Sociedad
120 años del pantano que alimenta al Baix Camp
Las obras de construcción del pantano finalizaron en el año 1918 y no llevó agua a la ciudad de Reus hasta agosto de 1919
El pasado 13 de noviembre se cumplió el 120.º aniversario de la constitución de la Comunidad de Regantes de Riudecanyes, en su inicio conocido como Sindicat de Regs del Pantà de Riudecanyes. Esta infraestructura, aunque a día de hoy no pasa por su mejor momento, ha sido uno de los motivos que ha permitido prosperar al campesinado en un territorio afectado por graves sequías y que respondía a la ambición de una ciudad, Reus, que desde siempre uno de sus grandes retos históricos ha sido el abastecimiento de agua.
La idea de construir el pantano surgió de la Comisión de Pantanos en marzo del año 1900, entonces presidida por el alcalde de Reus, Pau Font de Rubinat, que consiguió incluir el pantano de Riudecanyes en el Plan General de Canales y Pantanos del Estado en noviembre del mismo año. En abril de 1901 se constituyó en el Ayuntamiento de Reus el Comitè Executiu dels Pantans que tendría que gestionar y dirigir el proyecto.
En julio de 1901 los ingenieros Cayetano Úbeda y Jaime Lahuerta empezaron a elaborar los estudios técnicos definitivos del pantano por encargo del gobierno, con un presupuesto de 1,32 millones de pesetas. El proyecto quedó terminado en el año 1902, pero no sería hasta noviembre de 1903 que sería aprobada la Real Orden y en julio de 1904 que se otorgaría la primera concesión de agua para la comunidad de regantes.
La primera piedra fue colocada por el ministro de Fomento, Manuel Allendesalazar, el 4 de octubre de 1904. No obstante, en octubre de 1907 se decidió cambiar el emplazamiento de la presa por motivos técnicos y en mayo de 1908 se reanudaron las obras a la actual ubicación, 800 metros más abajo de la zona original. Las obras no se completaron hasta el año 1918 y el canal no llevó agua a la ciudad de Reus hasta agosto de 1919.
Desde entonces, han sido diversos los proyectos de ampliación y mejora, destacando la ampliación durante la década de los años veinte para aprovechar las aguas de los torrentes de Prades, la Febró y Arbolí, la construcción del embalse de Siurana en los años setenta o unas obras que sirvieron para duplicar la capacidad del pantano de Riudecanyes entre los años 1989 y 1991. De esta manera, alcanzó su capacidad actual de 5,3 hectómetros cúbicos.
El administrador de la Comunidad de Regantes del Pantano de Riudecanyes, Miquel Àngel Prats, destaca la importancia del esfuerzo conjunto de la comunidad en el camino recorrido hasta hoy. «No podemos olvidar los impulsores de este proyecto que celebra sus 120 años, pero tampoco a todos aquellos que nos han precedido y que han contribuido a engrandecerlo, mejorarlo y modernizarlo», añade.
Salud frágil
A pesar de la sequía de los últimos años, el embalse de Riudecanyes se recupera a buen ritmo gracias a las lluvias de los últimos meses. Actualmente, supera el 22% de su capacidad total y su pantano hermano, el Siurana, casi llega al 10%. Unas cifras positivas si se comparan con los datos de los últimos años, pero que evidencian la fragilidad de un territorio sensible a episodios de sequía que, por lo visto, cada vez pueden ser más frecuentes. Así y todo, la estación regeneradora de agua en la depuradora de Reus tendría que ser un respiro para ambos pantanos.