El Priorat y la Terra Alta hacen censos de vivienda para facilitar a los consistorios impulsar políticas residenciales
Los consejos comarcales denuncian los obstáculos urbanísticos y la falta de ayudas que agravan los problemas de vivienda
El Priorat elabora el primer censo de vivienda de la comarca. El análisis se ha terminado en Ulldemolins y se hace ahora en Falset. Según datos provisionales, en la capital del Priorat hay 130 domicilios en desuso, la mitad de los cuales con necesidad de reformas. La Terra Alta también ha identificado el parque inmobiliario disponible y el estado de conservación de los inmuebles vacíos (un 12%), en diez municipios de la comarca. Según el presidente del ente comarcal en el Priorat, Sergi Méndez, el censo puede ayudar a diseñar políticas municipales de vivienda y fomentar el arraigo. El consejero de Hacienda y Resiliencia de la Terra Alta, Francesc Sabaté, insiste en que hacen falta ayudas y sobre todo unas normativas urbanísticas menos restrictivas para construir y rehabilitar.
El Priorat y la Terra Alta son dos de las comarcas catalanas que más sufren el despoblamiento. Con una población de menos de diez mil prioratinos y poco más de once mil terraltinos, uno de los principales problemas para atraer y retener juventud es la falta de vivienda. Los dos consejos comarcales han decidido hacer censos para tener la radiografía real de este sector en los 23 pueblos del Priorat y los 12 de la Terra Alta.
En la Terra Alta, el censo se ha cerrado sin los datos de Gandesa, la capital, y Corbera d'Ebre - los ayuntamientos no enviaron los datos necesarios dentro del plazo. Según el catastro, de los 4.864 inmuebles de uso residencial de los otros diez municipios terraltinos, 568 se encuentran vacíos, un 11,7%. Batea y la Fatarella son los dos pueblos que tienen más, un 28% y un 17%, respectivamente. De los inmuebles vacíos 183 están en buen estado, 181 en mal estado y 204 tienen deficiencias.
El censo lo ha elaborado la Oficina de Repoblación del ente comarcal, que se puso en marcha en el mes de mayo. Se ha hecho un cribado con datos de consumo de agua y los censos, y se comprobó los datos casa por casa, con un técnico de cada ayuntamiento. El siguiente paso será contactar con los propietarios de las casas que, con una pequeña reforma, se podrían poner en uso de alquiler. Personal del Consejo Comarcal de la Terra Alta hará una memoria valorada de cuánto costaría la rehabilitación para vender o alquilar estos inmuebles.
Problemas opuestos
«Ahora estamos seguros de lo que sabíamos», ha apuntado el vicepresidente del consejo terraltino, consejero de Hacienda y Resiliencia, Francesc Sabaté. «No nos estamos inventando nada, necesitamos vivienda», ha remarcado. Esta «realidad», además, evidencia dos situaciones complicadas y opuestas a la comarca.
Por una parte, la de pueblos como Batea y la Fatarella, con muchas casas vacías, en desuso, pero muy degradadas, y que necesitarían programas de subvenciones para rehabilitarlas. De la otra, están la zona sur, Arnes, Horta de Sant Joan o Caseres, donde casi no hay construcciones vacías. La legislación urbana hace muy difícil desarrollar planes urbanísticos para hacer nuevas islas de construcción, hecho que se hace «casi imposible», mientras la normativa es muy estricta para el patrimonio de los núcleos históricos y hace «pesadas las reformas».
En marcha el censo prioratino
En el Priorat también está en marcha el censo de viviendas. Se contrastan los datos de consumo de agua de cada casa, la información catastral y los empadronamientos. Ahora hace dos años se impulsó la prueba piloto de este estudio en los Guiamets y este año se ha terminado el análisis en Ulldemolins. Está previsto que próximamente se complete el informe de Falset y se acelere el del Molar y la Vilella Baixa. Según el ente supramunicipal, en un plazo de un par de años se podría haber analizado el conjunto de la comarca.
El censo también incluirá detalles sobre la conservación de los inmuebles mediante elementos como el estado de la fachada, la existencia de buzones o si los vecinos verifican que en aquella residencia vive alguien o está abandonada. En cambio, el censo no tiene como objetivo identificar ni la titularidad de los inmuebles ni si se encuentran en el mercado de venta o alquiler.
Para facilitar el acceso a los datos, el técnico que se ocupa del censo, Marc Llurba, ha preparado un sistema intuitivo donde confluye la cartografía con un plano de Google Maps. Cada inmueble cuenta con un menú desplegable donde aparece la información de cada caso, que se puede actualizar muy fácilmente. Todo, pretende ser una herramienta más por fortalecer la ya existente oficina comarcal de la vivienda, que el presidente del Consejo Comarcal del Priorat, Sergi Méndez, apunta que se encuentra «infradotada».
Primeros datos en Ulldemolins y Falset
En Ulldemolins se han localizado medio centenar de viviendas en desuso, de los cuales cerca de un 34% están en buen estado, el 16% son ruinosos y la mitad requieren inversión. Precisamente una de estas últimas casas llamó la atención del Ayuntamiento, que se puso en contacto con los propietarios y aceleraron los trámites previos a la compraventa. El gobierno local planteará qué opciones puede ofrecer el inmueble una vez se rehabilite, si se destinan a viviendas de emergencia social, para maestros, médicos o temporeros que trabajen puntualmente en el municipio.
Otros consistorios han aprovechado ayudas supramunicipales para hacer actuaciones similares, como es el caso de Caseres (Terra Alta) donde han adquirido uno de los pocos inmuebles vacíos que quedan al pueblo con recursos de la Diputación de Tarragona. Ahora lo reformarán y lo ofrecerán para alquilarlo.
El técnico del Priorat trabaja ahora para terminar el informe de Falset, la capital comarcal. De momento, se ha contabilizado provisionalmente 130 viviendas en desuso. De los 70 inmuebles en los cuales se ha hecho el trabajo de campo, uno de cada diez se encuentra en estado ruinoso, entre el 20% y 30% requieren una inversión considerable para volver a ser habitables y la mitad disfrutan de una buena conservación.
Una herramienta para los ayuntamientos
Uno de los objetivos principales de estos censos es facilitar los datos a cada consistorio para que pueda diseñar estrategias y programas concretas de vivienda. Los ayuntamientos tienen las competencias para regular estas políticas. «Es un instrumento de interpretación para saber cuál es el estado de las viviendas en los municipios. Nos permite extraer conclusiones y aplicar -si así lo decide el consistorio- políticas concretas de viviendas», ha detallado a la ACN el presidente del Priorat. El ente supramunicipal ofrecerá su acompañamiento a la hora de asesorarlos en la gestión de ayudas o subvenciones.
Sergi Méndez defiende que los ayuntamientos podrán actuar de forma más concreta con las casas con indicios de desocupación. A la vez, ha abierto la puerta a que los consistorios trabajen de forma conjunta todo mancomunando normativas. «Cuando tengamos la radiografía del estado general de la vivienda en los 23 municipios, quizás nos podemos plantear iniciar políticas activas de vivienda a escala comarcal», ha augurado.
«Quizás una buena propuesta contactar con otras zonas rurales que sufren el mismo problema que en la Terra Alta, para ponernos de acuerdo y trabajar para que nos mejoren las normativas para construir o rehabilitar las casas en desuso, ha añadido el consejero de la Terra Alta, Francesc Sabaté.