Directora Global de Negocio de Dow Construction Chemicals
Empresa
Raquel Fortes: «Tarragona tiene talento y una posición geoestratégica, pero se tiene que incentivar la inversión»
La tarraconense, que actualmente es Directora Global de Negocio de Dow Construction Chemicals, fue la ponente en el acto de entrega del Premio Dow
Ha vuelto a casa y lo ha hecho como líder Dow invitada en la entrega del Premio Dow.
«Sí, me hizo mucha ilusión que los compañeros de Tarragona pensaran en mí para esta ocasión tan especial. Cuando pienso en mi carrera, ha habido tres decisiones que han impactado mucho en quién soy hoy en día, tanto en el ámbito personal como profesional. La primera es haber estudiado Químicas en la URV. La segunda es haberme unido al equipo de profesionales de Dow. Y la tercera es haberse marchado fuera. Ahora he tenido la oportunidad de volver a casa y unir dos de estos tres momentos claves, así que estoy muy contenta».
¿Por qué es importante que se promuevan este tipo de iniciativas?
«Para Dow, atraer talento a la compañía, desarrollarlo y hacerlo crecer es una de nuestras prioridades. No hay nada como tener el equipo correcto, por eso, mantener esta relación con la universidad es fundamental, ya que nos permite atraer estas mentes brillantes. Y para la universidad, creo que les es muy útil estar en contacto con la industria, porque les podemos ofrecer una visión de la realidad, de la química aplicada, que se puede trasladar a los alumnos y eso posiciona la universidad y le permite, también atraer el mejor talento. Es un win-win».
En el acto de entrega del Premio Dow, ofrecía la ponencia 'Objetivos de sostenibilidad compartidos. Una nueva manera de hacer'. ¿Cuál es esta nueva manera de hacer?
«Cuando hablamos de sostenibilidad, hablamos de compromisos. Ponemos el ejemplo del papel reciclado. Es un poco más oscuro, no tan bonito, pero es sostenible y estás dispuesto a hacer este compromiso. Ahora ponemos otro ejemplo, un colchón. ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a adquirir uno incómodo? Aquí el compromiso de sostenibilidad cambia. Es por eso que hacen falta modelos de negocio nuevos que nos permitan descarbonizar no sólo el proceso productivo sino nuestro producto final».
¿Como por ejemplo?
«Actualmente, tenemos una economía lineal que hace que los productos acaben en la basura y a menudo incinerados, cuando se les ha acabado su vida útil. En Dow, hemos utilizado residuos, los hemos vuelto a poner en el cracker y hemos hecho soluciones sostenibles para nuestros clientes. Este es el caso de los asientos de Mercedes E Class, que está hecho con polímeros reciclados de Dow. Cuando descarbonizas, tienes que hacer un compromiso con las propiedades del producto o solución en cuestión, para garantizar que sean las más similares a cómo eran antes. La economía circular plantea grandes retos y tenemos que colaborar para hacerla más y más grande».
¿Cuáles serían estos desafíos?
«Son diversos. El primero es que necesitamos tener garantizada la disponibilidad de estos residuos que se utilizarán como materia prima. Hace falta tener en cuenta que tendrán que estar separados y clasificados, porque no todos servirán. Y también habrá que hacerle un tratamiento previo. Todo comporta la creación de un nuevo ecosistema, con nuevas empresas, tipos startups, que puedan hacerlo. El segundo es que, tanto para dar una nueva vida a los recursos como para descarbonizar nuestros procesos hace falta inversión. Ahora bien, actualmente la demanda para estos productos sostenibles todavía no es muy grande. Por lo tanto, tenemos costes de inversión, demanda limitada y una urgencia a nivel climático».
Mencionaba la demanda, en los últimos años parece que el discurso de la sostenibilidad va ganando peso. ¿Así lo perciben en el ámbito industrial?
«Cuando pensamos como consumidores, sí que vemos un cambio en la demanda. Estamos dispuestos a adquirir compromisos hasta un cierto nivel. Si el precio a pagar es similar, preferimos el producto sostenible. Ahora bien, si el compromiso es muy grande o el coste muy alto, la demanda baja. Y el problema es que estas nuevas soluciones tienen detrás procesos nuevos que todavía no tienen una economía de escala que les permita producirlos al mismo precio que sus similares no sostenibles. Por eso, hace falta un incentivo político para estimularlo».
Podríamos decir que se encuentran en una especie de dilema entre lo que quiere la demanda, lo que hay que hacer para hacer frente a la emergencia climática y lo que les piden las administraciones.
«Sí. En nuestro caso, continuamos con las inversiones porque si no empezamos hoy, no estaremos preparados para el mañana. Además, trabajamos conjuntamente con nuestros clientes y con toda la cadena de valor. Hay una colaboración muy fuerte y cada vez más escogemos iniciativas y vamos juntos al mercado. Además, también trabajamos, desde nuestra área de Government Affairs, para crear conocimiento de nuestros retos entre las instituciones, especialmente con las europeas, en ámbitos como regulaciones, incentivos, etc.
Ahora que menciona este trabajo en materia de relaciones institucionales, como ven empresas como Dow los mensajes de las instituciones que hablan de apostar por una reindustrialización, pero a la vez de imponer nuevos impuestos, que ponen en peligro varias inversiones. ¿No es contradictorio?
«Somos una empresa global y, a la hora de escoger donde haremos nuestras inversiones, buscaremos aquellas ubicaciones que sean más competitivas y que nos ayuden a acelerar las inversiones. El Informe Draghi ya lo dice. Europa, ahora mismo, no tiene una posición competitiva respecto a otras regiones. Y eso se debe, principalmente, por el alto coste de la energía. Si no incentivamos las inversiones dentro de Europa y ponemos trabas, las inversiones se harán en otro lugar y los puestos de trabajo se marcharán del continente».
Como tarraconense con responsabilidades a escala global dentro de Dow, ¿cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles que tiene Tarragona?
«Tarragona tiene acceso a personal muy brillante. La formación es muy buena. Además, nuestra posición geográfica es muy competitiva. Y también es muy interesante el hecho de contar con todo un polo químico, como el que tenemos aquí en los dos polígonos. Y lo que nos podría ayudar es la política, que nos podría hacer más fácil a empresas como Dow la inversión dentro del país».