La obra 'Paisatges de Memòria' da voz a las historias de menores no acompañados para romper prejuicios

Dar voz a los menores migrados no acompañados que residen en el centro Mas Mahanaim, del Pla de Santa Maria, para romper los prejuicios sociales que recaen en este colectivo. 

La obra 'Paisatges de la memòria' recoge sus historias, vivencias y viajes a través de una experiencia de arte comunitario. Dirigida por Omar Moran y de la compañía Monte Isla, la propuesta es una de las actividades programadas en la segunda edición del Festival Escena Germinal, que arranca este sábado.

Hasta el 28 de julio, el certamen rural de artes en vivo del Camp de Tarragona, ha programado paseos escénicos, teatro performativo, circo y danza en espacios «singulares» del territorio, como las barracas de piedra seca o el claustro del Convento de las Artes de Alcover.

Una decena de menores migrados no acompañados son los protagonistas de la obra 'Paisajes de la memoria' que se representará este domingo por la noche en una de las barracas de piedra seca, situadas en el término municipal del Pla de Santa Maria.

Desde hace días que los jóvenes se preparan para salir a escena de la mano del director chileno Omar Moran y de Andrea Pellejero, miembro de la compañía Monte Isla. A partir de un juego de fútbol se entrelazan sus voces e historias.

«Estamos trabajando con sus archivos, recuerdos, memoria a través de su viaje, creando una historia positiva con ellos, porque ellos, son parte fundamental de la creación, intentamos traer a escena sus deseos y que se lo pasen bien», expresa el director teatral a la ACN.

Los menores provienen de varios países como Guinea, Argelia, Pakistán, Marruecos o Senegal y han llegado hasta Cataluña con diferentes medios de transporte, viviendo experiencias «muy difíciles». 

«Les suyas historias son fuertes, no las tendría que vivir nadie, hay historias muy duras, lo que más me ha impresionado de estar con ellos es su energía, vitalidad, alegría, resiliencia, resistencia y valentía; tienen mucho a enseñarnos y tenemos mucho aprender», asevera Pellejero.

Los artistas destacan que el objetivo de esta experiencia de arte comunitario es dar a conocer y hacer visible las historias de estos jóvenes con el fin de contribuir a romper los prejuicios que tiene la sociedad sobre ellos.

«Están intentando buscar una vida y una oportunidad en este país, en un lugar donde hay muchos prejuicios por su presencia, hay mucho miedo aquello que es diferente y es muy paradójico en un territorio que ha vivido en contacto con los de fuera», afirma Moran.

Y añade: «yo también soy extranjero y estoy muy emocionado de poder cooperar con un pequeño granito de arena a superar los prejuicios y a entender la migración como un movimiento natural de la humanidad y, más, en el actual contexto de guerras, persecución, de crisis económicas y climáticas, nos tenemos que replantear la idea de nación y país».

«Quiero ser actor»

Uno de los protagonistas es Alhassane Suma, que viene de Guinea Conakri. Explica que le gusta mucho formar parte del grupo y participar en la propuesta artística. «Me siento muy bien, espero que la gente aprecie la obra, hemos trabajado de lo lindo», asegura el joven. También dice que le gustaría ser actor en un futuro. «Quiero hacer todas las cosas, en mi país sólo jugaba a fútbol y ayudaba a mi padre», señala.

Además, el director de la obra explica que ha sido un proceso complejo por el hecho de que el idioma ha sido en algunos casos una barrera. Con todo asegura que se han superado: «Estoy seguro de que las emociones comunican mucho más, hemos hecho lazos porque las emociones no tienen lenguaje verbal, estoy emocionado de trabajar con ellos», concluye.

Programación que conecta el arte con la naturaleza

Según los organizadores, el objetivo del festival es crear una experiencia que permita disfrutar de espectáculos de teatro, música y danza de artistas locales e internacionales a los vecinos del Camp de Tarragona.

El certamen hace una apuesta por la sostenibilidad ambiental para que creadores y público interactúen de forma respetuosa y sostenible con el entorno. Este año, se han programado las actividades en espacios, como la Bodega Mas Vicenç, las barracas de piedra, el claustro del Convento de las Artes de Alcover, el Mas del Víctor de la Cooperativa Agrícola de la Selva del Camp y los olivos del aceite El Carpi.

«Hemos crecido tanto con respecto a espacios como de ambición de propuestas escenificas, tenemos dos internacionales, de Chile y Argentina,» subraya la productora y miembro de la organización de certamen, Neus Pàmies.

La productora también ha destacado algunas de las propuestas de esta segunda edición, como el espectáculo de circo 'Lady Panda', de Clara Poch o la obra de teatro y danza, 'En mí no me escribió Tennesse Williams', de Roberto G. Alonso, así como el espectáculo de danza contemporánea del bailador de flamenco Pol Jiménez, entre otros artistas.

«Hemos hecho una apuesta muy fuerte para que el lenguaje sea muy diverso y para que los espacios sean muy peculiares, la mayoría de nosotros tenemos raíces rurales y tenemos la sensación de que son espacios que tradicionalmente no son escenarios y teníamos ganas que lo fueran para que a la gente del territorio les redescubran a través de las propuestas culturales», sostiene Pàmies.

Retos de futuro del festival

Después de la prueba piloto celebrada el año pasado, con «una excelente acogida» por parte del público, este año los impulsores de Escena Germinal quieren consolidar la cita artística. 

En este sentido, Pàmies dice que los retos del festival es que crezca y abastezca más territorio del Campo de Tarragona, ya que argumenta que las ciudades como Valls, Reus o Tarragona tienen oferta cultural, pero hay «poca» en las zonas rurales. 

«Somos un territorio muy rico culturalmente y patrimonialmente, el objetivo es que la gente de Tarragona viaje a terrenos que no les son tan propios, nos gustaría piensa que ayudaremos a tejer una red de territorio y una visión renovada de este», concluye.

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