más relevantes del pueblo en el que viven». Para hacer un paseo guiado por el itinerario Corrioles que han hecho historia se puede contactar con la Agrupación Cultural El Milà (agrupacioculturalelmila@gmail.com). La duración es de unos 60 minutos.

tracking