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La Casa de la Navidad del Catllar estrena personajes y decoración

El capitán del Nàstic, Joan Oriol, fue el padrino de la inauguración, que se hizo el pasado 6 de diciembre

Enrique Quero en la puerta de su casa, en el Catllar.Tjerk van der Meulen

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No se puede decir que ha arrancado la temporada de Navidad hasta que Enrique Quero y Pedchy Ramos presionan el botón de encender las luces y su casa queda iluminada por las más de veinte mil bombillas LED que cada año colocan antes de que empiece diciembre.

Esta acción, que ahora hace quince años empezó de manera privada, se ha convertido ya en un acontecimiento social que reúne a familia, amigos y vecinos en una fiesta de inauguración que cada año estrena padrino. Esta Navidad, el encargado de inaugurar la Casa de la Navidad del Catllar ha sido el capitán del Nàstic. Joan Oriol, que estuvo acompañado también del alcalde del Catllar, Xavier Canadell, quién destacó la placa que acompaña un nuevo mural que la pareja ha hecho pintar en el exterior de la vivienda, y que es obra de Miki Pérez.

Esta se la primera novedad de la Casa de la Navidad del Catllar, pero no es la única, porque cada año Enrique y Pedchy se dedican a localizar y comprar piezas que puedan complementar el extensísimo catálogo decorativo que ya tienen. Así, este año han estrenado una nueva figura de Cascanueces.

Tienen ya más de media docena, pero la nueva adquisición, de origen americano, hace más de dos metros de altura. Lo supera en altura, sin embargo, el nuevo muñeco de nieve inflable que compraron para instalar en el tejado. Ya tenían uno de más de seis metros, pero este hermano mayor supera los 15 metros.

Las dos figuras se suman a la gran cantidad de elementos decorativos que tienen por dentro y fuera de la casa. Hay papás Noel, animalillos, un tió, una galleta de jengibre gigante y figuras que se iluminan. Por si fuera poco, al lado de la puerta de entrada han instalado una pantalla donde se proyectan villancicos sin descanso.

«Estamos acostumbrados a que venga mucha gente a ver la casa, hay días que nos encontramos decenas de personas fuera haciéndose fotos», explica Enrique. «Hace quince años que empezamos a decorar la casa. Primero, la más emocionada era Pedchy, pero poco a poco me fue animando, y ahora ya estamos los dos en el mismo nivel», admite riendo.

Él mismo explica que todo esto lo hacen porque les gusta, de manera completamente desinteresada y sin ninguna ayuda económica. «No somos millonarios», asegura, pero también confiesa que las apasiona dedicar el resto del año a pensar y buscar de qué manera pueden complementar todavía más la decoración de su casa para que recuerde aquellas casas americanas que tanto gusta ver desde fuera.

«Lo mejor de todo es que algunas casas de por aquí también empiezan en hacerlo», apunta Quero, que también explica que ya han establecido complicidades con casas de otros pueblos: «Nos hemos conocido con el propietario de la Casa de la Navidad de Constantí. Él ha venido aquí, y nosotros hemos ido allí. No hay rivalidad, al contrarío. Eso nos hace esforzarnos para hacerlo mejor».

Su ilusión de cara al futuro, es que, una vez se saque adelante la urbanización definitiva de la zona donde están, pueda organizar un concurso de decoración navideña con todas las casas del barrio «y que haya premios gordos para la mejor». La Casa de Navidad del Catllar está en el número 1 del Camino Mas de Salort, en la urbanización La Quadra dels Manous, y estará decorada hasta pasado Reyes.

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