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Economía

Crisis en la empresa detrás de los Premios Ondas, la Fundició Artística Vilà de Valls

La carencia de encargos, las deudas y los litigios ponen en riesgo la empresa vallense

Extreballadors manifestant-se davant la Fundició Artística Vilà de Valls

Extrabajadores manifestándose delante de la Fundición Artística Vilà de VallsRedacción

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Varios extrabajadores de la Fundición Artística Vilà de Valls se concentraron delante de la empresa durante los pasados meses de noviembre y diciembre. Los manifestantes denunciaban haber sido despedidos sin recibir ninguna indemnización.

Esta situación se dio después de que la fundición se deshiciera del 50% de la plantilla, es decir, a seis trabajadores, después de no reunir bastante financiación para poder mantenerlos. Esta es la segunda reducción de este tamaño que realiza la Fundición Vilà en los últimos dos años.

La empresa, fundada ahora hace unos sesenta y cinco años, es la responsable de obras artísticas relevantes a las comarcas tarraconenses, como el Monumento a los Castellers de la Rambla Nova de Tarragona, así como de las puertas de la Glòria de la Sagrada Família o las estatuillas de los Premios Ondas.

No obstante, la historia reciente de la compañía ha sido marcada por la falta de encargos, la acumulación de deuda y el impago a trabajadores y proveedores.

Francesc Vilà, administrador de la fundición, asegura que los problemas arrancaron ahora hace dos años, cuando perdieron un contrato de exclusividad con una importante galería británica. Desde entonces, Vilà asegura que han vivido «intentando levantar la cabeza sin mucho éxito».

De esta manera, la compañía ha pasado de contar con más 50 trabajadores en sólo 6. El administrador relata que le resultó imposible pagar las indemnizaciones a los últimos despedidos por la falta de facturación y defiende que esta era el «opción menos mala», esperando encontrar algún encargo antes de que se cierre el litigio abierto con los damnificados.

Por su parte, José Luis Vera, uno de los operarios despedidos, denuncia que la empresa siga operando después de la última reducción de plantilla. El extrabajador manifiesta haber sufrido un accidente laboral que la empresa no le ha reconocido.

Concurso de acreedores

Según Vilà, todas las decisiones están encaminadas a generar algún ingreso que les permita evitar el concurso de acreedores y el posterior cierre. «Extinguimos los contratos de los trabajadores para que al menos así pudiéramos cobrar el paro, ya que no podíamos pagar las nóminas», afianza al administrador.

Vilà asegura que en estos dos años muchos de los puestos de trabajo «han dejado de existir», manteniendo el contrato con los Premios Ondas como uno de los pocos que generan estabilidad, mientras que el resto son «encargos puntuales» que no acaban de salvar la empresa, pero permiten que se mantenga viva temporalmente.

El administrador afirma que el futuro inmediato de la empresa pasa para «intentar conseguir financiación sea como sea», ya que sólo así podrá pagar las indemnizaciones pendientes». De hecho, Vilà asegura haber sacrificado su plan de jubilación con el fin de amortizar las deudas pendientes, «si tengo que perder la jubilación, la perderé», afirma el responsable.

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