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Una recopilación de poemas para empezar a levantar el vuelo

El cuarto volumen de la colección ‘Bella Luna’ de Fina Anglès es un poemario pensado para los más pequeños de casa

Fina Anglès ha sido profesora a secundaria y es autora de varios libros para niños, así como de cantatas infantiles.Gerard Marti Roig

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La escritora de l'Aleixar Fina Anglès i Soronellas explica a menudo que empezó a escribir poesía para niños el día que leyó en la revista Faristol la afirmación «La poesía infantil, la Cenicienta de la poesía». 

Como resultado, publicó su primer poemario para niños y niñas en el año 2005. Se llamaba Bella Lluna treu el nas (Arola Ed.) y, de manera no intencionada, aquel libro acabaría siendo el primero de una colección que esta misma primavera ha llegado al cuarto volumen. Se trata de Bella Lluna et fa un petó... Y, como en los tres anteriores, Fina ha contado con las ilustraciones de Jasmin Bergadà y Silvana Salvadó.

En esta ocasión, explica la autora, el cuento se dirige a los más pequeños de casa, de los cero a los tres años aproximadamente. Los poemas, que se agrupan en tres bloques (animales, instrumentos musicales y medios de transporte), se presentan acompañados del dibujo y la onomatopeya que les corresponde.

Fina explica que, aunque de entrada pueda parecer que el niño no podrá entender el valor poético de los versos, la idea es que «las criaturas tengan el libro en frente con un adulto, padre, madre, abuelo, maestro, tío... da igual. Un adulto que le dedica bastante tiempo porque le quiere o le quiere bien, y se le sienta en el regazo, va al ritmo que la criatura necesita y lee con el tono adecuado para que la lectura le sea útil». En definitiva, subraya la autora, la intención es favorecer «que el adulto esté presente en uno de los procesos más mágicos que podemos vivir las personas, que es aprender a leer y a apreciar la lectura».

Esta es la idea de fondo de toda la colección, que tiene esta Luna como protagonista, y que no deja de ser, en palabras de la autora, «aquel adulto que quiere bien a la criatura y siempre está pendiente para ayudarla a crecer». A la vez, sin embargo, la Luna es también un homenaje a su pueblo, l'Aleixar: «De bien pequeña ya me embobaba viéndola salir por los Rocanys, una vista que todavía tengo desde casa».

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