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La Vilella Baixa recupera el suministro de agua potable y deja de depender del reparto de garrafas

Un informe de la Agencia de Salud Pública avala la potabilidad del agua de la red de regantes Garrigues Sur

Joan, vecino de la Vilella Baixa, carga dos garrafas para evitar el uso del agua del grifo.ACN

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La Vilella Baixa (Priorat) vuelve a tener agua potable después de encadenar casi nueve meses sin este suministro a causa de la sequía. Un informe de la Agencia de Salud Pública avala la potabilidad del agua que llega desde la red de regantes Garrigues Sur y proviene del río Ebro después de la instalación de un filtro de tratamiento en la entrada del depósito de agua.

De esta manera, la población de la Vilella Baixa deja de depender del reparto de garrafas, un servicio que se ha hecho entre uno y dos veces a la semana y que el Ayuntamiento finalizará este jueves. La alcaldesa Marta Camp ha afirmado que la medida ha supuesto un coste superior al 3% del presupuesto municipal e insta a las administraciones a encontrar soluciones estructurales.

El secamiento de los pozos municipales y la disminución de los niveles del pantano de Margalef la primavera pasada fueron las dos primeras señales que avistaban un problema que se acabaría convirtiendo en la falta de agua potable en la Vilella Baixa durante cerca de nueve meses. Desde finales de agosto, el consistorio decidió asumir el coste de la compra de garrafas de agua para la población, un gasto no subvencionable que ha oscilado entre los 1.200 y los 1.300 euros en el mes.

Con la conexión del municipio con la red de regantes Garrigues Sur, se consultó la posibilidad de que el agua corriente que abastece el pueblo fuera potable después de la instalación de un filtro en la entrada del depósito. No ha sido hasta esta semana que la Agencia de Salud Pública de Cataluña ha confirmado que el agua cumple los requisitos para ser considerada apta para consumo humano.

A pesar de celebrar la llegada de una solución a esta problemática, la alcaldesa de la Vilella Baixa Marta Camp ha explicado a ACN que se mantendrán los contactos con la Agencia Catalana del Agua (ACA) y Acción Climática para encontrar una «solución definitiva» ante episodios de escasez de agua para evitar la repetición de escenarios como el vivido en los últimos meses.

Situaciones diferentes en la Bisbal de Falset y en Margalef

La falta de lluvias y los niveles bajo mínimos del pantano de Margalef no sólo han afectado a la Vilella Baixa; en la Bisbal de Falset se quedaron sin agua potable durante dos meses y Margalef está pendiente de la instalación de unos filtros que rebajen la turbiedad del agua para recuperar este servicio básico.

En el caso de Margalef, las captaciones de agua provienen de un ramal secundario diferente del que suministra agua en la Vilella Baixa, motivo por el que todavía en estos momentos no tienen garantizado el suministro de agua potable. Tanto la problemática como la solución provisional adoptada por los consistorios ha sido idéntica: por una parte, se han quedado sin agua potable nueve meses y de la otra, han optado por repartir agua embotellada entre los vecinos durante tres meses.

En la misma línea, el alcalde de Margalef Àlex Vilà ha asegurado que el consistorio ha ejercido un «gasto constante» para mejorar el sistema de canalización, avanzando entre seis y ocho meses hasta 40.000 euros en concepto de obras y compra de filtros, si bien reconoce que se trata de unos importes que mayoritariamente han sido subvencionados por otras administraciones. En cambio, el coste mensual de entre 800 y 1.300 euros correspondientes a la compra de garrafas de agua no son subvencionables.

Paralelamente, las lluvias registradas ahora hace un mes y medio reavivaron ligeramente el depósito municipal de agua, hecho que les permite reabrir las fuentes del pueblo una vez a la semana a fin de que la ciudadanía llene las garrafas. Después de unos estudios encargados por el Ayuntamiento, se determinó que esta agua se podía potabilizar «fácilmente» y pidieron a Salud Pública la legalización de esta captación proveniente de un ramal secundario en el río Montsant conectado a la red de regantes Garrigues Sur. La ACA y la Generalitat redactaron el informe necesario para este proceso, donde se pedía la instalación de un filtro capaz de retener los sólidos de la cañería, una obra que se prevé que se ejecute a corto plazo.

Actualmente, la turbiedad detectada en las analíticas encargadas por el Ayuntamiento de Margalef marcan que el agua se encuentra ligeramente por encima de los 0,8 puntos que exige la normativa. A pesar de todo, el alcalde Àlex Vilà ha detallado a ACN que la instalación de estos filtros dentro de 15 o 20 días no les garantiza que puedan recuperar este servicio básico. Según Vilà, la normativa no especifica el tipo de filtros que se tienen que utilizar para rebajar la turbiedad actual en el municipio, que se sitúa a 1 punto, hasta los niveles óptimos para consumo humano.

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