Playas
Cambrils inicia una prueba piloto de un sistema de avisos a los bañistas en playas no vigiladas
Se han instalado boyas de abalizamiento para obtener datos en tiempo real y de forma automática del oleaje
Protección Civil ha iniciado una prueba piloto en playas de Cambrils, Roses (Alt Empordà) y Mataró (Maresme), que tienen servicio de socorrismo, para obtener datos en tiempo real y de forma automática del oleaje y poder compararlas con las facilitadas por los servicios de socorrismo que dispone cada municipio.
Esta prueba permitiría validar la eficacia del sistema automático y determinar si las condiciones del baño son seguras o no, para más adelante valorar la instalación de este sistema en playas o calas del territorio catalán donde no hay servicio de vigilancia.
Se han instalado dispositivos de medición del oleaje en boyas de abalizamiento, que son los elementos que colocan los ayuntamientos para delimitar la zona de baño de cada playa. Los equipos envían los datos al Departamento, que se muestran en el Visor del estado de las playas y en una aplicación que pueden disponer los propios municipios o gestores de playas.
La prueba piloto se ha hecho en coordinación con los 3 ayuntamientos, que son quien contratan el servicio de abalizamiento. El presupuesto de la prueba es de 5.711,81 euros (con IVA) y la empresa es Ona Safe & Clean en colaboración con el equipo del centro SARTI de la UPC.
Si la prueba piloto resulta satisfactoria, es decir, que se comprueba que las mediciones y el envío de datos funciona de manera correcta, se estudiará establecer en un futuro un sistema de avisos a los bañistas de aquellos lugares o municipios donde no hay servicio de vigilancia, especialmente en las playas y calas con aforo más elevado. Consistiría en la instalación de un prototipo de semáforos que indicarían el color que correspondería si hubiera una bandera como las que hay en las playas donde sí hay servicio de socorrismo. De esta manera, el color del semáforo indicaría si el baño es apto (verde), no lo es (amarillo), o si está prohibido (rojo).
Este semáforo, que podría probarse en el mes de septiembre, se instalaría en espacios próximos y visuales de estas u otras playas o calas próximas sin vigilancia o incluso fuera de los horarios del servicio de socorrismo. Además también permitiría que el gestor municipal cambiara a voluntad el color del semáforo por otros motivos que no fuera el estado del oleaje, como podría ser por contaminación del agua, la presencia de medusas u otras circunstancias que pudieran dificultar o impedir el baño