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La Vilella Baixa y la Bisbal de Falset dispondrán de agua del Ebro mientras dure la sequía
Un acuerdo entre el ACA, la CHE, los regantes de Margalef y los de Garrigues sur permite que recuperen el suministro
La Vilella Baixa y la Bisbal de Falset (Priorat) han recuperado los últimos días el suministro regular de agua de boca después de meses de cortes y presión baja. A pesar de la situación de sequía que cada vez es más grave, un acuerdo múltiple entre los ayuntamientos, la Agencia Catalana del Agua (ACA), la Comunidad Hidrográfica del Ebro (CHE), la Comunidad de Regantes de Margalef y la Comunidad de Regantes de Garrigues Sur ha permitido que estos municipios se abastezcan con agua del Ebro, que les llega mediante la infraestructura de las dos comunidades. La CHE ha autorizado el uso de esta agua por un periodo de seis meses, que se podría prorrogar si no llegan lluvias y mejoran las reservas de la zona, especialmente del pantano de Margalef.
La directora de los servicios territoriales de Acción Climática en el Camp de Tarragona, Glòria Tibau, ha concretado que hacía falta el permiso de la CHE para derivar agua desde la comunidad de Garrigues Sur hacia la infraestructura de los regantes de Margalef, que ya tienen la infraestructura conectada con los pueblos. "Desde el minuto cero la colaboración ha sido máxima" entre las dos entidades de regadío, ha comentado Tiráis. La directora ha reconocido que "la situación era extrema" en estas localidades y que las bajas reservas en el pantano de Margalef hicieron que a partir de un determinado punto la potabilización no fuera posible.
Así, la autorización de la CHE es por un periodo de seis meses pero si las lluvias no llegaran "no habría problema para seguir utilizando agua del Ebro, ha garantizado Tibau. Con todo, ha adelantado que trabajan en la posibilidad de poder utilizar esta agua también para regar, si la situación no mejora.
Desde agosto
Las dos localidades del Priorat han tenido problemas serios de abastecimiento desde finales de agosto. La sequía dejó los pozos y el pantano de Margalef bajo mínimos. En la Vilella Baixa han subsistido con garrafas de agua compradas por el ayuntamiento, mientras que en la Bisbal de Falset desde mediados de octubre pudieron recuperar una fuente y en noviembre pudieron volver a tener agua de boca, si bien con una presión baja.