La Conca de Barberà reacondiciona edificios en desuso en viviendas

La crisis de la vivienda también afecta a las zonas rurales y varios municipios de la Conca de Barberà buscan espacios para garantizar el acceso a la vivienda, reacondicionando edificios en desuso.

L'Espluga de Francolí trabaja para reconvertir el antiguo cuartel de la Guardia Civil en pisos de alquiler social para jóvenes, mientras que el micropueblo de Senan ha habilitado un equipamiento municipal para hacer una casa. El Ayuntamiento de Rocafort de Queralt también ha recuperado el consultorio médico como inmueble de alquiler.

Los alcaldes de los pueblos manifiestan a ACN la necesidad de tener más recursos humanos y económicos para hacer frente a esta problemática. También «flexibilidad» a la hora de implementar las normativas urbanísticas.

La Conca de Barberà es una comarca que desde hace una pila de años sufre despoblamiento, una problemática también ligada a la dificultad de encontrar una vivienda donde vivir. Las casas están cerradas porque son segundas residencias o bien están en ruinas, una cuestión que entorpece la voluntad de la juventud que se quiere quedar a vivir, o de los recién llegados que quieren establecerse en esta comarca del interior de Tarragona.

Los ayuntamientos trabajan para buscar soluciones rehabilitando antiguos espacios para hacer alquiler social. Un ejemplo está en l'Espluga de Francolí. «Hay mucha necesidad» habitacional, subraya a ACN su alcalde, Josep Maria Vidal. «Sobre todo por parte de gente joven que se quiere emancipar, también hay familias ya consolidadas, que tienen dificultad en encontrar una casa de propiedad», explica.

Vivienda para la juventud en el antiguo cuartel

Al detectar esta problemática, el actual equipo de gobierno se puso manos a la obra con varios proyectos. Primero hicieron una diagnosis y detectaron que aproximadamente entre el 7 y el 10% de los inmuebles del municipio están vacíos. Aparte, el gobierno local apostó por reconvertir el antiguo cuartel de la Guardia Civil en vivienda para la juventud. El ayuntamiento adquirió el inmueble en 2015 y ahora trabaja para rehabilitarlo.

Plantean hacer once viviendas: cuatro pisos más reducidos para jóvenes con espacios compartidos, y siete habitáculos más, una parte destinada al alquiler social y la otra libre. «No queremos crear un gueto, queremos misticidad», señala el alcalde. Con estos pisos, el ayuntamiento quiere ampliar el parque público y contribuir a la regulación del alquiler.

Paralelamente, y más a largo plazo, el gobierno de Vidal también quiere arreglar Cal Nicasi, un edificio municipal para hacer alquiler para jóvenes. También con servicios compartidos y con unas oficinas de cotrabajo.

En l'Espluga de Francolí hay varias fincas en ruina en el núcleo histórico de la población. Desde el ayuntamiento han detectado que desde 2019 sólo se han tramitado diez licencias por hacer vivienda nueva. «Estas cifras no se pueden mantener. Hemos revisado cuáles son los parámetros que nos limitan que no haya promociones en el interior del casco antiguo, y ahora estamos haciendo las modificaciones pertinentes», manifiesta. Hasta ahora, los inmuebles tenían que tener un mínimo de 80 m2, y ahora se eliminará esta cláusula.

Casa familiar en el consultorio médico

Rocafort de Queralt tampoco se escapa de esta crisis. El municipio no llega a los 250 habitantes y se encuentran con que «el centro del pueblo se está quedando bastante vacío», señala la teniente de alcalde, Aina Sendra. «Hay casas que se están cerrando mucho, algunas la gente no las vende, las otras se tienen que rehabilitar», continúa. Tampoco hay suelo urbano para construir y algunos inmuebles que se venden tienen el precio «elevado», observación Sendra a ACN.

Ahora mismo en Rocafort de Queralt están inmersos en dos proyectos. Por una parte, han recuperado el antiguo consultorio médico, rehabilitándolo para que sea una casa familiar. Están hecho los últimos trámites y los próximos meses se pondrá en la bolsa de alquiler del ayuntamiento. Y de la otra, el pueblo cuenta con otra vivienda en cesión de uso por parte de Cáritas. La han arreglado y será un alquiler social.

El 85% de los inmuebles vacíos en Senan

En Senan la situación es un pelo diferente. Es un micropueblo, son una cincuentena de habitantes censados, pero son 30 las personas que viven allí entre semana. En el pueblo hay 69 casas, de las cuales sólo diez están ocupadas cada día. Por lo tanto, más del 85% de los inmuebles están vacíos diariamente. «La mayoría son viviendas de segunda residencia, muchos heredades de la familia que vienen de vez en cuando», explica la alcaldesa de Senan, Carme Ferrer. Si bien es cierto, en este pequeño pueblo no hay casas en ruinas, cosa que Ferrer valora positivamente.

Hay vivienda, pero los demandantes no pueden acceder porque los propietarios la usan esporádicamente o ni siquiera van y la tienen cerrada. El Ayuntamiento de Senan el año pasado reconvirtió un antiguo edificio municipal en una casa para la persona que gestiona el local social del pueblo, un contrato de alquiler ligado a la dinamización del casal. Paralelamente, el consistorio está ultimando la compra de otra casa, ya rehabilitada, gracias a una subvención de la Diputació de Tarragona. El ayuntamiento ya lo había intentado antes, pero no disponían de suficiente liquidez.

Ferrer comenta que han «eludido» la vivienda de protección oficial porque «mucha gente de los pueblos no cumple los criterios» que fija a la Generalitat. «Hemos optado por el modelo de vivienda social porque todo el mundo puede tener acceso», remarca.

Más recursos y «flexibilidad»

La alcaldesa vincula la crisis de la vivienda a la ley de urbanismo. Cree que el texto está totalmente «obsoleto». Señala que el plan de actuación urbanístico de Senan prevé hacer seis pisos privados y cuatro públicos. «En Senan no necesitamos cuatro viviendas de protección oficial», dice. «Se ha estandarizado el modelo de las ciudades sin tener en cuenta la idiosincrasia de cada municipio», añade.

El alcalde de l'Espluga de Francolí pide «flexibilidad» a la hora de hacer los trámites y aplicar las nuevas normativas. También reclama herramientas para desbloquear los planes urbanísticos. En el municipio está el Plan Parcial Milmanda-Riu Sec todavía por desarrollar que contempla construir unas 200 viviendas entre pisos, adosadas y unifamiliares. Hoy por hoy está parado, y Vidal exige el «liderazgo» del Incasòl. También explica que hay que ser «flexibles». Por ejemplo, Endesa quiere hacer toda la instalación eléctrica de una serie, en lugar de hacerlo por fases como reclaman los promotores.

Desde Rocafort de Queralt, Sendra explica que en el pueblo casi no hay suelo urbano. Sí que abre la puerta a reconvertir equipamientos municipales en vivienda pública, por ejemplo unos almacenes. Pero municipios como los suyos «no tienen dinero», remarca la teniente de alcalde. Se ven atados de manos y pies a la espera de vehicularlo a través de una subvención. «Faltan recursos y más facilidades por parte de la administración», resume.

Con respecto a las viviendas vacías, Ferrer reconoce que hay mecanismos para evitarlo, pero apunta que son medidas «muy impopulares». Vidal también se queja de los recargos del IBI que se pueden hacer en estos casos: «Queremos aplicarlo, pero a nivel administrativo nos es imposible». «Todas estas leyes nuevas no van acompañadas de más personal o más presupuesto», lamenta la espluguense.