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La masía de Aguiló transforma su historia en un hotel rural

Está situada en la entrada de l'Hospitalet de l'Infant y fecha de final del siglo XVIII

Fotografía de la fachada de la masía Aguiló después de las reformas y restauración.Cedida

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La masía de Aguiló es una masía de final del siglo XVIII (1789), situada en la entrada de l'Hospitalet de l'Infant y en tierras del municipio de Mont-roig del Camp, donde han vivido generaciones de una familia dedicada a la tierra y al cultivo de olivos, algarrobos y almendros y, ahora, la hija de la heredera, Belén Escribano, ha querido darle una nueva vida y convertirla en un hotel rural.

Ha pasado de generación en generación por el uso y costumbre catalana del heredero, donde el primogénito barón hereda la masía y las fincas que pertenecían a él. «La masía ha sido de nuestra familia desde hace años por parte de la abuela materna, mi madre fue la última que la heredó y nosotros hemos decidido sacar este negocio adelante», ha explicado la propietaria del Mas Aguiló, Belen Escribano.

El conjunto arquitectónico original de la masía incluía un corral, un pozo y una balsa. Aunque esta última ha desaparecido con el tiempo, el pozo romano, conocido por toda la gente del pueblo, continúa presente. Este pozo y la misma edificación podrían estar asentados sobre los cimientos de la mansión romana de Oleastrum, mencionada en el Itineraro de Antonio del siglo III donde se especifican las vías y las zonas de hospedaje del imperio romano.

La mansión de Oleastrum se encontraba a 35 kilómetros de Tarraco y era la última área de servicio antes de llegar a la capital hispánica de oriente. Las investigaciones del arqueólogo Buenaventura Hernández Sanahuja a finales del siglo XIX revelaron numerosas muestras de cerámica y tejas romanas en la finca, confirmando así la importancia histórica del sitio. «De hecho, mi bisabuelo labrando encontraba monedas en la finca y yo misma guardo tejas romanas que he encontrado en el recinto», ha añadido Escribano.

Después de una primera reforma radical en los años 70 del siglo XX, la masía ha sido recientemente restaurada con la intención de preservar su esencia y su encanto rural. «De esta forma hemos conseguido volver a darle el uso de hospedaje que tuvo en la antigüedad y ahora lo hemos transformado en un hotel con encanto».

Escribano ha comentado que: «El proceso está siendo largo y complicado, tenemos abierto, pero con régimen de comunicación y sin registro eso dificulta que la gente nos encuentre, a pesar de tener una página web. Estamos esperando que el ayuntamiento tramite lo que queda para poder promocionarnos adecuadamente».

Ahora este edificio histórico se ha transformado en un acogedor hotel con cuatro amplias habitaciones, muy equipadas con baño privado y servicios modernos. Los visitantes pueden disfrutar de varias actividades, desde senderismo y rutas en bicicleta de montaña hasta deportes náuticos y días de playa.

«Todo está pensado para poder pasar unos días de desconexión de la rutina diaria y volver renovado a casa con un servicio personalizado que da un establecimiento de pequeñas dimensiones como este». Con esta apertura, la Masía del Aguiló no sólo recupera su uso histórico de hospedaje, sino que también ofrece una nueva vida a una finca cargada de historia y tradición familiar.

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