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Historia

Uno de los primeros pasadores de las 'Rutes de la Llibertat' era de la Conca de Barberà

Francesc Vilà Sales ayudó a escapar a muchas personas del nazismo y fascismo a través de estos caminos en plena dictadura franquista

Francesc Vilà Sales, un dels impulsors de les Rutes de la Llibertat, a Perpinyà 24 de març 1939.

Francesc Vilà Sales, uno de los impulsores de las 'Rutes de la Llibertat', en Perpiñán 24 de marzo 1939.Cedida Fundación Exitosa|Lograda y Formación Permanente

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Francesc Vilà Salas, procedente de la Conca de Barberà, fueron uno de los seis miembros del primer pelotón que inició las Rutes de la Llibertat el año 1939. Este luchador catalán ayudó a escapar a muchas personas del nazismo y fascismo a través de estos caminos en plena dictadura franquista.

Los pasadores también colaboraron con los aliados pasando información. «Mi padre fue un hombre valiente que arriesgó la vida por los otros por humanidad», expresa su hija, Montserrat Vilà. Desde la Fundació Reeixida reclaman que se señalicen estas rutas que pasan por municipios del Alt Empordà, la Garrotxa y la Cerdanya. También exigen que se reconozca la heroicidad de estos combatientes que salvaron centenares de vidas.

Montserrat Vilà, filla de Francesc Vilà; i Oriol Falguera, president de la Fundació Reeixida, mostrant una de fotografia del seu pare a l'Espluga de Francolí.

Montserrat Vilà, hija de Francesc Vilà; y Oriol Falguera, presidente de la Fundació Reeixida, mostrando una de fotografía de su padre en l'Espluga de Francolí.ACN

«Soy la hija de un combatiente republicano, que perteneció al grupo de Nosaltres sols! y que después se incorporó al Estat Català, que luchó en el ejército republicano, que perdió la guerra, pero no lo vencieron nunca». Así, ha resumido Montserrat Vilà la figura de su padre. Un hombre muy comprensivo y tolerante, dice, que defendió siempre sus convicciones políticas. «Arriesgó muchas veces su vida para defender la vida de los otros, y a cambio de nada, simplemente por humanidad y por ideología política, él esperaba que los aliados les ayudaran a recuperar la independencia de Cataluña», afirma.

Vilà explica que su padre formó parte del primer pelotón de seis personas que empezaron el primer retorno a la «Cataluña ocupada» el 27 de julio de 1939, después de escaparse del campo de concentración de Argelers. «Junto con Gregori Font, que era el que conocía la zona, hicieron el recorrido a través del macizo del Albera», detalla. De estos seis, dos de sus integrantes no pudieron continuar la ruta y volvieron a Francia. El resto asegura consiguieron llegar a Barcelona.

Vilà subraya que su padre nunca les explicó que era pasador y que lo averiguó cuándo encontró unos escritos que hablaban sobre su participación y, también, gracias a la tarea de la Fundació Reeixida. «Habían perdido la guerra, ellos son unos héroes no reconocidos porque cuando no ganas no se te reconoce tu valentía y, por lo tanto, no tienen ningún reconocimiento», lamenta.

Sin embargo, explica una anécdota escrita por su padre en uno de los documentos encontrados, en el que dice que mientras participaba en una de las rutas un pastor les salvó la vida. «Les dijo que muy cerca de la fuente de Taravaus había un grupo de soldados del ejército franquista y les comentó que estaban en riesgo, cambiaron la ruta para poder esquivarlos», afirma.

Rutas de la libertad

Desde la Fundació Reeixida aseguran que centenares de personas pasaron por estas rutas para escapar del horror del fascismo y nazismo. Aunque no hay cifras oficiales, apuntan que al menos se cifrarían en unas 800. Se trata de judíos, integrantes del Gobierno Polaco, aviadores norteamericanos y británicos, del senador francés Tizier, Maurice Clavel y el ministro francés de la guerra Monteil, entre muchas otras.

A modo de ejemplo uno de los caminos de la libertad empezaba en el municipio francés de Banyuls de la Marenda y seguía hacia Portbou, Colera, Llançà, Vilamaniscle hasta Rabós. Otro ejemplo es la ruta iniciada desde la población francesa de Costoja, la cual pasaba por Sant Llorenç de Cerdans (Francia), Albanyà, Montagut i Oix, Castellfollit de la Roca, Sant Joan de les Fonts hasta Olot. Estas rutas estuvieron activas desde 1939 y se utilizaron durante muchos años.

El presidente de la Fundació Reeixida, Oriol Falguera, asevera que después de que muchísimas personas se marcharan al exilio, no se ha sabido explicar que los primeros que volvieron fueron independentistas catalanes. «Al cabo de medio año de la entrada de los fascistas por la Diagonal de Barcelona, los primeros que se escapan de los campos de concentración son gente independentista catalana, no militantes comunistas, no militantes anarquistas, no maquis, si no son gente independentista del sector 'Nosaltres sols!'» defensa.

«El independentismo en los años 30 estaba enemistado, hay dos sectores importantísimos, el sector Estat Català y el Nosaltres sols!, por lo tanto, una sección militar y una política», recuerda. «Lo que es espectacular es que mucha gente ha cogido el camino del exilio, pero hay muchos jóvenes independentistas que se han quedado en el interior de Cataluña, de aquella Cataluña ocupada por Franco, que era negro, y que cada día desde el año 39 hasta el 52 en el campo de la bota se fusilaba a gente», remarca Falguera.

El presidente de la fundación también subraya que los militantes independentistas utilizaron estas rutas para pasar información a los aliados y para hacer acciones de propaganda contra los ocupantes. Además, un mes antes de la entrada de los nazis en París, los militantes catalanes formaron «l'Organització», que más tarde va me convertiré el Front Nacional de Catalunya. L'Organització operó de 1939 hasta 1945.

«Lo primero que harán es que el gobierno político de l'Organització esté en el interior de Cataluña, no en la parte donde hay los nazis; tendrán dos misiones, tendrán un equipo de fronteras, que son las Rutes de la Llibertat, para que cuando acabe la Segunda Guerra Mundial puedan reivindicar el derecho de autodeterminación en las mesas de negociación, asevera.

Reconocimiento de las rutas

Desde la Fundació Reeixida lamentan que las administraciones no hayan señalizado las rutas y no se reconozca la heroicidad de todas las personas que hicieron de pasadores. Consideran que se tiene que dignificar este patrimonio. «Si fuéramos un país normal, nuestro Govern los reconocería, si fuéramos un país normal, estas rutas estarían trazadas y estos héroes tendrían una placa en su casa o la población donde nacieron, o tendríamos una calle, pero como no somos un país normal, alguien lo tiene que reivindicar», opina Falguera, quien lamenta que sólo se haya colocado una placa en la ruta del Empordà.

Comparte opinión Montserrat Vilà, que considera que se tiene que mantener viva la memoria. «Creo que se tendría que hacer un reconocimiento, no sólo a mi padre, sino a todas aquellas personas que han luchado para que podamos estar aquí hablando de eso y para mantener la libertad y la democracia», cierra Vilà.

La Fundació Reeixida ha hecho este jueves por la tarde un acto para dar a conocer la figura de Francesc Vilà Sales y Antoni Andreu Abelló en l'Espluga de Francolí. Este último, era de Montblanc y perteneció al Front Nacional de Catalunya. Su hijo es el exalcalde de Montblanc, Pep Andreu, quien asistió a la jornada.

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