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Investigación

María Borràs, la poblenca de 18 años que ha participat en la investigación del Nobel de Química

La joven estudiante de biotecnología entró en contacto con este estudio a raíz de una estancia anterior a la Harvard Medical School

María Borràs durant la seva estada a The Baker Lab aquest estiu

María Borràs durante su estancia en The Baker Lab este veranoCedida

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Nacida y criada en la Pobla de Montornès, María Borràs entró por primera vez a un laboratorio de la mano de un Summer Camp de la Universidad Rovira i Virgili. Entonces ella todavía cursaba sexto de primaria, pero convenció a los responsables del proyecto para poder acceder a una iniciativa destinada sólo a alumnos de la ESO. No obstante, su vocación científica le venía de antes, una niña curiosa criada por dos ingenieros que «buscaba información sobre todo lo que le interesaba», según relata Borràs. La poblenca tenía como en lo referente a Marie Curie, primera persona a ganar dos Premios Nobel de la historia.

Ahora, con sólo dieciocho años, estudia biotecnología en Madrid y ha dedicado todos sus veranos a diferentes proyectos de investigación que lo han llevado a Barcelona, Alemania y los Estados Unidos. Su última estancia fue durante en marzo y en septiembre de este año con The Baker Lab, dentro del estudio que ha ganado el Premio Nobel de Química de este 2024.

Borràs entró en contacto con este estudio a raíz de una estancia anterior a la Harvard Medical School relacionada con las proteínas. Ahora, su granito de arena ha servido para entender mejor cómo funcionan los aminoácidos que construyen la vida y como crear nuevas a través de la computación y la inteligencia artificial.

El descubrimiento reconocido por la Real Academia de las Ciencias de Suecia permitirá avanzar en el rápido desarrollo de vacunas, la creación de nuevos fármacos para cuidar el cáncer o la evolución hacia una industria más verde, entre otros.

La joven científica asegura que «conocer las aplicaciones y las vidas que se podrán salvar es la satisfacción mayor de este trabajo». De hecho, Borràs asegura que sus pasiones siempre han sido divididas entre «la medicina y la ingeniería para solucionar problemas» y ha encontrado en la biomedicina un camino dónde desarrollar las dos.

No obstante, Borràs también reconoce la dificultad de la investigación, asegurando que este es «el estudio de mayor exigencia» donde se ha implicado nunca. «Te tienes que recordar a ti misma el porque estás haciendo eso cuando estás a las tres de la madrugada en el laboratorio porque nada funciona bien», explica la investigadora.

El reconocimiento del Nobel dentro del proyecto en el cual ha sido implicada sólo le ha hecho que afianzar su voluntad de «mejorar con la ingeniería la salud de los pacientes a través de la investigación biomédica».

A pesar de su juventud, Borràs ya ha sido testigo de las dificultades económicas que atraviesa la ciencia en este país, «la gente no conoce el coste monetario que tiene una investigación como esta», afirma Borràs, confirmando que «la diferencia económica de España con los Estados Unidos es abismal».

Sobre la mesa, el estudiante pone otro grave problema, la falta de referentes. Si bien la historia de Marie Curie sirvió para impulsar esta estelar carrera, Borràs lamenta que «ninguno de los reconocimientos científicos de este año en los Nobel han sido mujeres». El hecho de falta de chicas a las carreras científicas genera por Borràs un problema evidente «malbaratar la mitad del talento que existe en este mundo».

La investigadora detalla que, en los proyectos en los cuales ha sido implicada, se ha encontrado casi siempre una mayoría masculina. Delante de eso, tiene claro que la solución pasa por «seguir trabajando para crear nuevos modelos femeninos que inspiren». Quien sabe si, de esta manera, estudiantes como María Borràs puedan conseguir el próximo Nobel y cambiar las vidas de muchos.

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