La Gran Fiesta de la Calçotada reúne a más de 30.000 personas en Valls en medio de un gran ambiente

La Gran Fiesta de la Calçotada reunió ayer a más de 30.000 personas en Valls. En medio de un gran ambiente festivo y familiar, las calles del centro de la ciudad se llenaron para disfrutar de la muestra de cocer calçots, del concurso de salsa y del de comer y para degustar la cebolla dulce allí donde marca la tradición. La Cámara de Comercio de Valls, la entidad organizadora, repartió 3.600 degustaciones de lotes de calçotada y se agotaron los tickets, superando las expectativas iniciales.

Uno de los puntos neurálgicos de la fiesta fue El Pati, donde al mediodía tuvo lugar el tradicional concurso de comer calçots. En medio de una gran expectación, veinte concursantes compitieron entre ellos para ver quién era capaz de comer más cebollas dulces en 45 minutos. Una de las protagonistas más ovacionadas del torneo fue Míriam, de Centelles, la única mujer que concursó. Mientras los concursantes colocaban calçots, las collas castelleras y el séquito festivo actuaba en la plaza, representando la estampa más vallense posible. «El año pasado estábamos en el público, mirando el concurso y dijimos que el próximo año estaría bien que nos apuntaramos. Y ¡ aquí estamos, nos hemos enredado»!, explicaba Oriol Bargalló, vallense, que competía en el concurso con su amigo Jordi Lladós, de Vilabella. «Hicimos números y ¡nos salía más a cuenta apuntarnos al concurso que comprarlos!», respondía entre risas Lladós.

La plaza animaba a los competidores y celebraba cada vez que se acababa un paquete. Los voluntarios, diligentes, ayudaban a los concursantes en todo lo que les hacía falta. «Es una cuestión más de velocidad que no de panza, podría haber comido más», expresaba Bargalló. Una vez hecho la cuenta atrás, tocó pesar aquello consumido y el ganador fue Adrià Wegrzyn, uno de los habituales del concurso.

Sin secreto

Wegrzyn, de Barcelona, se proclamó campeón después de comer 195 calçots, un total de 3.275 gramos. «No ha sido mi mejor actuación. Desde el 2002 que venimos, con la familia y amigos, con mucha ilusión. Me hago mayor, tengo 50 años. Algún día perderé», expresaba el campeón después de recibir el premio. Wegrzyn añadía que «no hay secreto» para ganar el torneo y que comería carne a la brasa para bajar los calçots. «Me voy mojando la boca un poco con vino. Te tienen que gustar los calçots y no tienes que parar. Los primeros minutos vas bien, pero después ya hace subida, es un poco duro», reconocía. El primero clasificado tendrá próximamente relevo en la misma familia. «Mi hijo mediano está muy aficionado. Todavía no se ha apuntado porque tienes que ser mayor de edad, pero de aquí a siete años le pasaré el relevo. Ya estaré un poco cansado», concluía Wegrzyn.

El segundo clasificado fue Ramon Caballero, también de Barcelona, que comió 160 calçots, un total de 2.170 gramos, y en tercer lugar quedó en David Martin, de Tarragona, comiendo 190 calçots con un total de 2.165 gramos.

Concurso de salsa infantil

Más allá, una de las grandes novedades de este año fue la celebración del primer concurso de salsa infantil, que se calificó de éxito por parte de la organización y que se espera repetir de cara al futuro. La ganadora fue la vallense Ainara López. Respecto al concurso de adultos, el ganador fue Emilio Llort, de Reus. Durante la mañana, también se celebró el 37.º concurso de cultivadores. En este caso, el primero clasificado fue Kiko Emill, de Valls.

El presidente de la Cámara de Comercio, Josep M. Rovira, afirmó que la voluntad de la organización es mantener estos datos de público los próximos años. «Nos gustaría pensar que no tenemos que crecer más, sino hacerlo mejor», expuso.