Sociedad
«Después del accidente, PortAventura tardó tres días en llamarnos»
Varios heridos en el accidente denunciarán al parque de atracciones por negligencia y perjuicios
«En los primeros tres días después del accidente no recibimos ninguna llamada por parte del parque». Eso explica Raquel Coquard. Ella estaba en el segundo vagón de la vagoneta que chocó con un árbol en la atracción Tomahawk de PortAventura el pasado 11 de febrero. Sus dos hijos, de 6 y 8 años, estaban sentados en frente, en el primer vagón. Martí Guasteví, su pareja, estaba a su derecha. «Los que nos sentábamos a la izquierda de la vagoneta nos pudimos agachar porque el árbol estaba inclinado. Sin embargo, todos los que estaban a la derecha, sufrieron mucho más el impacto», dice Coquard.
Este fue el caso de su hija, que sufrió varias heridas en la cara e ingresó en el Hospital Sant Joan de Reus. Y también de Martí, que sufrió una fractura en una vértebra en la cervical y un hematoma en la garganta, que le hizo ingresar en la UCI del Hospital Clínic de Barcelona. «Pude volver a casa el lunes pasado. Afortunadamente, la fractura no fue a más y no tuvieron que operar. Pero tendré que estar más de un mes con collar», explica Guasteví.
Ahora, a pesar de todavía tener «el susto en el cuerpo», la pareja ha contratado a un abogado para iniciar una denuncia contra PortAventura. «Queremos emprender acciones legales por daños y perjuicios. Yo soy músico y ahora, de baja laboral, estoy perdiendo trabajos», expresa Guasteví. «Lo hacemos para que no vuelva a pasar y para que se revisen los protocolos. Las familias tienen que poder ir tranquilas al parque. Y, si ha habido negligencia, que la reconozcan», expone Coquard. De momento, la familia se ha puesto en manos de sus abogados, pero creen que, con los otros heridos, se acabará haciendo una denuncia conjunta.
Denuncia conjunta
«Tenemos un grupo de Whatsapp entre los heridos y la comunicación es constante. También, intentamos respetar los momentos de las otras dos personas que todavía están grave y que no sabemos nada», dice Coquard. Dos de los adultos heridos en el accidente continúan en la UCI, uno en el Hospital de Bellvitge y otro en el Joan XXIII. «Nos estamos dando mucho apoyo entre las familias y todos estamos de acuerdo en reclamar al parque su responsabilidad. Creemos que acabaremos yendo todos a una», sentencia Coquard.
En este sentido, una de las principales reclamaciones de las familias es el trato recibido por parte del parque de atracciones después del accidente. Primero, con lo que califican de un comunicado «nefasto». «El escrito de PortAventura fue de echar balones fuera y de no asumir responsabilidad. Nos tocó mucho la moral», remarca Guasteví.
Después, la familia denuncia lo que consideran una atención «nula» por parte del parque, que no les llamó hasta días después. «No fue hasta que apareció en los medios la historia que no nos llamaron», recuerda Guasteví, «nos llamaron de atención al cliente de una forma molesta, recriminándonos que habíamos denunciado su desatención», dice Coquard.
Desatención y mentiras
Los días siguientes, recibieron una llamada de seguimiento por parte de PortAventura, pero «sólo tres días». «No hemos recibido ningún tipo de ayuda. Tú esperas que, de una empresa tan grande, la atención será muy diferente», expresa Coquard.
Además, la pareja desmiente algunas informaciones publicadas sobre el suceso. «La atracción no se paró unos metros antes de finalizar el trayecto. Hemos subido muchas veces y el tren fue a toda velocidad hasta el final», denuncia Coquard. La madre de los hijos recuerda que en el momento de un giro vieron el tronco en la vía, a una distancia de unos siete metros. «Tenemos la imagen grabada en la memoria. Cuando cerramos los ojos, vemos el tronco. Fueron tres según antes del impacto», dice Coquard.
El final del recorrido «fue horrible». «Es falso que se activara el protocolo de emergencia. El responsable de la atracción no sabía nada hasta que nos detuvimos. Me miró a la cara y me preguntó ‘¿Qué ha pasado?’», recuerda Coquard.
Atención psicológica
La familia se intenta recuperar del accidente y ha buscado atención psicológica por su cuenta. «Nuestros hijos están yendo a terapia. Estuvieron una semana en casa, sin ir a la escuela. Estábamos con ellos, observando a ver cómo sacaban el choque», explica Coquard. Su hija tenía la cara inflada y no quería ir a la escuela.
«Por suerte, se le han marchado las heridas bastante rápido. Ellos tienen el recuerdo diluido y hacen preguntas», dice la madre. Los adultos también buscarán ayuda psicológica. «Pensamos en si el árbol hubiera caído de otra forma o si hubiera descarrilado el vagón y lo que podría haber pasado», expresa Guasteví.
«¿Haréis noche aquí?»
«Te esperas otro tipo de atención de una empresa así», denuncia Guasteví. Por otra parte, días después del accidente, se conoció que PortAventura tiene un Plan de Autoprotección homologado en el año 2019 pero caducado desde el pasado mes de septiembre. La compañía presentó en diciembre la documentación para renovarlo y se está revisando.