Ponen en marcha los actos de conmemoración de los 700 años de la creación del Condado de Prades

Un redoble de campanas además de una treintena de pueblos dio, el pasado lunes, el pistoletazo de salida a los actos de conmemoración programados coincidiendo con el aniversario de los 700 años de la creación del Condado de Prades y de su anexión a la Baronía de Entença.

Los actos se alargarán durante todo un año en qué se prevén presentaciones de libros, ciclos de conferencias, cursos de paleografía, elaboración de varios materiales gráficos y audiovisuales, visitas culturales y recreaciones históricas entre otros con la colaboración de una cincuentena de entidades entre Ayuntamientos, archivos históricos, museos, centros de estudios y asociaciones culturales.

El comisario que ha sido nombrado para impulsar la conmemoración es Eduard Juncosa Bonet, medievalista y politólogo, autor de estudios sobre unos espacios a los que dedicó su tesis y editor de un libro dedicado a la última reina del Casal de Barcelona.

Desde la organización explican que el domingo 6 de mayo de 1324, en el interior de la catedral de Barcelona, el rey Jaime II erigió las Montañas de Prades en condado para su hijo pequeño, el niño Ramon Berenguer, todo vinculando el señorío de nueva creación a los dominios que habían pertenecido al difunto Guillem d'Entença.

Por primera vez, un monarca de la corona catalanoaragonesa fundaba un condado de nuevo, sobre un territorio de la Catalunya Nova que hasta entonces había estado de jurisdicción real, para entregarlo a un miembro de su linaje.

En el preámbulo de la donación, el monarca afirmó a su benjamín que le entregaba el emergente condado –el cual tenía que tomar el nombre de condado de las Montañas de Prades– para distinguirlo con la dignidad condal, mediante una donación irrevocable a favor de él y de sus sucesores.

La donación supuso la creación de una unidad señorial con dos espacios que mantuvieron su personalidad jurídica y un único cabo que regía todo el conjunto con una diferencia importante: el condado de las Montañas de Prades fue cedido en feudo honrado (mediante la transferencia del dominio útil, condicionado a la prestación de homenaje, al juramento de fidelidad y a la adquisición de varias obligaciones), mientras que los lugares y territorios que habían pertenecido a Guillem d'Entença se dieron en alodio (una cesión del rey al titular del señorío del dominio directo, absoluto y libre, franco de servicios y de toda prestación).

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