Historia
El Asesinato masivo que conmocionó a un pueblo entero de Tarragona
Josep Marimón Carles, el noi de Ca l'Hostaler, perpetró la Masacre de la Pobla de Ferran en mayo de 1928
![Imatge d'arxiu de la Pobla de Ferran, a la Cionca de Barberà.](https://imagenes.diarimes.com/files/image_media_main_mobile/uploads/2025/02/10/67aa46e9c884b.jpeg)
Imagen de archivo de la Pobla de Ferran, en la Cionca de Barberà.
Los últimos tiempos, el género del True Crime ha ido popularizándose y cogiendo fama y reconocimiento por la fascinación del público por las historias macabras y oscuras, que nos enseñan lo peor de la humanidad. La gente recuerda fechas y hechos concretos, o incluso nombres de algunos de los asesinos más populares y despiadados de la historia como Jeffrey Dahmer o Charles Manson. Sin embargo, estas historias pueden desarrollarse más cerca de lo que creemos, por mucho que muchos las percibimos como historias lejanas. Y es que en la provincia de Tarragona, concretamente en la Conca de Barberà, ocurrieron unos trágicos hechos recordados como la Masacre de la Pobla de Ferran.
Esta pequeña población es una pequeña pedanía rural del Municipio de Passanant y Belltall. El año 1928, la mayoría de sus habitantes se dedicaban a los trabajos del campo. Allí vivía Josep Marimón Carles, conocido como el el noi de Ca l'Hostaler, quien, después de volver de hacer el servicio militar, sufría una enfermedad denominada el Mal de Pott, una tuberculosis vertebral que produce un gran dolor de espalda. Un daño que incapacitaba a Marimón a hacer las tareas laborales del campo a las que se dedicaban las hombres del pueblo.
Esta situación provocaba la repudia de sus vecinos que lo insultaban y lo acusaban de «vago» que no quería trabajar, mientras que los niños, a los que a menudo cuidaba, se reían de él. Además, Marimón estaba enamorado de una chica del pueblo, Marina Roca, que lo había rechazado varias veces por su condición.
La historia de la población cambiaría por completo en mayo de 1928. Aquel día, al pueblo sólo quedaban los niños y mujeres, ya que los hombres estaban trabajando en el campo. Marimón invitó a tres niños, de 3 y 4 años, a ir a un pajar para ver cómo cazaba palomas, una vez allí, los asesinó brutalmente.
Después de eso, el agresor volvió al pueblo para repetir el mismo 'modus operandi' con más niños. De vuelta al pueblo, se encontró una mujer tejiendo en su rellano con una niña. Sin ningún aviso, atacó a la mujer con un hacha, causándole heridas mortales, y acabó con la vida de la niña antes de que pudiera huir. Acto seguido, se dirigió a otra casa, donde disparó contra una mujer mayor que alimentaba los animales, provocándole la muerte inmediata.
Durante estos momentos, una de las madres buscaba a su hija y preguntó al agresor por ella. Este respondió que se encontraba en el pajar vigilando las palomas, pero la mujer, inquieta al verlo armado, no obtuvo respuesta de su hija y decidió ir a buscar ayuda. Junto con otra mujer del pueblo, salieron a buscar a los niños, sin saber que el asesino continuaba su oleada de crímenes.
El pajar se convirtió en escenario de nuevas atrocidades, ya que Marimón consiguió atraer a más niños y repitió el mismo patrón para poner fin a sus vidas. Cuando las mujeres, alertadas por los tiros, llegaron al lugar, se encontraron con una escena escalofriante. Asustadas, corrieron por el pueblo pidiendo ayuda y descubrieron a otras víctimas por el camino.
El agresor, mientras preparaba su huida, disparó contra las dos mujeres, provocándoles heridas graves, pero consiguieron sobrevivir después de una difícil hospitalización. Una de estas mujeres era Marina Roca, en la que le destrozó la mejilla y le hizo perder varios dedos. Antes de huir, todavía intentó acabar con más personas, pero por suerte, falló el último tiro y sus víctimas pudieron escapar.
Hacia las seis de la tarde, los hombres empezaron a volver del campo y, al oír los tiros, van alertándose. Al llegar, se movilizaron para atrapar al culpable. Se tocó en somatén y más de mil personas, incluyendo a la Guardia Civil del cuartel de Montblanc, se implicaron en la búsqueda del fugitivo.
Aquella primavera fue especialmente lluviosa, lo que hacía que los campos de trigo estuvieran especialmente altos, el que dificultaba a la búsqueda y daba cierta ventaja al fugitivo. Finalmente, después de una semana de búsqueda, encontraron en Marimón, que fue ejecutado de un tiro en la cabeza.
Así, las autoridades neutralizaron uno de los peores asesinos en massa de la historia de Cataluña y de España. En total, Marimon acabó con 10 personas, 8 de ellas menores de edad, e hirió dos más, condenando para siempre el futuro de la Pobla de Ferran.
Durante la semana en que se buscaba al asesino, el miedo invadió toda la zona, y los padres vivían atemorizados y pedían a los niños que no salieran a la calle.