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Entrevista

Jèssica Pulla: «Cuando actué en el Apolo en catalán, la gente lo vio como una transgresión»

La ‘drag’ vallense, conocida como ‘La drag catalana’, actuará este sábado en la Selva del Camp en el marco del Festival Empelt

Jessica Pulla es el vallense Joan Gabàs.Konor Piks

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¿Quién es Jèssica Pulla?

«Es la nueva promesa del transformismo catalán y la vedette preferida de vuestra vedette preferida. Dicho de otra manera: de todas las vedettes del mundo, la que te guste más, me tendrá a mí de referente».

En las redes dices que eres ‘La nova Ferrussola amb cames de Laura Borràs’.

«Con el transformismo quiero celebrar y reivindicar la cultura catalana, pero también hacer una crítica a estas figuras más conservadoras de nuestra cultura y, sobre todo, de nuestra política. Durante mucho tiempo se han venerado, pero son muy cuestionables».

Tu espectáculo mezcla música, humor, política y crítica social.

«Lo que llevaré al Festival Empelt, que se llama La vedette antifascista, parte mucho del transformismo de toda la vida, incluso del que se hacía durante la posguerra y el franquismo. Soy yo misma, explicando mi historia, desde que en Valls tomo conciencia que no tengo referentes queer, hasta que me marcho a Lleida a estudiar, entro en contacto con el teatro y decido explorar esta faceta que siempre había estado dentro de mí. Y hasta el día de hoy, explicando lo que he estado haciendo estos dos últimos años, que ha sido moverme mucho, conocer a mucha gente y entrar en contacto con la lucha por el catalán y contra el fascismo y la ultraderecha. Pero siempre desde el humor y la irreverencia, porque a mí, lo que me gusta, es ser una sinvergüenza».

Te han etiquetado como la drag catalana o la drag en catalán. ¿Tan singular es, esto, en el mundo drag en nuestra casa?

«Cuando yo empecé, este nombre me chocó mucho. Yo decía Amore, si yo estoy en Barcelona, y gran parte de los travestis que hay aquí también lo son, no entiendo por qué yo soy la catalana. Pero entonces me di cuenta de que en la escena queer o del ocio nocturno LGTB el catalán está invisibilizadísimo. Y la primera vez que actué a lo grande en el Apolo en catalán, la gente lo vio como una transgresión. Entonces, me empezaron a decir que hacer aquello era muy necesario, y me puse a tope. Por eso, si actúo en Cataluña, lo hago en catalán. Y si no me entiendes, es tu problema».

También apuestas para llevar el mundo drag fuera de Barcelona.

«Cuando vivía en Valls sentía que no encontraba mi sitio ni mi gente. Siempre está la idea de que se debe ir a Barcelona, y la verdad es que, allí, como hay tanta gente, también hay del colectivo. Pero eso no quiere decir que sea tu espacio seguro, a veces es difícil ser del colectivo e ir por la calle tranquilamente. A partir de ver que en los pueblos me gritaban, que las familias llevaban a los niños y que la gente abiertamente queer me daban las gracias por haber ido, decidí ponerme las pilas, porque eso no va sólo de defender el catalán, sino de defender que, esto, también existe, en catalán, en tu pueblo».

Rehúyes la imagen hiperfeminizada que tenemos de las drag.

«Sí. Yo entré en contacto con el drag a través del programa Drag race, pero pensaba que no era mi rollo porque no tenía aquellas habilidades para maquillarme, moverme en el escenario o hacer su humor. Pero cuando empecé a investigar, vi que muchas habían empezado con los recursos que tenían. Y también me dijeron: El transformismo no tiene normas. Si quieres decir alguna cosa, hazlo con lo que tengas, y ya lo irás perfeccionando. Y aunque primero pensaba que no podía ser travesti porque no me sabía maquillar ni me ponía pelucas, acabé decidiendo que también está bien ser fea o reivindicar alguna cosa más que una cara bonita o una feminidad establecida».

¿Te puedes ganar la vida haciendo de drag?

«Ahora empiezo a poder hacerlo. Ha costado, y sigue siendo difícil. Por ejemplo, a la hora de pedir un caché, da vergüenza decir según qué, porque no hay un caché base. En muchos sitios no nos valoran porque nos ven como un arte menor, como si fuéramos a hacer el petardo. Pero hacer el petardo es un trabajo. Yo quiero seguir apostando por teatros y salas más convencionales, como he ido haciendo este año, que he participado en actividades de museos y he presentado premios de cultura. Quiero entrar en el mundo cultural porque allí ya conocen mi nombre».

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